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The Smell of Us

Drama Un grupo de skaters adolescentes parisinos mata el tiempo patinando y consumiendo lo que se les ponga delante. Como juego, no por necesidad, algunos de ellos empiezan a trabajar de "escorts" para hombres y mujeres mayores vía internet. (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
15 de febrero de 2018
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
No estoy muy seguro de que la fidelidad impenitente hacia uno mismo pueda constituirse en virtud: han existido muchos crímenes sin criminal que los lamente. Larry Clark se limita a seguir un esquema muy rígido que, en los 90 y en momentos de especial atención al VIH, funcionó con 'Kids'. Ahora, una letanía de vellos púbicos, penes insinuados y traseros adolescentes no impacta, ni sacude; es puro bochorno. Lo peor de 'The smell of us' no es su apuesta irredenta por el mal gusto, ni lo deliberadamente desagradable de sus imágenes, que es más o menos soportable: lo peor es que su discurso social es vacío, pues los efluvios seminales están por encima de cualquier discurso. Y ni siquiera es el análisis "sociológico" la naturaleza del Cine (aunque sí de la presunta propuesta de Clark, que ni en sus mejores momentos ha hecho buen Cine), sino, grosso modo, la imagen; pero tampoco hay en 'The smell of us' un uso creativo, inventivo o meramente sensato de la cámara que se limita a pasear por lo obvio, con la apariencia de un mal vídeo porno casero. Flagrante, en tanto cualquier película, incluso las más mediocres, suelen tener, al menos, un instante de lucidez visual; e imperdonable, en vista de que... ¡¿ni siquiera rodando en París!?

Gracias.
Nuño
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15 de noviembre de 2014
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
A Larry Clark le va que ni pintado aquello de “no es polémico el que quiere, sino el que puede”. El controvertido director norteamericano lleva prácticamente dos décadas explotando un filón que, es innegable, dio sus mejores frutos en la década de los noventa con KIDS y ANOTHER DAY IN PARADISE. Sin embargo, a partir de entonces su trayectoria no es sino un continuo emplazamiento al, en esa época, rompedor universo creativo. Con mínimas variantes, con exiguas variaciones (principalmente las espaciales), el de Tulsa no ha hecho otra cosa más que aferrarse a esa voluntad transgresora sin ahondarla, investigarla o proponerle una fuga enriquecedora.

De ahí que THE SMELL OF US no pueda ser constatada de otra manera distinta a la del hartazgo, la del enfado o la desconsideración. La última propuesta del estadounidense supura un agotamiento creador pertinazmente patético: nos hallamos frente a un bucle presuntuosa y hueramente desenfadado, frente a una reiteración de mostraciones con el afán incomodador caducado por explotación, ante la definitiva capitulación al lado oscuro convertido en “souvenir” de franquicia venida a menos. Clark, que hace ya tiempo que ya no engaña a nadie, parece encantado de cruzar la raya de la extravagancia chusca, caricaturesca y extenuada de sí mismo.

THE SMELL OF US sólo aporta una variante a la consabida puesta en escena del vacío existencial anidado en sus joveznas criaturas protagonistas: la de estar rodada en Paris. La capital gala le sirve de escenario en el que encuadrar las correrías de su coral grupo de chicuelos delgaditos: un grupo de “skaters” , que, en su mucho tiempo libre, se dedican a prostituirse para ganarse unos sabrosos extras económicos. El entramado narrativo, como siempre, empieza y se acaba en este enunciado. Clark se limita a presentar físicamente a los personajes sin que en ningún momento los distintos episodios prostibularios a los que van a verse enfrentados tenga como objetivo adentrarse en algún tipo de conflicto u ofrecer una reflexión de tipo sociológico.

Gratuidad escénica por doquier, encadenamientos de mostraciones sexuales frontales de intencionalidad supuestamente libertaria, despojativa, sacudiente e incomodadora, ausencia de enjuiciamiento moral esgrimida como coartada descriptiva… Clark repite uno tras otro todos los mandamientos de su consabida liturgia autoral. Ese es el fundamento de la caída en la más absoluta de las nimiedades. De tan revisitada, su obsesión con el desprejuicio se ha tornado genuflexión ante la más domesticada de las docilidades. THE SMELL OF US define a la perfección esa paradoja: la de quien se quiere adalid del grito y concluye a esa triste forma del silencio que es la mansedumbre. Folladora, narcótica y destroyer, pero mansedumbre.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Musiczine
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28 de abril de 2015
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que Larry Clark viene haciendo la misma película desde “Kids” es una obviedad por eso me sorprenden las críticas negativas que ha recibido su ultima aproximación a los infiernos voluntarios de la juventud en marcha, esa que tiene tan poco que perder como de ganar. Con música casi todo el tiempo, cambios de formato y una supuesta aleatoriedad en las decisiones tanto narrativas como formales, “The smell of us” es la cúspide del cine de tiempos muertos, mas mentales que físicos y tan jodidos como ser querido por tu mejor amigo y no poder corresponderle como él desearía que lo hicieras.

La película se puede ver con mente “convergente” o purista y desmerecer algo que se presenta sin dobles lecturas, tal cual, y que con un mínimo de información previa hasta podías temerte peor. La sorpresa llega cuando contrariamente a lo que otras obras similares venían acostumbrándonos, no pretende dar gato por liebre (“Spring breakers”), y es que Larry Clark se mete hasta el fondo, hasta el punto de lamer-le los pies durante cinco largos y olfateables minutos a uno de sus actores, dormir entre litronas y despertarse con los deleznables acordes de un Michael Pitt que va de guay pero nos lo comemos porque ha trabajado con Bertolucci, Scorsese y Haneke.

Si entras en su juego te lo pasas en grande con las decisiones arbitrarias que parece tomar el director en un estado similar al de sus actores, sino directamente participando de la fiesta y dejando operar al que después negara los placeres a una obra tan directa, claustrofóbica, barata y contemporánea como la que nos ocupa.

“Yo me prostituyo para poder pagarme taxis a las tres de la mañana” dice uno de los protagonistas, y el que escribe va al cine para ver obras tan poco avergonzadas, empáticas y sucias como esta.
GerardJaurena
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11 de junio de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Kids" de Larry Clark fue sencillamente genial, pero seamos sinceros Larry, esta película no vale lo que la gente se esperaba.
Tengo que admitir que Larry Clark es un director que me gusta, pero en esta película ha cruzado la línea de lo desagradable. La película es lenta, casi sin historia y no sabemos nada de los personajes (excepto su cantidad de vello púbico).
Realmente tenía unas expectativas puestas en esta película, que me ha decepcionado sobremanera.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miguel
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