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Gran jugada en la Costa Azul

Thriller. Intriga. Cine negro Charles acaba de salir de la cárcel. Su mujer le propone que inviertan sus ahorros para montar un chiringuito en la Costa Azul y comenzar una nueva vida. Pero Charles ya no es joven y lo que desea es dar un último y gran golpe que le permita retirarse a lo grande. Tiene un plan perfecto para acceder a la cámara acorazada de un casino en Cannes, que contiene cien millones de francos. Para llevar a cabo el trabajo cuenta con la ... [+]
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Críticas 9
Críticas ordenadas por utilidad
28 de mayo de 2011
29 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otros la conocen como la "Gran Cagada en la Costa Azul", por la desazón final.

Es la trama que engendra la saga de los "Ocean's" de Clooney décadas después. Se dice que Soderbergh se basó en la homónima interpretada por Sinatra y su cuadrilla de puteros: Dean Martin y Samis Davis Jr.

Yo, insisto, sospecho que el director de "Ocean's eleven" le puso los cuernos a Sinatra echándole el ojo a esta joyita dirigida por Henri Verneuil e interpretada por quien dicen fue el mejor actor del cine francés, Jean Gabin, y, por el más buenorro de entre todos, Alain Delon.

No sé si las tramas del chico Nespresso son un homenaje a Frank o a Delon. Quizás, sencillamente se trate de una serie de causalidades; demasiadas diría yo.

Es cierto que el personaje de Delon se pasa tres pueblos tumbándose al sol en las antípodas de lo políticamente incorrecto, cosa que no haría Clooney, el chico politizado de Hollywood que se empeña en quedarse con la banda al Mister Conciencia de América vayan ustedes a saber porqué. Si con "Good Night, and Good Luck" es suficiente, corramos un tupido velo y a otro tema.

Talento no es que le falte. Talento es el que le sobra a Gabin y a Delon en "Mélodie en sous-sol". Las salidas de tono de éste último son inimaginables en la boca de Clonney. Sería impensable que el yerno soñado por todas las suegras le espetase a la Roberts burradas como las de Delon a su chica:

- "Si le doy una patada a una palmera caen cincuenta zorras como tú".
- "A las putas, a medida que se acerca el invierno, les gustan más las pieles".

Entretanto, Gabin le dice al chico malo:

- "Ve preparando la escena y mientras tanto, haz lo que te de la gana, tanto si follas como si no".

Cómo si le faltasen alas al ganso... Total, que aquí no hay mojigaterías sino salidas de tono, que es lo que corresponde a un par de piratas profesionales y sin escrúpulos. Donde Clooney se liga a su ex mujer, la Roberts - "Ocean's eleven"-, en la "Gran Jugada...", mucho más listo Delon, se beneficia a una corista que ensaya todas las noches en el casino. Por otra parte, algo más que creíble habida cuenta, mon Dieu, de lo bueno que está el chorizo.

Y en pro de Delon sigo alegando. Sus apariciones, hacia el final de la película, trepando torretas del casino sin descanso, son el postre. No hay doble. Procuré indagar plano a plano para asegurarme y sí. Es él el que salta, brinca, escala y corre a lo loco por la muralla. Increíble su estado de forma entonces.

Ya para el anecdotario -no quiero cebarme- queda el plano que calcaron para "Misión Imposible" aquí con un Delon que se cuela por los conductos de aire acondicionado del casino.
¿Qué pasa? ¿Están faltos de imaginación los hacedores del género hoy?

Lo dicho; se la conoce como "La Gran Cagada..." porque el plano Gabin-Delon en el ultimísimo momento jode mucho. Quienes la cagaron de verdad fueron Clooney y sus niños bonitos.

Escena final: en la historia del cine.
Valkiria
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10 de junio de 2012
18 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Titulo original Mélodie en sous-sol, la historia tal vez sea la tipica pelicula de robos, Charles (Jean Gabin) un especiliasta en robos, al salir de la cárcel, elabora el robo en un casino de Cannes, con la ayuda de Francis Verlot (Alain Delon), la pelicula utiliza los elementos del cine negro, tomando como referencia películas tales como La Ciudad desnuda, El atraco perfecto, Rififi.

En donde podemos observar como se va elaborando el robo y, como este es llevado a acabo por lo miembros del grupo de ladrones.

Su director Henri Verneuil, juega muy bien con el suspenso, realizando un gran trabajo, en la manera como narra el desarrollo de la historia, elaborando escenas llenas de detalles, sobretodo en lo que respecta a las escenas del robo, utilizando de manera inteligente y con talento los intercambios de una escena tras otra, transmitiendo la angustia de los protagonistas.


El final también es digno de destacar, donde el suspenso va creciendo aun más, consiguiendo uno de los mejores finales de la historia, siendo un claro homenaje a una película referente de este genero que prefiero no decir su nombre, para que uno mismo lo descubra.

