Hellraiser VI: Hellseeker

En mi afán de ver completa la saga de Hellraiser he ido pasando de película en película encontrándome con unas cosas u otras, mejores o peores.

La primera película de la saga estaba bien, resultó tener una estética muy original e inquietante y en su género de, digamos "terror ochentero", cumplía perfectamente su papel.

A esta le siguieron otras tres películas que, con altibajos, iban más o menos en la misma línea, aunque, a juicio de servidor, desvirtuando el concepto original poco a poco.

Entonces llega Hellraiser V en el año 2.000, dando una vuelta de tuerca a la saga y reconvirtiendo lo que ya empezaba a ser una cuchufleta en una clase de films distinta, con un terror mucho más psicológico, con muy pocas "apariciones del monstruo" por así decirlo, y, en general, tomando un nuevo cauce que parecía increíblemente prometedor. Incluso podría considerarse una película fuera de la saga, en ese aspecto, ya que en sí misma contenía una historia autoconcluyente muy bien llevada que explicaba del mismo modo lo necesario y suficiente sobre el "mundo" de Hellraiser.

Entonces llega Hellraiser VI, la que verdaderamente nos ocupa ahora. Cuál fue mi sorpresa al descubrir que seguiría con la misma tónica de la quinta entrega... pero cayendo en picado o como se decía antes: de culo y contra el viento.

Básicamente lo que este film propone es coger el soplo de aire fresco que le dio la precedente y volver a hacer exactamente lo mismo, eso sí, dándole un nexo con el inicio de la saga que no tiene ningún sentido (y que solo puede servir para desorientar (aún más) al espectador que no conozca dicho inicio), llevando fatal el desarrollo de la misma, aunque se esfuercen en imitar a la quinta, con unas actuaciones muy por debajo de la anterior entrega.

Resulta una engañifla, en ese sentido. Coge lo bueno de la quinta película y lo convierte en malo, haciendo que el espectador, de tanta "desorientación", pierda el interés rápidamente en el desarrollo de la película, y desde el minuto diez esté esperando "a ver qué tontada de explicación tiene todo esto al final".

Y no defrauda, porque, desvirtuando así absolutamente el gran final de la quinta, hacen básicamente un corta-pega de aquél a esta película, eso sí, añadiendo toda la metralla posible para tratar de venderte una continuidad en una saga que ni siquiera la necesita, y resultando acabar en la ya esperada tontada.

Casi que prefiero ver un slasher de toda la vida que este churro de "terror psicológico". Si es eso lo que buscas, mejor vete la quinta de Hellraiser, y esta déjala sólo para "pseudofans" que, como yo, tengan curiosidad por verse todas.

Sexta entrega dirigida por Rick Bota, este hombre también filmaría las dos siguientes, es decir, hasta la octava. El único interés que tiene esta cinta, es la reaparición de la actriz Ashley Laurence interpretando de nuevo a Kirsty (recordemos que desde su cameo en la tercera parte no volvió a aparecer en la saga) aunque la verdad, se podría haber ahorrado la rebajada. Kirsty esta vez no es la protagonista, juega un papel importante, si, pero el actor Dean Winters es quien lleva las riendas de la historia. La trama es una copia del concepto argumental creado por la aceptable pero independiente quinta entrega. Es el mismo esquema, las ideas están desgastadas, y se nota la evolución sufrida de la saga. Yo la veo como una 'copia-secuela de la quinta' que nada tiene ya que ver con el 'Hellraiser' original. Como thriller psicológico, es entretenido, pero irregular, se puede ver, pero puede resultar confuso ... además, esto ya parece más bien 'Saw' con flashbacks, giros finales, y revelaciones sorpresa.

Pinhead y su pandilla de engendros interdimensionales regresan por sexta vez siguiendo la fórmula de la quinta y acertada entrega, aunque sin llegar a alcanzarla. Otra trama cíclica y retroalimentada con explicación final, que aunque pierde el factor sorpresa, consigue mantener cierto interés. De nuevo se reduce el nivel de gore en favor del nivel de sesera, con el regreso de la protagonista de las dos primeras partes de la saga, y con un protagonista amnésico y sufriendo pesadillas y alucinaciones que son piezas de un rompecabezas que recuerda al de la entrega anterior “Inferno”. Apropiada para una tarde de domingo, o quizá de sábado; se deja ver.

Una vez que Pinhead fue regresado por obra y gracia de los estudios de cine ya había manga ancha para hacer y deshacer con su personaje y su universo de engendros del demonio, así que no hubo que esperar mucho tiempo para volver a ver otra vez nuevas andanzas de estas criaturas con el reclamo del regreso de Kirsty Cotton, personaje que no aparecía desde la tercera entrega.

El reencuentro entre Kirsty y Pinhead para quien fuera fan de la saga por aquel entonces imagino que debió atraerlo para darle una oportunidad al filme. No creo que me pase de frenada cuando digo que el giro dado con el personaje de Ashley Laurence fue francamente sorprendente, y para mal, ya que esta versión con respecto a lo que se sabía del personaje hasta la tercera parte es totalmente diferente. No sé hasta que punto se podría decir incluso que esto es una tomadura de pelo para cualquier persona que estuviera al tanto de estas películas. A pesar de eso, también es verdad que encaja perfectamente en la trama que se quiere contar.

Una trama que sigue el esquema de thriller donde no se sabe que es la realidad y que es una fantasía que ya se hizo en el largometraje anterior dirigido por Scott Derrickson con mejores resultados, que ya encajaba perfectamente con el género policíaco. En esta ocasión, la historia parece estar en un bucle permanente donde solamente en el tramo final se empiezan a poner respuestas a las preguntas que van surgiendo por el camino y que sufre el personaje protagonista, Trevor. Un Trevor que, al igual que el policía protagonista en la cinta previa, irá descubriendo qué está sucediendo en realidad.

Esta nueva historia mantiene el estilo de la predecesora, aunque eso no sirve para sacarla del infierno debido a que no es un relato tan atractivo en el que se acusa a veces de ser demasiado repetitivo y sin mucho gancho. No es un completo desastre porque consigue atraer la atención en varios segmentos donde se puede sacar algo de jugo a la narración. A pesar de eso, el poso que deja no es del todo satisfactorio porque el estilo de relato que encajó muy bien en la secuela del año 2000 no consigue encontrar su sitio ahora.

Está claro que la saga se aleja cada vez más de la idea original de la primera parte, Hellraiser VI es una película que ya nada tiene que ver con el resto.
La quinta parte fue también una película que se alejó por completo de la idea original pero por sorpresa estábamos ante una película muy bien realizada y dirigida, un drama psicológico que se basa en la idea del infierno interior que vive una persona.
Esta sexta parte quiere seguir esa línea que dejó ya la quinta pero no funciona para nada…demasiado lioso, demasiadas cosas que no encajan para nada, al final no se sabe ni de quien es la culpa.
Se podría ver como una película que nada tiene que ver con la saga y aún así, no funciona pero si a esto le sumamos que pretende pertenecer a una saga, peor todavía ya que no tiene ningún lazo en común.
Podría haber sido un buen thriller psicológico pero ni aún así…la séptima aún peor…vamos a ver que pasa con la octava.