La reencarnación de Peter Proud

Peter Proud (Michael Sarrazin), un profesor universitario casado con Nora (Cornelia Sharpe), comienza a tener unas extrañas y recurrentes pesadillas, en las que se ve en plena noche bañándose en mitad de un lago y pidiendo perdón por algo que le dijo, a una mujer que en actitud despechada le golpea con el remo de la barca donde el trata de subir, momento en el que le vemos gritar el nombre de la mujer y agitarse en las cama ante la lógica preocupación de su esposa.
Los sueños comienzan a ser más variados y persistentes, por lo que se pone en manos de profesionales, primero médicos y luego un hipnotizador que le hace ver que quizá este recordando una anterior vida y sea un reencarnado, cosa de la que adquiere certeza cuándo empieza a ver coches, casas y lugares característicos de hace 30 años y tras una investigación determina que pertenecen a Massachusetts, por lo que se dirige hacia allí a investigar en compañía de su escéptica y cada vez mas harta esposa, que cansada del tema vuelve sola a su hogar dejando al bueno de Peter husmeando por la zona, donde logra encontrar el algo que veía en sueños (Cristal Lake. ¿les suena?), a una mujer llamada Marcia Curtis (Margot Kidder,(la Lois Lane de Superman), que resulta ser la mujer del lago con 30 años más y a su hija Ann (una guapísima Jennifer O'Neill).
A partir de aquí tenemos un absorbente y morboso thriller sobrenatural, dirigido por el recio y eficaz artesano, J. Lee Thompson (“El cabo del miedo” y “Los cañones de Navarone” entre otras joyitas), con una buena banda sonora firmada por el gran Jerry Goldsmith., un guion y desarrollo de la trama por su camino, unos inquietantes exteriores (Massachusetts) y un excelente trabajo actoral que hacen creíble y dan brillantez a la historia y te mantienen pegado a la pantalla durante todo el metraje hasta el magnifico final.
En cuanto al reparto, las estrellas de la función son los canadienses Michael Sarrazin y Margot Kidder y la bella Jennifer O'Neill.
Los que la vieron en su día, aparte de por lo inquietante y brillante de la trama, seguramente la recordaran por la erótica escena de Margot Kidder desnuda en la bañera (en la reprimida sexualmente España de los 70 ese tipo de inusuales escenas dejaban huella) y ahondando en el tema me ha llamado la atención varias escenas de desnudos (tanto masculinos como femeninos, nada de otro mundo), escamoteadas en la versión que se estreno en España (se conoce que los censores que velaban por nuestra salvación moral debieron pensar que con la escena de la bañera nos podíamos dar con un canto en los dientes).
Absolutamente recomendable esta joyita setentera de la que parece ser Paramount está preparando un remake.
Un saludo a los fusiladores de turno, que sepáis que vuestros “No” me la repanplinfan.

Pues a mi, la película en su momento me dejo alucinado, soy el tercero que opina de la película, ¿porque sera?, pues muy sencillo, con todos mis respetos, a la peña de esta pagina le falta mucho cine por visionar, que es muy fácil subirse al carro de los triunfadores no???... os dejo otras joyas similares: Mágico, El proyecto brainstorm, Coma, Cuando el destino nos alcance...Yo ya se lo que vendrá en el futuro, que el genial David Finsher hará la nueva versión de la película y todos le aplaudiremos, pero la mayoría no sabrá que antes hubo ya una exquisita e inmortal versión.

Pues sí, señores, esta película es con la que más miedo he pasado en mi vida. De hecho, no terminé de verla del todo. Ahora seguro que me parecería una chorrada si la volviese a ver, pero cuando lo hice, tenía catorce años, lo pasé mal

Recuerdo que la vi en "Sábado cine". Y junto a "No profanar el sueño de los muertos" (la vi con doce años) y "¿Quién puede matar a un niño?" (con dieciséis), forman el trío de películas que más miedo me han provocado. Cosas de la edad...

Siempre me acordé de esta película, pero hasta que no llegó la era internet no supe cuál era su título exacto

Trío de películas que nunca olvidaré (creo)

Michael Sarrazin, actor canadiense fallecido en 2011 y que había protagonizado junto a Jane Fonda en 1969 el drama de Sydney Pollack "Danzad, danzad, Malditos" (They Shoot Horses, Don´t They?, 1969), protagonizó a mediados de los años setenta éste inquietante drama sobrenatural, aprovechando films de la misma temática que habían surgido tras la faz de "El Exorcista" (The Exorcist, 1973) de William Friedkin y que tuvo como principal referencia "Las Dos Vidas de Audrey Rose" (Audrey Rose, 1977) de Robert Wise.

Sin embargo la película de J. Lee Thompson parece brillar por su ausencia. Al director de "Los Cañones de Navarone" (The Guns of Navarone, 1961) y "El Cabo del Terror" (Cape Fear, 1962) se le empezaba a decar la carrera hacia una solemne pero lenta mediocridad aunque "La Reencarnación de Peter Proud" salva por sus momentos interesantes. Una historia pasional donde un misterioso crimen del pasado sacuden al protagonista y lo llevan desde California al lugar de los hechos, en el otro extremo del país, ya que sus visiones en sueños van a demostrarle que tuvo una vida anterior.

A Sarrazin le acompañan dos actrices muy en boga en esos años: Jennifer O´Neill (aclamada en el cine italiano por su intervención en "El Inocente" (L, Innocente, 1976) de Luchino Visconti y Margot Kidder, futura Lois Lane en "Superman" (1978) de Richard Donner. Ambas actrices que contaban con la misma edad, unos veintisiete años, interpretan a madre e hija respectivamente.

Sigo con la intención de acabar con J. Lee, un director que alterna obras interesantes -ninguna maestra- con mediocridades que quizá ni siquiera triunfaron en taquilla. En todo caso su volumen de obras es notable, 46 películas desde 1950 a 1989, cuarenta años de carrera.
Esta es de las del último grupo. Quizá en su momento pudo tener algo de predicamento, pero no ha aguantado bien el paso del tiempo, que la ha machacado, literalmente. Estéticamente está muy marcada en una determinada época, y la temática ya está muy abandonada. La reencarnación era una moda, ahora desusada, y el tratamiento que le da el director quizá no esté mal enfocado, pero, la verdad, carece de interés y no ha conseguido trascender al tiempo actual.
Hace relativamente poco vi una película de similar temática: Las dos vidas de Audrey (Robert Wise, 1977), que me pareció muy interesante. Esta de J. Lee no es tan buena como aquella. Tiene momentos, es interesante el reparto (de lo más taquillero de la época) y la música de Jerry Goldsmith acompaña bien la trama.
Todo el mundo ha pensado alguna vez en la reencarnación, y ese es el leit motiv de la cinta, intentar subyugarte en la idea de que verdaderamente has vivido otras vidas.
Quizá la película es demasiado larga, aunque esa es una apreciación que suelo tener con frecuencia, por lo que no debo hacerme mucho caso. Cada vez me gustan más las películas directas, las tramas sencillas y muy acentuadas, los viajes, los indios, los buenos y los malos. La complejidad sólo está al alcance de los excelentes directores, y J. Lee no está entre ellos.4