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Kashchei el inmortal

Fantástico. Drama. Musical La película está basada en las leyendas heroicas y el folclore ruso. En una mansión, la bella Marya Morevna espera a su prometido, el poderoso guerrero Nikita Kozhemyaka. El largamente esperado encuentro puede tener lugar en cualquier momento, pero de improviso las tierras rusas son invadidas por el ejército de Kaschei el inmortal, que trae destrucción y muerte... (FILMAFFINITY)
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
8 de septiembre de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Genial. No sabía qué me iba a encontrar y me he llevado toda una sorpresa con esta película, que adapta un popular cuento ruso al más puro estilo fantasía épica, con brujo muerto viviente (lo que viene a ser un liche, para los que somos frikis de Dungeons & Dragons), con su ejército maligno, sus héroes, magia, etc.

Hay que tener en cuenta que es una película hecha en la Unión Soviética en 1945, que para ser de esa época, los efectos visuales me han parecido geniales (y por cierto, se nota mucho la influencia de estar en plena guerra mundial, cuando hablan de Kashchei y su ejército maligno se puede extrapolar perfectamente a los nazis).

Aunque la película es algo simple (dura solo una horita y 5 minutos, la verdad es que se queda uno con ganas de más), tiene tal nivel de épica y trabajo detrás, que te deja la sensación de haber visto algo realmente bueno.
TANOMUERTO
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23 de junio de 2019
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Kashchei, el inmortal, (1944) se trata de una producción soviética  de corte fantástico dirigida cuando la segunda guerra mundial aun no estaba terminada, por el cineasta Aleksander Rou. La película fue restaurada en el 1980 y en el 2014, celebrando su 70 aniversario, se presentó una versión a color. Aunque la obra original vino estrenada con cierta polémica por las singularidades de la historia presentada con las versiones que existen en los cuentos, para muchos se convirtió en un clásico instantáneo dentro del fantástico.

Al igual que sucede en España con los libros de caballerías o con ciertas etapas históricas que bordean la fantasía (como podría ser ciertos aspectos del Cid), en Rusia, la etapa medieval está aún más sujeta a las interpretaciones fantásticas y menos históricas. Los motivos son variados, pero podríamos señalar que por ejemplo las crónicas históricas son mucho más tardías y menores en cuanto a número. Así que gran parte de la historia rusa, en los años de lo que se conoce como la Rus de Kiev, está basada en leyendas y mitos que tiene mucho de fantástico y poco de histórico. 

Este es el contexto que escoge el filme para contarnos una de tantas historias. La Historia de Kashchei el inmortal. Este se trata de un personaje mitológico (aunque algunos historiadores se preguntan cuanto tiene de ficticio y si hay algún punto de veracidad en sus historias) del folclore eslavo, que siempre aparece como un hombre malvado, que secuestra a una princesa y a pesar de que es inmortal puede morir si se destroza el corazón que tiene escondido en una parte recóndita de la tierra. Hay diversas versiones de esta historia, al tratarse de una leyenda que ha sobrevivido sobre todo gracias a la tradición oral.

Las huellas cinematográficas de Aleksander Rou son ya palpables en esta primera etapa de su cinematografía. Kashchei el inmortal es una adaptación de un cuento popular del folclore ruso, y esto ya de por se es algo típico en este director, quien a lo largo de su trayectoria se encargaría de rodar decenas de cuentos sacados de la tradición popular.

Pero no solo el contenido de la película liga temáticamente con la obra de Rou, sino que también encontramos algunas señas formales que luego el director emplearía (con más y mejor) insistencia en sus futura cinematografía. Es el caso de los decorados y escenarios que emplea la película para ambientar la trama en los diferentes universos. Si bien en el decorado de la primera parte de metraje, en la Rus tradicional, no hay demasiados elementos significativos (los vestuarios y el decorado están sacados de la imaginería tradicional rusa sobre su propio pasado), en la segunda mitad del filme el director puede explayarse más, con decorados muy innovadores para la época, y que construyen mundos mucho más personales y más alejados de la tradición pictórica eslava.

Teniendo en cuenta que nos encontramos con una película claramente dirigida a un público infantil (como siempre en caso del director), los creadores del filme son capaces de elaborar ciertos trucos interesantes. Comentamos un par: El diálogo entre nuestro caballero protagonista diminuto. La cámara se sitúa en un plano medio y nos presenta a los dos protagonistas y aunque sabemos que hay truco, parece que nos encontremos aun auténtico enano. O el vuelo en alfombra mágica, en el que dos de los protagonistas vuelan por los aires, dando una sensación bastante conseguida.

La música, compuesta por el músico soviético Sergei Pototsky, elabora una partitura que sin salirse de los cánones tradicionales, destaca por su magnificencia. Pototsky al fin y al cabo fue un músico que durante gran parte de su vida trabajó como compositor para numerosas bandas sonoras.

Es inevitable  no separar el ambiente bélico que estaba sacudiendo la Unión Soviética de la producción. Como comenta el propio director: "...una película con forma de cuento con la primordial función del patriotismo ruso...un cuento sobre fuertes caballeros, nuestros brillantes antepasados". Algunos han señalado las evidentes semejanzas entre la invasión del maligno Kashchei, que sería evidentemente Hitler, y la defensa del pueblo ruso, encarnizada por nuestro caballero protagonista. Si bien la semejanza entre el líder nazi y Kashchei es algo más discutible, lo que sí es cierto es que la película contiene varias alabanzas al pueblo ruso y enlazadas con un mensaje de lucha y resistencia al invasor, sin ir más lejos, con el coro final con el que termina el filme.

Por cierto, el actor Georgi Millyar dijo que en realidad la película parodiaba parte de Los Nibelungos, la duología de Fritz Lang, que durante el ascenso del Tercer Reich había alcanzado una gran popularidad.

Está claro que una película realizada en la década de los años cuarenta no es un plato habitual para todos. Sin embargo, debido a su corta duración, la película es un buen inicio a la cinematografía del director soviético Aleksander Rou, una de las mentes más imaginativas de todo el siglo XX, y que apenas tiene reconocimiento por haber trabajado en la URSS y con películas de temática infantil.
Kyrios
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