En sus películas anteriores hemos asistido a un desparrame final, una suerte de fuegos artificiales con resultado desigual. En la nueva, a mi modo de ver, es casi todo desparrame. Tras un comienzo interesante, atraco frustrado, pringados y demás, que anda muy por debajo de la injustamente olvidada película sevillana "el mundo es nuestro", todo lo demás, y faltan muchos minutos para el final, no es sino exceso y fuegos artificiales. Yo ya tengo mis añitos y debo decir que no me reí ni una sola vez. Sigo opinando que con El día de la bestia sí que acertó, aunque manejara menos presupuesto que ahora. En el fondo en la nueva entrega no hace sino autoplagiarse de las mejores ideas de aquella. Gracias al buen hacer del elenco, que saca adelante papeles que no tienen más que exterior, nada de interior, la peli se deja ver. No esperaba gran cosa y lo cierto es que no me equivoqué. Eso sí, hubo quien se rio. Ya se sabe: la risa va por barrios. Dudo que a los mayores de cincuenta les diga nada ni les divierta. Lo siento

Ni es una mala película ni me ha interesado gran cosa lo que he visto. Tiene su puntito, no diré que no, pero le sobra minutaje por todos los lados y tiene muy escasos atractivos para el espectador. Unas gotitas de Rohmer y algunas más de Bergman, y dicen también que de Antonioni, sin que los personajes tengan el encanto de las del francés ni la directora alemana tenga la profundidad y la enjundia del sueco.
La escasa empatía que el espectador siente ante los protagonistas, la ausencia de corpus dramatico y la sensación de estupidez que nos embarga ante algunas secuencias hace que al final la cosa se quede en más apariencia que otra cosa.
Eso sí, es de esos títulos que se defienden en los festivales, no sea caso que con el tiempo se conviertan en filmes de culto.
Dudo que este alcance tal consideración.
Ah, y lo de Córcega, pues muy bien. No creo que reciban subvención alguna por animar al peersonal a visitar la isla. Si me dicen que es una urbanización de las afueras de mi ciudad, también me lo hubiera creído.

Dicen que tiene el aroma de las películas del gran Luchino Visconti. Que Dios -y el conde, allá donde esté- les perdone solo por nombrar al maestro.
Lo que ha hecho este tal Guadagnino, con los dineros de la Swinton entre otros, no es sino un producto pretencioso, que parece tocar muchos palos y no llega a casi nada en ninguno de ellos.
Personajes mal desarrollados, tramas con escaso interés y mucho énfasis en la realización, con abundancia de planos de relleno para hacer bonito. Todo ello acompañado de una música estridente que por momentos se vuelve hasta irritante.
Y lo peor del caso es que el realizador estará convencido de que ha rodado una obra maestra.
En fin...

A los veinte minutos de película ya estaba aturdido. Semejante galimatías para tan poca cosa. Vale que Soderbergh rueda muy brillantemente, vale que Damon hace un esfuerzo, todo lo que se quiera, pero al final de todo, ¿a quién le acaba importando el batiburrillo que se nos cuenta? ¿ y de verdad piensa alguien que ese tono de farsa le va bien al asunto? Esa musiquilla como si estuviéramos viendo "El golpe", ese aire de cachondeo. La verdad es que hacía tiempo que no veía una película con asunto tan interesante a priori que me acabara por resultar tan poco interesante.
Y si es verdad lo que se cuenta ahí, pues vale. Prefiero que no sea cierto y suene más creíble. Total, acabo por no saber de qué va el fulano ese. Que miente, que fabula. Pues vaya novedad. Me parece que los tiburones de las finanzas no se parecen ni de coña a lo que ahí vemos.
Pero como a algunos les ha dado por decir que es buena...
Tan poco creíble como las chorradas que dirige en la serie del Ocean's eleven.

Podía haber sido una excelente película, pero no lo es. Si la hubiera dirigido uno de los grandes directores italianos de otras décadas... Pero lo ha hecho uno que aún está aprendiendo. Total, que casi es buena, que casi funciona, que casi consigue el protagonista su objetivo -es evidente que no lo consigue, que ahí está la historia para evidenciarlo- y que casi consigue convencerme la propuesta.
No es tan mala como algunos han dicho ni tan divertida como otros comentan. El doblaje bajo cuya tiranía la he visto no ayuda precisamente. Tiene momentos conseguidos -casi siempre con la presencia de un magnífico Auteuil- y falla en el tono de farsa impuesto en buena parte del filme.
Sin duda, la presencia de este prolífico actor francés es lo mejor de la producción. Compone un creíble Napoleón, que sin dejar de ser literario parece una persona. Uno de los mejores napoleones que he visto. Hasta en su altura física se da un aire.
Rodeados de tonterías veraniegas, hasta puede valer.