Napoleón y yo

Daniel Auteuil hace de Napoleón y sólo por eso merece la pena entrar en el cine (de hecho, es lo único brillante de la película, para qué nos vamos a engañar). He visto que la han clasificado en Filmaffinity como comedia bélica. Hombre, bélica, lo que se dice bélica, no es (salvo que consideremos cine bélico a "Mujeres al borde de un ataque de nervios" porque allí también Julieta Serrano dispara un revólver y se dan unas cuantas tortas). En cuanto a la parte cómica, en el cine no se rió nadie así que no debí de ser el único que no entendió los chistes (aparte, para que se note que es una película italiana todos los personajes hablan a gritos y a la vez, moviendo mucho las manos, quizá esto sea lo divertido).
Elio Germano está bastante guapo con sus patillas decimonónicas y, quieras que no, eso entretiene un poco. La Bellucci también está mona, dicen. Pero aquí sólo hay un verdadero emperador: Auteuil.

Bastante aburrida, los intentos por hacernos sonreír fracasa estrepitosamente y los giros que da la película son totalmente desafortunados, hay personajes que resultan difíciles de entender. Los actores ni bien ni mal, pero no es suficiente para levantar el film, una lastimas ya que era una buena idea.

La película trata que durante el exilio de Napoleón un joven que le odia intenta asesinarle, cosa que en un principio no le resultaría muy difícil. También durante la película hay enredos de amor, nada para destacar.

No merece la pena de perder una hora y pico para ver esta película, una gran idea que no ha podido llegar a un buen fin.

Podía haber sido una excelente película, pero no lo es. Si la hubiera dirigido uno de los grandes directores italianos de otras décadas... Pero lo ha hecho uno que aún está aprendiendo. Total, que casi es buena, que casi funciona, que casi consigue el protagonista su objetivo -es evidente que no lo consigue, que ahí está la historia para evidenciarlo- y que casi consigue convencerme la propuesta.
No es tan mala como algunos han dicho ni tan divertida como otros comentan. El doblaje bajo cuya tiranía la he visto no ayuda precisamente. Tiene momentos conseguidos -casi siempre con la presencia de un magnífico Auteuil- y falla en el tono de farsa impuesto en buena parte del filme.
Sin duda, la presencia de este prolífico actor francés es lo mejor de la producción. Compone un creíble Napoleón, que sin dejar de ser literario parece una persona. Uno de los mejores napoleones que he visto. Hasta en su altura física se da un aire.
Rodeados de tonterías veraniegas, hasta puede valer.

Napoleón fue enviado al exilio recluyéndole en la isla de Elba en 1814, el gran emperador dominador del mundo veía sus horas mas bajas y caía en desgracia, cierto es que cuanto más alto es un personaje más dura es su caída.

Paolo Virzi nos relata en tono de humor las andanzas de un niño malcriado de llegó a poseer un imperio pero que solo supo valorar su imagen en un espejo, el espejo al que su infinita vanidad le otorgaba en don de ser el ombligo del mundo.

La película no pasará a los anales del cine excepto por la aparición en el reparto de Mónica Bellucci que en su papel de baronesa nos regala su etérea belleza digna de la hija de Venus.

La presencia de Daniel Auteuil en cualquier film supone siempre un gran reclamo a la hora de su visualización. Es, sin duda, el mejor actor francés de los últimos años, aunque en estos años creo que no ha elegido películas a la altura de su talento. Aquí se embarca en la tentación de interpretar al francés más famoso de todos los tiempos (o casí), Napoleón. Y como era de prever, sale airoso del envite, por no decir que lo borda, aunque eso tampoco es noticia.
Lo que pasa es que una película no es sólo su actor destacado, tiene que tener otras muchas cosas... y es aquí dónde nada entre dos aguas. El director no se decide en ningún momento entre hacer una comedia a la antigua usanza o centrarse en el drama político. Si se hubiera decantado claramente por alguna de las dos opciones, no nos quedaríamos con la sensación continua de que "nos falta algo". Casi lo mejor de la película, a parte de las apariciones de Auteuil, son los gags protagonizados por la hermana del protagonista con su ridículo pretendiente.
Testimonial presencia del gran Omero Antonutti y de la escultural y maravillosa Monica Belluci.