Haz click aquí para copiar la URL

Queen of Earth

Drama Dos antiguas amigas se retiran a una casa en la playa para liberar presiones y estrés, tras sufrir una de ellas una traumática ruptura sentimental. Fueron grandes amigas en el pasado, pero durante estos días juntas se dan cuenta de cómo han desconectado entre ellas con el paso del tiempo, haciendo que sospechas pasadas y resquemores presentes afloren inesperadamente. (FILMAFFINITY)
1 2 >>
Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
11 de abril de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Catherine (Elisabeth Moss) acaba de romper con su novio, por este motivo va a la casa del lago de su mejor amiga Virginia (Katherine Waterston), donde pasaron vacaciones el año anterior con sus parejas. Ambas, se supone, van a estar tranquilas y liberarse del estrés, los problemas del trabajo y familiares. Sin embargo, la estancia en el paradisíaco lugar no sale como era de esperarse.

Escrita y dirigida por el autor Alex Ross Perry, siendo su cuarto largometraje en el que siempre ha realizado ambas funciones, un tipo que se ha movido siempre dentro del Cine Independiente y el Mumblecore estadounidense. Presenta un ácido drama que se enfoca en dos mujeres y su amistad, más importante la deformación que va teniendo conforme avanza el metraje.

Esa alteración se va a trasladar a la psique de Catherine, quien comienza a comportarse de forma extraña, los recuerdos de la visita anterior a este lugar era inevitable, peor aún, tampoco ayuda la actitud de Virginia, quien se muestra un tanto distante. A partir de ahí todo se pierde, las chicas se denota que no se aguantan, la amistad se ha desgastado y sin darse cuenta, se han convertido prácticamente en rivales.

La película presenta un duelo entre las protagonistas sublime, donde más destaca Elisabeth Moss debido a que su personaje le exige más, sus facciones le ayudan mucho, una mujer que puede saltar con facilidad de representar a una mujer atractiva a descender a un plano de locura como en el que cae su personaje, un tremendo desbanco emocional y psicológico que atañe su actuar.

Algo de destacar para el director es como logra compenetrar al espectador con la historia que está contando, el desmoronamiento anímico se siente en todo momento, la filmación presenta constantes diálogos, algunas secuencias son bastante largas, además los primeros planos a los rostros del elenco son constantes, todo en esta idea de adentrarse en los pensamientos y sentimientos de ellos.

Finalmente mencionar ese aire de thriller que alcanza, no se siente en ningún momento fuera de tono y por el contrario, gracias a ese mítico lugar en el que se encuentran y todo lo que se va viendo a lo largo del metraje, acuerpa muy bien todo el relato, incluso, el espectador se vuelve cómplice, donde Ross Perry nos pone a dudar y pensar mal.
10P24H
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
30 de marzo de 2017
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el plano inicial de esta Queen of Earth, Alex Ross Perry encierra a su protagonista —una Elisabeth Moss que repite después de Listen Up Philip— en lo que se persona como ruptura emocional que marcará el devenir de una propuesta acentuada por los espacios, por un marco que casi sin quererlo se transformará en vital para su desarrollo. No abandona Ross Perry su estilo dialéctico sumergido para la ocasión en un terreno psicológico que alude directamente a algunas de las voces más representativas del género. Ello no es óbice para que el de Pensilvania pierda ni mucho menos la personalidad que atañe a un universo diluido siempre en tonalidades capaces de dotar con lucidez de un carácter único a la imagen. Así, mientras en Listen Up Philip los vaivenes del protagonista y su naturaleza verborreica —prácticamente emparentada con el cine de Woody Allen— fijaban esa esencia, en Queen of Earth logra forjar ese efecto en la utilización de un escenario que, si bien se muestra invariable durante el primer tramo de la película, capta en su tejido un componente capital para enarbolar la atmósfera del film. La luminosidad de la que hace gala una fotografía que incluso en los planos más cerrados obtiene un alto grado de nitidez, se erige como precursora en una imagen que bien nos podría retrotraer directamente a un film como El resplandor —con el que también lo emparentan esa escisión narrativa en jornadas y el empleo de una banda sonora que, si bien se muestra más enfática en Queen of Earth, ayuda a forjar esa tonalidad tan marcada—, siempre (eso sí) guardando las distancias con un cine que se siente personal e intransferible en manos de un inspirado Ross Perry.

El componente psicológico implícito en ese inquietante «score» no es más que un modo de rubricar aquello que el cineasta trabaja desde la narración: esos «flashbacks» desplazados de su concepción como tal y añadidos con gran perspicacia, no sólo sostienen los claroscuros de esa relación entre Catherine, la protagonista, y Ginny; son, además, indicadores de una ambiente quebradizo. Es ese el motivo por el que Ross Perry los desposee de su naturaleza, y es que la situación de Catherine queda descrita en ese primer plano del film, como si se renunciase a seguir dando forma a un pasado siempre presente y las incursiones en el mismo fuesen fruto y consecuencia de la situación actual. Todo ello es sostenido por Elizabeth Moss y Katherine Waterston, sendas protagonistas y motores de una cinta tan capaz de funcionar tanto mediante estímulos —siempre atados al nivel que muestran ambas actrices— como a través de la progresión de un tono que no deja de crecer e incluso modular sus propiedades para disponer un terreno siempre sostenido desde la misma perspectiva más allá de su cambiante carácter.