Gabin, Delon y Verneuil, se volverían juntar en otra película, en El clan de los sicilianos, un película de menor calidad, pero de nuevo se mostraría la química que había entre los tres.

Como ya he mencionado la Gran jugada de la costa azul, es un gran trabajo conematografico, siendo una muy buena muestra de la calidad del cine polar (cine negro frances), que tiene títulos tan importantes como Rififi, El silencio de un hombre, El circulo rojo, Bob el jugador, entre otras.
dylan thomas
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11 de junio de 2016
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algunas películas envejecen como el buen vino: van a mejor. No guardaba un buen recuerdo de Mélodie en sous-sol, pero acabo de revisarla y me ha gustado bastante más que la primera vez. Algún día habrá que reivindicar la figura de Henri Verneuil, un probo artesano que acometió interesantes polars, pese a que los dakois de la Nouvelle Vague le pusieron a parir, a él y a otros cineastas más "académicos" como él, total para acabar haciendo un cine tan disciplinado como el que criticaron en sus escritos de juventud. ¿Verdad, señor Truffaut? Una vez más, se trata del atraco a un casino, siguiendo la moda desatada por La cuadrilla de los 11, casino propiedad de un individuo alto, apuesto y elegante, sospechosamente parecido a José Luis de Vilallonga. Gabin es el gángster que acaba de salir de la cárcel, el cerebro del golpe, y Delon el alumno que ejecutará en la práctica el atraco. El asalto se desarrolla durante 26 minutos sin apenas diálogos, y es un puñetazo en los morros a los que acusaban a Verneuil de cine rancio. ¡Eso es economía de medios y no las chorradas que rodaba Godard con la excusa de estar revolucionando el cine! Se habla poco porque no hace falta. Véase la escena final, en la que los dos atracadores ven desvanecerse su futuro sin abrir la boca. Un prodigio de contención y planificación. La excelente fotografía en B&N de Louis Page, en un elegante Cinemascope, realza las imágenes de un Cannes años 60 pletórico de glamour. Gabin y Delon, Delon y Gabin, excelentes, y un buen plantel de secundarios, despachan una película con hechuras de clásico. A revisar urgentemente.
Eduardo
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18 de mayo de 2017
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para Charles -así a secas, porque quienes son como él prefieren mantener oculta su identidad-, la vida es algo que hay que tomar 'a la rápida', y antes que asumir una lucha diaria con constancia y transparencia, está convencido de que, basta un buen golpe para resolver los problemas de varios años. Acaba de salir de la cárcel donde purgó cinco años, y la propuesta que le hace su esposa Ginette de regenerarse y montar un negocio propio, la encuentra absurda… ¡porque ya está pensando en el próximo asalto! Charles, es de esa clase de hombres que jamás se regeneran. Los golpes que les da la vida – ¡y siempre se los da! - los asumen como simples accidentes o errores que “no se repetirán”, y toda experiencia adquirida, apenas les sirve para volverse más tercos y empecinados, pero nunca para redimirse y enderezar el camino. Y su final, suele darse en la oscuridad de una celda con una larga condena… o sobre un asfalto húmedo con su sangre entremezclada con el lodo.

Mucho más joven, Francis Verlot –todavía lleva su apellido porque aún es un principiante-, ya está comenzando a ver la vida con desgano. Es de aquellos muchachos a quienes su hogar no les asegura un ambiente cálido, y huir de él se vuelve un anhelo tan desesperado que, fácilmente, aceptan cualquier propuesta que les permita creer que así abrirán otra puerta más satisfactoria. Si la familia y el Estado no se ocupan de ellos como deberían, pronto serán otros Charles, sin posibilidad alguna de ser útiles a la sociedad.

En cuanto a Louis Naudin, la suerte de hombre que entiende que la vida se gana día a día trabajando honradamente y sirviendo a los demás. Pero, los hombres como Louis, tampoco están exentos de cometer un error, y el suyo ha sido dejarse atrapar en un momento de ligereza. Sin embargo, él tendrá la suficiente responsabilidad para cumplir con la palabra dada, pero, quizás sepa mantener su conciencia en el punto exacto de la no-contaminación. Louis, talvez nos demuestre lo que es saber ligar los deseos con el corazón y la razón, y así, reafirmará a la especial clase de hombres que nuestro mundo necesita.

