Free! (Serie de TV)

«Free!» es el moé de hombres para chicas y los resultados son igual, o peor, que los de chicas monas haciendo monerías. Puedo decir que este anime ha sido una gran decepción para mí.

No sé, yo esperaba una historia deportiva bien dibujada, con un chicos guapos, sí, de acuerdo, pero guapos de verdad. No por que tengan mucho músculo y pelos de colores estos personajes son atractivos. Me cuesta elegir a alguno de entre la veintena de muchachos simplemente porque ninguno me resulta interesante, apuesto, seductor, con relieve. La superficialidad de los personajes, limitados a estereotipos y a un reclamo físico y visual sin encanto, destruye gran parte de esta historia. Porque el moé se basa en eso: en el éxito de los personajes, en su belleza y capacidad para encandilar, y que el espectador simpatice y se enamore de ellos. En «Free!», al menos conmigo, no lo consigue.

Si quitamos, entonces, los personajes, nos quedan sus acciones e historias, que también son moé insulso: nadamos juntos, comemos juntos, hablamos, paseamos, vamos al instituto, al festival de verano, hacemos un campamento... Luego también hay conflictos y problemas de chavales bastante chorras: mi amigo se cambió de colegio, le gané y lloró, tengo que ser fuerte solo... De verdad, supuestamente estas historias son alegres y optimista, pero resulta incongruente con la tristeza, la molicie, las rayadas y falta de comunicación que tienen casi todos. Es decir, que no te transmite esa sensación de juventud y plenitud que se esperaría de este ambiente y estos chicos.

Tiene algo de humor en la primera temporada, que es la mejor, pero a partir de la segunda cada vez el anime es peor hasta llegar a un punto que se hace totalmente aburrido. Los chicos se multiplican; la única chica, Gou, que además es un encanto, desaparece; y por supuesto olvídate tú de algo de romance. Hay ligeros guiños yaoi (gay), pero muy, muy leves.

No os tiréis a la piscina, por favor.

Agradezco que este dibujo animado venga agrupado en una única ficha y no en tres, según las tres temporadas en las que se ha desarrollado y tal y como están las cosas no descarto que acaben realizando una cuarta. El caso es que "Free!" vendría a ser la apuesta por el moe masculino para chicas de Kyoto Animation. Es decir, chicos monos haciendo monerías, especialmente dedicado al público femenino o incluso homosexual. El resto nos tendremos que conformar con Gou, que es prácticamente la única muchacha en esta función. Eso sí es muy maja, fue elegida la décima "cutest girl" de este estudio, y posiblemente nos deje los mejores momentos junto a alguno de Rei.

Dicho esto, el anime va de más a menos. En la primera temporada, hay algo de humor, Gou tiene más peso y se sostiene el slice of life. En la segunda empeora, volviéndose más rollo pero la tercera es un horror, con su ensalada de personajes masculinos, hay por lo menos quince, como se ve en la foto de la introducción. Esto hace que las tramas sean un caos de unos pocos minutos cada una pero lo peor, y esto va por toda la serie, es que es en exceso chorra, los problemas son las típicas idioteces de gente que se raya sola, carece de romance, el desarrollo deportivo es muy malo y los personajes son de un sieso de campeonato. Depresivo, aburrido e insustancial.

El atractivo de este anime entra por los ojos. Y prococa que mires la natación desde una perspectiva diferente. Una de la que yo no era conciente. Yo no creía que nadar fuese tan sexy hasta que vi a los chicos de Free!

Siempre me inclinado por la idea de ver la belleza masculina en chicos haciendo cosas domésticas que se ven sexies... como Haru en su casa cocinando solo con su bañador y una gabacha de cocina, en lugar de ver a chicos bailando y haciendo striptease en un club. Y cómo podría no estar babeando por estos sexies nadadores; cada uno de ellos en su apariencia, estilo y personalidad son el sueño húmedo de toda chica... o chico, si vamos al caso. Empezando por el protagonista, Haru, con su silenciosa personalidad, que solo piensa en estar en el agua, un nadador nato, prácticamente un delfín que solo le gusta nadar en estilo libre, que no cree en cronómetros ni en competencias. Y por el otro lado, está Rin, lo opuesto de Haru, agresivo, orgulloso y obsesionado, que tiene por meta ser el mejor de todos. Ambos Haru y Rin son los dos personajes que ponen la tensión del drama de la historia; los lazos que los unían en el pasado, frente a la rivalidad y el naciente resentimiento del presente. Ambos deberán luchar y enfrentarse a esos ecos del pasado que los persiguen para poder recuperar finalmente lo que perdieron... su amistad.

La historia gira entorno a ellos dos, junto con los demás miembros del Iwatobi Swim Club. Makoto, quien muchas veces juega el papel de conciliador y apoyo emocional de Haru y del grupo, es el más amable. Nagisa, el pequeño y lindo rubio es quien pone las sonrisas en las caras de los demás chicos y Rei, el metódico, el novato del estilo mariposa y el integrante más reciente en unirse, y quien de alguna manera ha tomado el lugar original de Rin.

El argumento es elemental. Es sobre la natación y la amisdad. Con eso en mente, no hay muchas sorpresas en el camino, ya que esta es una historia que nos han contando siempre en diferentes formas. Aquí lo atractivo, como dije al principio es lo visual, los gráficos, y la ejecución del anime. En este aspecto, me atrapó desde el primer capítulo, por momentos podía sentir lo que decía Haru en el prólogo... sobre sentir el agua. Pero, en lo personal, creo que lo que terminó de colarme por completo y querer seguir a estos adorables y sensuales chicos fue la secuencia de los créditos del 'ending'; quedé fascinada no solo por lo visual, con Haru y compañia en el desierto, sino también por lo musical. La canción 'Splash Free' me pegó al punto de corearla cada vez que terminaba de ver cada episodio... aun cuando no sé ni una puta palabra de japonés.

Si miras Free! te sentirás todo el tiempo como se sentía Gou Matsuoka, la manager de los chicos, cada vez que los ayudaba con los entrenamientos, o cuando los acompañaba a los torneos y solo suspiraba al ver tanta hermosura masculina compitiendo. En mi caso, lo que sentía era pura envidia, deseando siempre cambiar de lugar con ella.