People That Are Not Me

Israel. Son jóvenes. Una chica y un chico. Y otro más. Y un posible tercero. Trabajan. Estudian. Salen a tomar algo y a ver si follan o están menos solos.
No hay mucha novedad. Pero se cuenta mejor. Son islas de egoísmo, incomprensión y estupor. Son ridículos y están perdidos. Especialmente ella, que se debate entre una displicencia altiva y una desesperación sorda. Y ellos son unas joyas también. El más encantador es incapaz de darse sin buscar salidas nada más comenzar la relación, el otro, el garrulo, es menos complicado pero demasiado bruto. Y hay un tercero de fondo, por si acaso.
Es una película precisa, ágil y lúcida. Plantea un asunto banal para luego desmenuzarlo y dejarlo en el hueso, para ir al fondo y sacar petróleo. Y no cae en la tentación fácil de salvar, de identificarse con la protagonista y así victimizarla a través del tópico que dice que ellas nunca son responsables, nada más que objetos pasivos que solo pueden padecer u observar las miserias y debilidades de ellos. Aquí las hay, muchas, pero ella no está por encima, ni por debajo, de nadie, pelea en el mismo barro. Necesita lo mismo y no tiene red. Está incluso más desguarnecida, más desnortada y ansiosa si cabe.
Montaje vigoroso, planos cortos, cámara en mano; se logra transmitir la sensación de inmediatez y angustia crispada, de cierta inocencia mancillada.
Se parte de cierto naturalismo, plasmado a través de diálogos y escenarios creíbles, y se llega a un brillante esencialismo que trasciende el lugar o las vulgares anécdotas.
La actriz protagonista, que a su vez es la directora y guionista, mil hurras por ella, por ser tan valiente y generosa y nada autocomplaciente a pesar de las primeras impresiones, Hadas Ben Aroya, acierta con la áspera fragilidad de su quebrado personaje.

Escrita, dirigida y protagonizada por la joven Hadas Ben Aroya, a la que rápidamente han catalogado como la Lena Dunham israelí (de hecho es muy fácil encontrar semejanzas entre este filme y la serie Girls creada por Dunham), la película es un retrato del egoismo, la soledad y la desorientación juvenil en su complicado paso a la vida adulta, narrado de manera naturalista y sin adornos por su polifacética autora que demuestra tener una prometedora carrera por delante. Una pequeña joya que ya ganó el premio Talents en el pasado festival de Cine de Autor de Barcelona.

Más críticas y crónicas del Atlántida Film Fest 2017 en http://hambredecine.com

Se puede ver estos días en el Atlántida Film Fest esta modesta película israelí en la que polifacética autora (además de protagonizarla, la dirige, escribe y produce), apunta algunas reflexiones de cierto interés sobre la soledad y las relaciones sentimentales de la juventud actual, aunque también adolece de defectos así como de tiempos muertos.

Pero la sensación general es positiva gracias a acertar de pleno con una estupenda secuencia final, que resume el carácter y estado personal del personaje protagonista y confirma los apuntes que había estado dando sobre el mismo. Uno de esos casos en que un gran cierre consigue que el espectador olvide parcialmente los problemas de una película y/o sea benévolo con el conjunto de la misma.

En su ópera prima, la israelí Hadas Ben Aroya participa como directora, guionista, productora y protagonista. Su debut ha recibido el premio a la mejor película en el Festival Mar de Plata o el Premi Talents del D’A Film Festival.

"People that are not me" es un retrato de esa generación de jóvenes que lleva por bandera las webcams, el WhatsApp o el Tinder para ligar; los cascos de música para la calle, la comida basura, la actitud narcisista, un trabajo que no llena pero que deja tiempo para “sus cosas”; una falta de compromiso con la vida en general y con las personas en particular. Y si tienes relaciones, no está permitido demostrar lo que sientes: la otra persona se podría asustar.

Al principio de la película, su potente banda sonora ya nos adelanta que This is not a love song. Pero la protagonista tampoco sabe estar en soledad, por mucho que aparente que está genial.

Lo mejor de "People that are not me" es la voz actual de Hadas Ben Aroya. Lo peor es que cualquier buen capítulo de "Girls", en apenas 20 minutos, sabe transmitir mejor estos dilemas de las veinteañeras.

Astoria21
http://astoria21.es/atlantida-film-fest-2017-cronica-i/

Hadas Ben Aroya decide en su ópera prima ponerse ella como protagonista probablemente por lo personal que le siente tratar este tema. Con Israel como marco, un marco que hoy en día podría ser casi cualquier parte del mundo, interpreta a una joven de 25 años que se acaba de separar e intenta seguir adelante a través de relaciones casuales. Pero una relación es demasiado casual y se niega al mínimo atisbo de intimidad, y la otra la asusta porque se presenta como la contraparte a aquella.

En el medio, ella trabaja en un lugar donde está cómoda pero no se siente ella y teme que el tiempo para hacer cosas que le gustan se le escurra de las manos. Porque no es lo mismo empezar a aprender a estudiar un instrumento musical cuando tenga treinta años por ejemplo.

People that are not me tiene mucho de retrato de la llamada generación “millenial”, algo así como una Girls (HBO) más enfocada en un solo personaje. Toda la película es ella sola, poniéndole cuerpo y alma a aquella joven que todavía no es la adulta que creía que sería a esa edad, llena de dudas y ansias de un poco de intimidad.

Filmada siempre desde la perspectiva de ella, con algunos muy bien realizados largos planos secuencias, People that are not me es una película chiquita y personal, un lindo debut para su directora aunque quizás le falte algo de profundidad y de desarrollo de un contexto. Muy actual y universal, eso seguro.

Publicada en visiondelcine.com