Conociendo ya, suficientemente bien al director Henri Verneuil, este estudio, al que él concedió mucha más importancia de la que muchos espectadores deseaban –una sinrazón que dio motivo a que, para su estreno, le cortaran varias importantes escenas de diálogo-, es lo más relevante de la película, pues, ahí, hay confrontación moral e intelectual, sensibilidad y aproximación al alma humana, y a Verneuil, más interesado siempre en el arte que en complacer las taquillas, no le importó “robarle” tiempo al asunto del asalto, pues, éste era, digamos, “la carnada”, ya que, el hombre y sus contrarias maneras de percibir la vida, era su objetivo central. En este sentido, para su publicación –y estreno del filme- en los EEUU de Norteamérica, se acertó al cambiar el ligero título que llevaba la novela original de John Trinian (Zekial Marko), “The Big Grab” (El Gran Botín, 1960), por “Any number can win”, pues, alude tanto a una ruleta, como a la insospechada suerte que pueden tomar nuestras decisiones. Verneuil, por su parte, prefirió “Mélodie en sous-sol” (Melodía en el sótano) bastante diciente también, pero de no fácil comprensión.

Michel Audiard y Albert Simonin, han conseguido dar profundidad al guion, manteniendo una gran altura en los diálogos; y Verneuil, se deleita componiendo planos de una eficacia absoluta, en momentos claves como cuando Ginette reprende a Charles y su rostro luce enmarcado con aires de Don, pero cercado por sus ideas y moralmente reducido ante ella. ¿O qué tal ese plano del seductor Francis, captado desde la silueta de una escalera y un agujero en círculo, donde luce altivo rodeado de guapas chicas en bikini?

Jean Gabin y Viviane Romance, impecables como marido y mujer. Maurice Biraud (Louis), con una timidez que brilla cuando pone en alto su moral y su claridad intelectual. Y Alain Delon, el eterno Don Juan, preciso ejemplo del chico machista y ‘desvirolado’ que abunda en las calles de cualquier ciudad.

Título para Latinoamérica: CUALQUIERA PUEDE GANAR
Luis Guillermo Cardona
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3 de mayo de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de varias semanas de confinamiento a causa de una pandemia de escala Universal, y llegado el momento en que parece que se van colocando las cosas en su lugar, me tropiezo con esta joyita del cine negro francés de mediados del siglo pasado, y cuyo reparto, ya la hace más que apetecible.

Vaya de entrada que recuerdo haberla visto de estreno en una sala con escaso público, no sé si debido a que era una sesión de media tarde y en mitad de la semana, o era porque el cine francés en aquellos momentos, y por mucho tirón que tuviesen los actores de reparto, no despertaba mucho interés en el público español.

La película en su conjunto para mí resultó de lo más interesante, dado que la trama es envolvente en muchos aspectos, comenzando por el tratamiento y las razones que llevan a delinquir, lo cual queda claro desde el principio de la cinta, y es la deducción que podemos sacar de la conversación que en el tren presencia el que ha de ser el protagonista y cerebro de la gran jugada en la Costa Azul.

Tram que en algunas ocasiones hay que leer entre líneas. Así, las razones por la que el protagonista decide dar el que él desea sea su último golpe, así como de la conversación que éste tiene con su esposa, así como la atmósfera barriobajera y las frases altisonante (por cierto, estas últimas, como la conversación de Gabín con su esposa cortadas por la censura de la época) que sueltan los protagonistas , es buena muestra de lo que podría ser en aquel momento admitido por la sociedad de clase media como aceptable, pero no así por las normas de urbanidad y comportamiento social impuesto en nuestro en país.

Y es que aún tratándose de cine negro, y que en su desenlace final tenga su moraleja, la sociedad francesa de los primeros años de la década de los sesenta del siglo pasado, tenía en general una visión del gánster que asaltaba Bancos, o robaba un Casino en el que se movía millones de francos, como la de un Robín Hood que o bien robaba para repartir a los más necesitados, o bien como es el caso del protagoniosta de la película robaba para salir de un ciclo de vida rutinaria en el que se trabajaba durante todo el año por un sueldo que te permitía ir pagado el coche, el piso , y para tener unos días al año de vacaciones , y así un ciclo repetitivo con la esperanza de llegar a la jubilación.

Ese tipo de vida es el que el protagonista no acepta, lo cual unido a la vida disoluta y sin un meta concreta se su joven aliado, convierten la cinta en auténtico cine negro e incorrectamente político.

Por otro lado está el blanco y negro en que está rodada la cinta y que sin duda resalta tanto la atmósfera creada, como el perfil de los protagonistas, con un Jean Gabin caballeresco y en el crepúsculo de su carrera, y un Alain Delon gamberro y pletórico en el inicio de lo que sería una gran trayectoria cinematográfica.

Y en lo referente a la trama, pues la verdad es que viéndola desde la distancia pierde mucho, pero resulta entretenida, tanto en su planteamiento inicial como en las sorpresas que van surgiendo, para llegar a un final que en nada se merece, dadas las motivaciones planteadas al principio de la película del asalto al Casino, y ya que si se trata de cine negro, lo suyo es que hubiese sido políticamente incorrecto hasta el final.

En fin ya que este confinamiento se está haciendo tan largo, os recomiendo la veáis como una curiosidad, y también porque se trata de una pequeña joyita
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
fisquero
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