F/X, efectos mortales

La premisa de la pelicula es muy interesante, consiste en cómo un hombre encargado de los efectos especiales de las películas de cine es contratado por la policía para que simule el asesinato a un soplón de la mafia.

El ritmo de la película es muy acertado desde el comienzo, aunque hacia la mitad del metraje el interés decae un poco para volver a retomar su nivel en la tercera parte. Aparte de lo atractivo del guión, es muy interesante observar los trucos y materiales que se emplean para conseguir los efectos especiales cinematográficos, aunque por desgracia no se profundiza demasiado en ello en la película (algo que sí se hará en FX 2: ILUSIONES MORTALES, una secuela bastante digna, más espectacular que la primera pero con su mismo espíritu).

El reparto es también muy acertado. Los dos protagonistas, Brian Dennehy y Bryan Brown, están muy bien seleccionados y se compatibilizan perfectamente a pesar de que no aparecen juntos en pantalla prácticamente durante toda la película. Los dos actores están muy creibles y naturales en sus papeles, y son acompañados por otros excelentes secundarios como la guapísima Diane Venora (Bird, Heat, El dilema...) o Tom Noonan (Hunter).

En definitiva, una muy buena pelicula sin demasiadas pretensiones, pero no exenta por ello de calidad.

Interesante cinta ochentera cuya trama depara engaños y traiciones por doquier, policías corruptos complotados con la mafia, simpáticas simulaciones varias de la realidad donde un especialista en efectos especiales debe hacer parecer verídicos sus artificios, intereses solapados y engañosos que combinan los tecnicismos utilizados en la artificiosidad del cine con las maquinaciones policiales-mafiosas propias de la realidad.
Es un filme divertido, que comienza como una propuesta de intriga para luego derivar en una película de acción, donde hay exageraciones varias e incluso algunos toques cómicos como para darle más realce emocional a un argumento bien pergeñado en donde nada es lo que parece.
Cinta de ritmo ágil y dinámico; con dos buenas interpretaciones en los protagónicos tanto de Bryan Brown como de Brian Dennehy, artífices fundamentales para el éxito del filme gracias a su chispa y su química como dos justicieros paralelos que van desarrollando métodos pocos ortodoxos para hacer cumplir la ley.
Mención especial para los efectos especiales, los cuales son fieles reflejos de una época donde no existían los gráficos por ordenador sino que el despliegue de los mismos era artesanía pura.
Se puede hablar de una cinta efectiva, que cumple con su objetivo de entretener con una propuesta engañosa e imaginativa, que no sólo se limita al vértigo de la acción sino que despliega un argumento original en sus alternativas, emotiva por sus enredos y sus traiciones, y pícara en ciertas situaciones donde el oportunismo y la gracia de los actores principales también contribuyen desde su hilaridad para construir un producto práctico y contundente.

Dato al margen:
PRIMERA película que veo de Robert Mandel.
Cineasta que por ende no ingresa en mi ranking de directores (condición mínima: 3 películas vistas).

Entretenida pese a quien pese. Y buena, con un argumento de lo más adecuado para la acción que propone. Y es que esas secuencias callejeras en las que un vehículo irrumpía en la acera, a toda pastilla, llevándose por delante terrazas, demás mobiliario urbano y espantando a los peatones, ya no se hacen. Ahora ves catástrofes impensables en las que los edificios vuelan por los aires y los mares engullen ciudades enteras, pero amigo, todo es falso, todo es dibujo electrónico y nada más. Lo real está en estas películas, en los extras, en las cámaras... Este cine fabrica entretenimiento y hace que las actuaciones sean mucho más válidas y reales porque en las de ahora los actores no ven lo que tienen alrededor, lo único que hacen es poner caras y dar saltos, y eso yo también lo hago.

Thriller apreciable, distraído, con su toque de humor, y su acción, más rudimentaria, más real, y además está el gigantón Brian Dennehy de poli. El otro día le vi de poli en los Apalaches persiguiendo a Rambo. Poli bueno, poli malo. El que vale, vale, y el que no, para cabo.

Bryan Brown es un técnico en efectos especiales que es requerido por el FBI para simular un asesinato. Sin embargo, una vez creado el efecto ilusorio Brown es objeto de un atentado. Consciente de que ha sido engañado luchará por averiguar quién está detrás de todo realmente. Para ello une sus fuerzas a un policía interpretado por Brian Dennehy.

Entretenida y original película policíaca producida por Dodi Fayed que obtuvo un respetable éxito de taquilla que propició una secuela cinco años después. Bryan Brown en uno de sus mejores papeles, ofrece una estupenda interpretación acompañado por el siempre eficaz Brian Dennehy. El guión incluye dosis de acción y suspense en la justa medida hasta su imprevisible desenlace.

La película también resulta interesante porque muestra el mundo de los efectos especiales desde dentro y gracias a ello podemos comprobar los trucos y artificios empleados por los profesionales para crear ilusiones. Además la trama incluye las suficientes sorpresas y giros argumentales como para mantener atento al espectador sin caer en los convencionalismos del género.

‘Rollie’ Tyler es un experto en la creación de efectos especiales para las películas chabacaneras de Hollywood. Ahora, ha recibido un encargo un tanto peculiar, y no ha sido de parte de ningún productor de cine, sino del Departamento de Justicia de los Estados Unidos. La misión no es otra que la de simular el asesinato de un capo mafioso que está dispuesto a colaborar para minar el tinglado del crimen organizado. Sin embargo, pronto descubrirá que detrás de todo ello se esconde un oscuro y sangriento interés.

‘F/X’ es un producto en la línea estándar de los 80, cine comercial para el público de masas, pero realizado con algo más de dignidad que el que se realiza actualmente. En esencia, es una película de acción pura, con un actor principal, Bryan Brown, obstinado en salvar su pellejo a base de trampas con los efectos especiales (con ellos es capaz de cepillarse a media Nueva York), pero, eso sí, con un guión entregado a la innovación dentro del rudo género, deparándonos algun que otro alocado giro en el devenir de los acontecimientos. En definitiva, un film curioso que, al menos, combina dentro del contexto de hostias, explosiones y fiambres, una trama original (efectos especiales, engaños y supervivencia) que sirve, exclusivamente, para entretenerte. Las hay mucho peores.