De la luminiscencia dominante en los dos primeros actos, Ross Perry nos sumerge de un modo un tanto repentino en un contexto que, si bien continúa resultando algo claustrofóbico y enardecido, queda empapado por un lóbrego aspecto hasta entonces inexistente. Es en ese punto donde Queen of Earth se encuentra con un reverso «polanskiano» que, si bien se asemeja como un consecuente reflejo de lo relatado hasta ese momento, no sostiene la misma intensidad y ambigüedad. Pero el cineasta se muestra de nuevo jerárquico y logra que lo que ese conjunto deja de transmitir, sí lo hagan algunas de sus secuencias, como esa devastadora reacción de Catherine frente a Rich, un amigo de Ginny, durante la cena. Puede que en ese nuevo marco Queen of Earth pierda ciertas cualidades que habían ejercido como punto diferencial, y no las termine de comprender desde ese prisma que más bien parece apuntar a la degradación tanto física como psicológica de la protagonista, pero tan cierto es como que el cineasta refrenda y sostiene ciertas virtudes con una facilidad pasmosa. Es así como los dos últimos planos, contrapuestos con una tenacidad y lucidez indiscutibles, reflejan el punto final de otro de esos recorridos por la enfermiza psique humana, comprendida en Queen of Earth como un tan inquietante como brillante ejercicio que continúa refrendando la figura de Ross Perry como uno de los grandes creadores del cine independiente más reciente.


Crítica para www.cinemaldito.com
@CineMaldito
Grandine
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
16 de julio de 2016
6 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pretenciosa película de cine independiente que emula obras maestras como Persona y Repulsión, pero sin ningún éxito. El comienzo es un tributo al cine de los 50 con el monólogo de la rubia llorando mientras aparece el título de la película al centro y se escucha una dramática canción de fondo. Luego se nos presenta a las dos amigas: la rubia (Elisabeth Moss) y la de cabello negro (Katherine Waterston), al igual que en Persona de Bergman, lentamente se enfoca en los problemas de estas dos y cada escena es un diagnóstico psicológico, pero esta vez mal hecho. No es creíble la disputa entre estas dos y la repentina locura de la rubia, que es un tributo a Repulsión de Polanski, en especial la escena de los brazos atacándola.

La película se hace muy pesada en ciertos tramos y no se llega a explicar del todo el problema estas dos, nunca, todo lo que hablan ellas es vago, ninguna parte de los interminables diálogos es un indicio o algo que explique el porqué de las cosas y ese es el gran fallo de Alex Ross Perry, creo que más se enfocó en hacer tributos a películas de culto que en solidificar el trama.
La Mente Maestra
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 de octubre de 2015
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Queen of earth se presenta como una especie de cruce entre Persona (Ingmar Bergman) y Repulsión (Polanski). Es imposible que no se te vengan a la mente estas dos obras cuando ves la película. Al igual que el director sueco, Perry decide que sus dos protagonistas pasen un tiempo en una casa, alejadas de toda civilización, a modo de viaje purificador. Pero será durante esta estancia cuando se den cuenta del distanciamiento y enfriamiento que ha habido en la amistad. Pullas, resquemores, acciones del pasado; saldrá todo al descubierto y, lo que parecía unas plácidas vacaciones, se convertirá en un infierno. Y aquí es donde entra en juego su similitud con Repulsión. El degradamiento pisocológico del personaje de Elisabeth Moss, que llegará a la locura prácticamente, puede ser comparable con el que sufría la mítica Catherine Deneuve en la película de Polanski.

La película abarca los dos años seguidos que las amigas deciden pasar un tiempo juntas. Así, mediante flashbacks, la película va y viene del pasado hasta la actualidad para mostrarnos cómo era la relación entre ambas. Observamos cómo en un principio Moss aun no lo había dejado con su pareja o que Waterson tiene como novio a un vecino suyo, el cual va a ser mas tarde uno de los motivos de la degradación mental de la protagonista.

Como reza el título, “Queen of earth”, ambos personajes quieren ser todo el rato el centro de atención. Llevar la iniciativa y mostrar una superioridad frentre a la otra. De este modo, vemos cómo Waterson se lleva a su vecino a la casa a pesar de que su amiga le dijo que este viaje era para que estuvieran las dos juntas. Envidia, odio y resentimiento es lo que que va a surgir entre las dos.

Moss experimenta un extenso abanico de sentimientos. Desde la felicidad hasta la locura, pero de manera desordenada debido a los flashbacks, que pueden llegar a confundirnos y preguntarnos el porqué de determinado comportamiento. El personaje de Waterson es más contenido y más difícil de seguir en su desarrollo, pues no apreciamos un cambio tan abrupto como en el de su compañera.

Perry aprovecha los primeros planos para mostrar a modo de introspección el estado psicológico de ambas. Cabe decir que es Elisabeth la que sale ganando en todas las batallas mientras que su compañera nos deja un poco fríos.

