Stano

*El béisbol como metáfora de superación personal

El béisbol es un deporte que no ha terminado de cuajar en todo el mundo por igual. Mientras en países como Estados Unidos es, junto al baloncesto y al fútbol americano, uno de los más mediáticos, en países como España siempre ha tenido un seguimiento residual. Estando el béisbol tan arraigado a la cultura popular estadounidense, es fácil encontrar muchos títulos en el cine con una vinculación directa o indirecta a este deporte.

Desde el tono épico de El mejor (Barry Levinson, 1984) hasta el sentimentaloide de Hardball (Brian Robbins, 2001), pasando por la reivindicación feminista de Ellas dan el golpe (Penny Marshall, 1992) o la mística de Campo de sueños (Phil Alden Robinson, 1989). Más recientemente, una película como Moneyball: Rompiendo las reglas (Bennett Miller, 2011), se coló en los Óscars con un enfoque más analítico del juego que dejaba en segundo término lo que sucedía en la cancha. La lista resultaría inabarcable, ya que acaso sea el béisbol el deporte con más apariciones en pantalla.

En Stano (Bottom of the 9th) se plantea una película de superación personal. La historia no ofrece muchas sorpresas. Es el eterno relato del retorno del guerrero que se lleva contando desde el regreso de Ulises en la mitología griega. En este caso, el protagonista es un hombre que ha pasado media vida en la cárcel por un homicidio involuntario que truncó su carrera como bateador. Los problemas de adaptación se verán incrementados con la recepción poco amistosa de algunos vecinos. Por contra, tendrá gente que le ayudará a prosperar y, cómo no, contará con el soporte emocional de su antigua novia para transformarse en el hombre que siempre anheló ser.

*El poder curativo de las segundas oportunidades

Stano (Bottom of the 9th) tiene mucho en común con la antes mencionada El mejor (aunque permitidme la broma, ésta es peor). Allí, era Robert Redford el que veía truncada su carrera como bateador tras un desliz en su vida y que años más tarde intentaba reflorecer en las canchas, siendo un veterano al que nadie se tomaba demasiado en serio. El reencuentro con un amor de juventud le devolvía el talento como bateador de antaño. En lugar de Redford, aquí tenemos a un eficaz Joe Manganiello, mientras que Kim Basinger se convierte en Sofia Vergara. La estructura de ambas películas es bastante similar, en cuanto al periplo vital del protagonista, aunque la tremenda épica que gobernaba el filme de Levinson, aquí se empequeñece y se transforma más en un discurso bienintencionado y bastante telefilmero.

Los personajes y situaciones de Stano (Bottom of the 9th) están basados en estereotipos. El guion transcurre sin sobresaltos por los cauces previstos, tanto es así, que cualquier espectador con un mínimo bagaje cinematográfico se irá adelantando a todos los acontecimientos que irán sucediendo. Sin embargo, la película funciona bastante bien como lo que quiere ser. Si no buscas más allá de un entretenimiento ligero que apele a los buenos sentimientos y al carácter curativo de las segundas oportunidades, puede cumplir su cometido.

*Conclusión

Stano (Bottom of the 9th) es una película estadounidense dirigida por Raymond De Felitta. Es un drama sobre un jugador de béisbol que fue encarcelado tras cometer un homicidio involuntario y que a su salida intentará volver a recuperar su vida perdida.

El béisbol se utiliza como excusa para mostrar la superación del protagonista y la recuperación de su auto confianza. No esperes encontrar una película que refleje la realidad de este deporte. La pareja protagonista formada por Joe Manganiello y Sofia Vergara, tiene suficiente química para superar los lugares comunes de la historia.

Pese a su formato televisivo y un guion que apenas incorpora sorpresas, es una película sencilla y amable que puede resultar un entretenimiento de sabor edulcorado para una de esas tardes en las que no te apetece romperte mucho el coco. Todos las tenemos.

Escrito por Daniel Farriol

Raymond De Felitta, apuesta por una incursión en un relato de intereses e intrigas personales con poderosas dosis de emoción.

Dentro de lo simple y previsible que resulta el esquema argumental, logra captar y mantener la atención del espectador, gracias al carisma y gancho del personaje protagonista.

La película no cuenta con grandes efectos especiales y toda ella, se nutre y beneficia de la entrañable interpretación ofrecida por Joe Manganiello, bateando con fuerza y abriendo la puerta para entrar en la galería de grandes personajes de la historia del cine deportivo.

El director sabe manejar los tiempos y distribuye con acierto las situaciones dramáticas de cada uno de los personajes, con la gran cuestión que plantea alrededor de la inocencia, la legislación y las segundas oportunidades.

Estupenda banda sonora y preciosa historia en la que los fantasmas del pasado del protagonista, pueden dejar con buena cara al público.

Tiene una especie de seguridad calmada y astuta, que le permite llevarnos por una carrera de redención inspiradora.

Stano, llega a conquistar y transmitir mucho más de lo que puede parecer.

Stano me ha proporcionado casi dos horas de entretenimiento, que al fin y al cabo era lo que buscaba. Casi siempre me suelo enganchar a este tipo de películas deportivas, donde el protagonista no goza de grandes oportunidades para demostrar su valía, pero que en algún momento de la historia, se le presenta la ocasión para poder mostrar sus cualidades deportivas.

Si además metemos una carga dramática en la historia, de la cual iremos conociendo sus detalles en forma de flash-backs, pues se nos relata una entretenida trama, donde tendremos interés tanto en la parte deportiva, como en la personal. Hay sorpresa y truco de por medio, la pareja principal, Stano (Joe Manganiello) y Angela (Sofía Vergara) tienen una química tremenda en pantalla. Obvio. Son marido y mujer en la vida real. Como para no mostrarse tan naturales en sus escenas.

Destacar también a Denis O'Hare protagonista en American Horror Story , Burt Young el cuñadísimo de Rocky o Michael Rispoli, componente del reparto de los Sopranos.

La peli no ofrece nada nuevo, esto lo hemos visto ya muchas veces, pero no deja de ser interesante y te hace reflexionar por momentos. La inmadurez de la juventud, las decisiones mal tomadas en determinados momentos que te afectarán para el resto de tu vida. Todo eso se pondrá de manifiesto en el relato de Stano y su incorporación al mundo real, fuera de las rejas de la prisión donde pasó casi 18 años. Dicen que todos tenemos derecho a una segunda oportunidad. ¿Será ésta la suya?

Poco que añadir a la crítica de Cinemavagia, efectivamente se trata de una película que "ya has visto" pero que igualmente resulta satisfactoria, quizá la nota sería un seis y medio, pero he querido redondear a siete.

Así que añadiré lo que más me ha llamado la atención y es la interpretación de Joe Manganiello al que, hasta ahora, sólo había visto en papeles cortos encarnando siempre al típico guapo que hace de guapo y que está en la película por guapo.

Viendo su meritorio trabajo en este "Stano" me pregunto si la maldición de tantas mujeres guapas en el cine, no se ha cebado también con él. Es decir, su físico le abrió las puertas, pero también se las ha cerrado porque le ha encasillado en un papel (o más bien en un tópico andante).

De hecho es posible que haya afectado a su propia mujer en el mundo real y aquí compañera de reparto: Sofía Vergara, quien luce un look bastante más sencillo que de costumbre para encarnar a una mujer normal que no vive de su imagen (o de ser una esposa trofeo).

Y me queda la siguiente pregunta: si existen hombres de físico espectacular y que saben actuar ¿por qué, exactamente, tenemos que sufrir a Marc Wahlberg?