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Las vidas de Marona

Animación. Drama Después de haber sufrido un accidente, una perrita hace memoria y recuerda los distintos amos que ha tenido a lo largo de su vida. Con su infalible empatía, Marona ha llenado de luz y de inocencia todos los hogares en los que ha vivido. (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
7 de marzo de 2020
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Tierna y emotiva

Hay películas que sorprenden y rompen las expectativas positivamente para el espectador y ese es el caso de Las vidas de Marona. El film de Anca Damian comienza de una manera directa, sin preámbulos, sin buscar lástima. Al contrario, el plato fuerte es el punto de partida y establece así una estructura cíclica que sirve para dar explicación al espectador de cómo llegó a estar ahí. Sabiendo ya el final, el público es incapaz de apartar la mirada y necesita saber la vida de la protagonista. Las líneas narrativas, que van surgiendo, se envuelven de una coherencia sentimental que emociona e invita a la reflexión. Es un ejemplo de cómo las película de animación poseen una madurez si se quiere y que los más pequeños son un público igual de exigente que el de los adultos.

El guion no se fundamenta desde una base vacía y con solo la intención de entretener, sino que expresa un camino vital desde los ojos de una pequeña perrita y su atribulada vida. Lejos de ir a por la vena sensitiva más facilona, apuesta por un retrato de pensamientos y sensaciones que no pasan inadvertidos por el espectador. Cada uno de los momentos que envuelven la vida de este peculiar protagonista, gozan de personalidad y no se estancan en ningún momento. Además, parte de una coherencia narrativa en donde el público acaba por aceptar las reglas de la historia y meterse de lleno en ella. Es una película que deja un poso sentimental tras verla y se convierte en una perfecta herramienta de reivindicación del cuidado que merecen los animales en todo tipo de entornos.

*La ingenuidad dibujada

La principal protagonista es la pequeña perrita que da nombre a Las vidas de Marona. A través de sus vivencias, crea una fábula en la que dibuja a la perfección las inquietudes y pensamientos de esta protagonista. Desde una visión ingenua, pero no infantil, se va escalando a los distintos estados en los que se desenvuelve. Hay un cuidado de la concepción del personaje exhaustivo y se deshace de giros de guion innecesarios, para dotarla de un realismo puro. A través de la manera en la que ha sido moldeada, se puede denunciar un tema de vital importancia como es el abandono animal e incluso, el maltrato. Una explicación con varios vértices en los que se quiere diseccionar lo que podría pasar por la mente y el comportamiento de un animal, con una sensibilidad muy trabajada.

El resto de participantes de la historia no se quedan en un plano externo, sino que Anghel Damian ha sabido darles vida con un trasfondo interesante y perspicaz. La inteligencia con la que aborda a cada uno de ellos, le permite al espectador conocer distintos estilos y maneras de vivir. Muestra los claroscuros que sobrevuelan a cada uno de ellos, no cae en un maniqueísmo innecesario y, por ello, la obra termina por llegar a un resultado magnífico. Cada personaje da una pincelada en las líneas que se enseñan en el film. Como apunte, es importante destacar la labor de los actores de doblaje, en concreto, en su versión original. En su voz se puede percibir a la perfección los sentimientos que quieren transmitir y manejan ese aspecto sonoro a la perfección.

*Rompedora y personal

En una época marcada por la animación en 3D y en películas made-in Disney, se valora muchísimo que haya largometrajes de animación que se atrevan con algo distinto y echen mano de la animación tradicional. Como ya ocurriese con “Dilili en París”, con Las vidas de Marona se puede ver una personalidad desbordante en su diseño. La importancia del color es fundamental y juega con un estilo rocambolesco y peculiar. No se deja llevar por una vertiente convencional, sino que innova con un estilo más dadaísta. Aunque al principio el espectador puede verse sorprendido, se adapta fácilmente al estilo pictórico y termina por dejarse llevar por ese mundo tan estrambótico como real. El surrealismo seduce al espectador sin que se dé cuenta. Parece un sueño, combinado con una dosis de dinamismo y vertiginosidad.

La música y la composición sonora son otros de los elementos que consiguen darle un carisma extraordinario. Llevan a una esfera creativa que se conjuga con la percepción visual y, por ende, hacen que el espectador llegue a una experiencia que habla por sí sola. Saben transmitir sin necesitar la palabra. Por lo tanto, ambas se complementan y se resuelven en una sinergia artística con sello de identidad. El montaje es otro de los puntos que mejora el film. No sigue un esquema estándar, sino que establece su propia estructura basado en un espectro conceptual. Únicamente, en algún momento, puede rozar la línea de la ruptura de la coherencia o mantenerse dentro, pero, por suerte, no se pierde en ello. En su conjunto, es una película diferente y que su principal baza es esa, desmarcarse totalmente del resto.

*Conclusión

Las vidas de Marona es una película que permite al espectador reflexionar. Es una reivindicación en contra del maltrato y el abandono animal. Una oda de luz, profunda, con guión inteligente y una sensibilidad exquisita. Un análisis verosímil con unos matices muy tiernos en torno a los personajes que intervienen en él. Una cinta que utiliza un estilo de animación con personalidad y realiza un conglomerado artístico rocambolesco, carismático y con su propio sello de identidad. Un largometraje que demuestra que el cine de animación no tiene que ser simple o extremadamente infantil. Un mensaje tan potente que termina por quedarse en el corazón del público. Emocionante, sentimental y personal.

Escrito por Diego Da Costa
Cinemagavia
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11 de abril de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la última edición del certamen Animación de Lleida tuve la oportunidad de ver este largometraje. A mediados de marzo estaba previsto su estreno en salas españolas este trabajo realizado por Anca Damian, responsable de "Crulic, camino al más allá" y "The Magic mountain". En el que nos ocupa, después de haber sufrido un accidente, una perrita hace memoria y recuerda los distintos amos que ha tenido a lo largo de su vida. Con su infalible empatía, Marona ha llenado de luz y de inocencia todos los hogares en los que ha vivido. Con el título original de "L'extraordinaire voyage de Marona", esta coproducción francesa y rumana es un bonito drama de animación contado en primera persona por su protagonista, con un mensaje en contra del maltrato animal y a favor de su cuidado. La película es colorista, expresionista, logra ser emotiva y destaca la música compuesta por Pablo Pico. El film se presentó en el festival de Annecy y de Gijón del año pasado y fue nominado a mejor largometraje de animación en los premios del cine europeo. Así pues, esta encantadora propuesta está dirigida al público infantil y al adulto, gustará a los amantes de la animación y de los perros.

Valoración: 8

Lo mejor: el estilo de la animación.

Lo peor: etiquetarla simplemente como una película infantil más.

https://josh-cine.blogspot.com/?m=1
Josh Diaz
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10 de octubre de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El nuevo trabajo de animación de la directora rumana Anca Damian comparte con sus incursiones anteriores en el medio una gran libertad estilística, propia de alguien que parece interesada en experimentar con las posibilidades expresivas de su lenguaje visual. La película toma como punto de partida la sencilla y conmovedora historia vital de una perra que recapitula sus experiencias justo antes de morir, desde sus primeros recuerdos al nacer hasta el evento fatal, pasando a través de varios dueños y madurando también en su personalidad, desde la ingenuidad y el descubrimiento hasta el cada vez menor entusiasmo al reconocer patrones en la forma en que los humanos tratan con ella, desde la fascinación por el cambio al simple aprecio por una rutina tranquila.

Según lo visto en ésta y en sus anteriores incursiones en el medio, puede adivinarse en su directora una intención de abordar la animación no tanto como simple método de representación sino como herramienta para la exploración y constante reinvención de su identidad estética. Y en este caso particular la estilización está inherentemente ligada a la subjetividad, porque "Las vidas de Marona" está enteramente narrada desde el punto de vista de la perra, y Damian aprovecha esta circunstancia para abstraer los sucesos a la psique de su protagonista, de manera que la forma cobra un sentido desde esa perspectiva. De este modo, por ejemplo, el primer dueño de Marona (que no es más que el último de los cuatro nombres que llega a tener ésta en su vida) es un acróbata que, a sus ojos, no parece regirse por las leyes físicas: su cuerpo cambia de tamaño, sus extremidades se estiran y enrollan, transmitiendo esa sensación de ligereza, de ingravidez y de fluidez. En cambio, su segundo dueño es un forzudo con cara afable que vuelca sin esfuerzo un camión de basura con las manos.

Por tanto, es la interpretación de las cosas lo que marca el discurso visual de este filme, y lo hace con un nivel de imaginación y una capacidad de abstracción representativa que conforman en mi opinión un nuevo techo en la carrera de esta directora. No es exagerado decir que estamos ante una de las obras de animación más imaginativas y vistosas de tiempos recientes, una sucesión fascinante y casi surrealista de formas y colores representando lugares y personas, siempre teniendo en cuenta el ojo de quien los ve y sus asociaciones mentales.

"Las vidas de Marona" en ese sentido funciona no tanto por su capacidad de insertar una variedad tremenda de diseños dentro del mismo plano, sino porque en cada uno de ellos se pueden trazar fácilmente las sensaciones de la protagonista, permitiendo conocerla mejor y entender sus expectativas, sus miedos y la forma que tiene de entender a quienes observa y que termina siendo muy importante en sus decisiones vitales. Es imposible separar la narrativa de esta película y sus emociones de la representación visual, que no se limita a ser sujeto pasivo del discurso de la cinta sino que, por sí sola, sería capaz de contar la historia. Aunque eso supondría restarle mérito a los demás elementos que en conjunto se mezclan estupendamente y realzan la experiencia. Porque también en la ambientación musical hay grandes aciertos. Así como en el tono de la narración, en las palabras elegidas para cada momento.

De hecho, cierta novedad que agradezco mucho de esta película tiene que ver con la capacidad que tiene de elegir y medir las palabras de su protagonista de manera que realmente sientas que no es humana y que no racionaliza las cosas como tal, pero sin caer en el cliché de los malentendidos o de la ingenuidad excesiva. Siempre a su manera, Marona es capaz de observar a la gente y de entender sus emociones, y toma decisiones acorde con lo que ve y escucha. Al mismo tiempo, tiene un apego casi robótico por los valores de lealtad y compromiso con sus dueños que le enseñaron, lo cual la hace visiblemente distinta de los humanos a ese nivel de condicionamiento psicológico.

Pero en último término, y eso sigue siendo el propósito de todas sus decisiones narrativas y estilísticas, la de "Las vidas de Marona" es una historia conmovedora y preciosa que no solamente tocará la fibra de todo aquel que ha tenido o ha convivido con perros, sino que cualquiera podrá disfrutar por las emociones de la recapitulación, con esas reflexiones inherentes sobre el paso del tiempo, el entusiasmo que da paso a la experiencia y, pese a su trágico punto de partida, la reafirmación vital por parte de un personaje que en sus últimos instantes recuerda todo, con sus alegrías y sus decepciones, sus altibajos y su crecimiento personal, como un conjunto en el que cada parte fue valiosa y necesaria.


Texto escrito para Cine Maldito.
Ghibliano
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5 de septiembre de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bellísima historia de animación la que recrea Anca Damian basada en la vida de una perrita y de todos sus dueños a lo largo de su vida. Todo realizado con una animación de lo más particular y sin duda original que hipnotiza al espectador con sus dibujos, sus colores y sus movimientos, dando lugar con ello a un film emotivo y digno de elogio que merece la pena ser descubierto por toda clase de públicos.
La vida de esta perrita, con sus distintos nombres que son puestos por diferentes dueños, llega al corazón del espectador gracias a una narrativa con voz en off de una mujer que simula ser la de nuestra protagonista. Es emotivo descubrir el alma de un personaje leal y bueno como lo son todos los perros que tan solo buscan el amor y el calor del hogar de un dueño que quiera cuidar de él, o como en este caso, de ella. Sirve por tanto también, no solo para emocionar al público en general, sino también para poner nombre y apellidos a lo que sufren estos animales cuando son abandonados y son partícipes de una vida vacía, falta del cariño y del amor más elemental, ese que todos buscamos.
Los perros, históricamente, siempre han dependido de la mano del hombre, o al menos en la parte que conocemos, y siempre ha compartido vida con él y le ha sido fiel en todos los sentidos, aunque no siempre este ha sido correspondido. Depende en gran parte de la humanidad y sobre todo de la responsabilidad que es capaz de adquirir una persona con respecto a su adopción, para dar con un dueño que cuide de él en todos los sentidos o tener la mala suerte de dar con una persona irresponsable que acabe dándote en el mejor de los casos, o abandonándote en el peor de ellos. En esta premisa se mueve este magnífico y sincero film, dando con esa dura realidad y mostrándola sin tapujos para hacer que el espectador tenga algo más de conciencia sobre lo que solemos darnos más cuenta cuando llegan las vacaciones o el mes de enero, cuando muchas mascotas son abandonadas por no resultar lo que sus dueños creían ser. Soy de ello bastante consciente al tener un gato que encontré abandonado y que tenía toda la pinta de haber sido un regalo de Reyes que no fue correspondido.
La considero por tanto una obra hermosa, no solo digna de ver por ser un trabajo cinematográfico vistoso y lleno de belleza, sino también por mostrarnos la cruda realidad a la que son sometidos los perros cuando dan con unos dueños que no están totalmente seguros de quererlos adoptar. Es además una cinta, que considero necesaria de ver si consideras hacerte de un perro para ti o tus hijos, ya que llega directamente al corazón y te hace ver claramente lo que pueden sufrir estos inocentes y nobles animales si no dan con el dueño apropiado. Tienes por tanto la oportunidad de hacerlos muy feliz, si lo adoptas de todo corazón, o tienes también la oportunidad de ser responsable y no adoptarlos, sino estás totalmente seguro de lo que vas a hacer.
Elcinederamon
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