La música, tan tranquila como siniestra, convierte este drama casi en un thriller psicológico del que llegamos a pensar que tanto trastorno puede acabar en algo menos que en una matanza. Claro que en este punto Perry no se olvida de meter alguna dosis de comedia para que no pensemos que, del examen de la personalidad de una mujer, pasamos a algo parecido a un slasher digno de los años 80.

El film es interesante en su planteamiento pero no consigue hacer un ejercicio completo de los sentimientos de la protagonista. En algunas conversaciones sacamos cosas del pasado de Moss que la traumatizaron, como su relación con su padre, pero se queda ahí. Durante la mayor parte del metraje, asistimos a cambios en el temperamento de las dos jóvenes en medio de un pequeño embrollo del qué no sabemos muy bien a qué se debe.

https://cinedeautorblog.wordpress.com/2015/10/01/60/
cinedeautor
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
11 de febrero de 2016
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Deberíamos cambiar posiciones, a ver cómo nos sentimos entonces”

Película inquietante y tenebrosa que explora la relación de amistad entre dos mejores amigas de la infancia, esa leal persona que se supone estará allí cuando la necesites sin fallarte, que no relegará tu depresión y desganado estado de ánimo por la felicidad y ventura que en ese momento se disfruta y que sabrá ser, escuchar y acompañar en tu desgracia, como acogedor hombro en el que apoyarse y firme cuerpo al que abrazarse.
Pero cuando cae el mito visionado de quién es esa compañera y se empieza a conocer a quién realmente vive dentro de ella, pero cuando la vida, con su maldad e ironía, le da la vuelta a la tortilla y la necesitada ahora es sobrio orgullo que duda si proporcionar cuidados a quien, en su momentos de angustia se evaporó y no supo ejercer de consuelo y ayuda.
Devolver lo recibido con el mismo vacío e indiferencia, ojo por ojo y diente por diente, la ley del Talión se abre paso, argucia interesante llevada con siniestra pausa, terror fijativo y espeluznante mirada de lento y desgarrador proceder, no apto para toda paciencia, va salteando el presente y pasado en una cruel comparanza sobre el comportamiento de cada personaje, según la situación dada.
Cámara obsesiva encarada al esclarecedor rostro que no engaña y muestra, con gran desnudez, cada figura; una alejada casa como cobijo juzgador de la degradación mental de una/alzamiento poderoso de la otra, supuesta estancia de relax y compartimento reflexivo que esboza verdades sanguinarias y acusaciones afiladas que duelen y establecen un peligroso combate de culpas pendientes de ajusta y explosionar, imparables una vez se les da salida.
Resentimiento, egoísmo, miedo, odio, recelos..., toda una gama de perversos sentimientos verán la luz al no poder cohabitar, al tiempo, el trono aspirado pues, ambas pelean y debaten por ser el centro de la tierra, esa “queen of earth” de tan reducido territorio, pero cuyo puesto se disputa ferozmente y con todas sus garras y labia.
No deja de ser un thriller psicológico donde se teme lo imprevisto, dada la diversidad cambiante de emociones que viven sus estrellas; desolación, frialdad, unas veces oxidada/otras valiente y lúcida, escenas potentes y aclaratorias con otras ingenuas e inconexas, hermosos espacios abiertos que contrastan con la asfixia de una exigua habitación, escondite de un doloroso mundo...,
Alex Ross Perry escribe y aporta una dirección magnética con puntos álgidos/otros escasos, desconcertante en términos generales que consigue la escoltes para resolver la resolución de tan extraña pareja que respira crueldad y alevosía, resquemor y desconfianza, al tiempo que desencajadas buenas intenciones hacia su amada amiga.
Conmociona por momentos/por otros se distancia, la incertidumbre y pesar viven latentes en todo espacio, zozobra de locura que perturba sin lograr un acelerado desasosiego durante todo su visionado, pues unas partes son más nutritivas/otras más inapetentes; cine con carácter propio que no a todos entusiasmará, para escogidos tolerantes que gusten de deliberar a partir de una presentación minimalista que hace, de sus desiertos y estáticos fotogramas, cartel de identidad de toda la congoja y desvarío suplicante que allí se está viviendo.
La necesidad y desesperación cambia de manos y portadora, ¡Dios salve a la nueva reina!, cuya misericordia y compasión hacia su predecesora no parece sólida afirmación y sí vacilación turbadora; es un mezquino juego a dos bandas, donde se devuelven las bofetadas recibidas y se toman posturas según la sensación asimilada.
Es interesante e inquisitiva en su interrogación, también alicaída e inapetente en su rutina, deja huella aunque, no corona su horror y desdicha con solvencia por parte de un libreto que sabe lo que quier ofrecer pero, por su camino se entretiene y distrae con florituras que no van a cuento.
Tiempo de la convivencia es memorable, otros olvidables, pero has convivido con ellas hasta el final, ¡es lo que cuenta!

Lo mejor; un insinuado ambiente a lo Polanski
Lo peor; se desvía con facilidad de la robustez de su propósito.

lulupalomitasrojas.blogspot.com.es
lourdes lulu lou
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow