Las maestras de la República

La proclamación de la República Española el 14 de abril de 1931 trajo consigo multitud de reformas en diversos terrenos de la sociedad. Pero hubo una que destacó sobremanera, y que a España llegó (como normalmente) con retraso respecto del resto de Europa: la entrada efectiva de las mujeres en la vida política y social.

Uno de los campos en los que más se notó este avance fue en el de la educación. A nivel de estudiante, las niñas conseguían acceder a una educación similar a la que se daba a los niños, acabando con la segregación por género. Ahora la mujer iba a gozar de las mismas oportunidades que el hombre, sin verse recluida únicamente a prepararse para ser una buena esposa. Pero este cambio no sólo se aplicó a los estudiantes, sino que también incidió en la propia profesión: las mujeres estaban ya legitimadas para poder ejercer como docentes.

Con 'Las maestras de la República', documental basado en la obra de Luz Martínez Ten y los textos de Josefina Aldecoa, la directora Pilar Pérez Solano quiere reivindicar el papel de maestras que un numeroso grupo de mujeres desempeñaron durante los años 30 en España. Una época convulsa para el mundo (período de entreguerras, crack del 29, auge de fascismo y nazismo…) pero tremendamente positiva para unas mujeres que por fin pudieron tener una vida plena. A través de testimonios de familiares, opinión de expertos como Carmen Agulló, imágenes de archivo y reconstrucción en tiempo real con una voz en off de Aldecoa, la ganadora del Premio Goya 2013 a mejor película documental va hilando una historia cuyo desenlace lo conocemos todos.

Efectivamente, el sueño de las maestras fue demasiado breve. En 1936 estalló la Guerra Civil y tres años después todas las ilusiones femeninas de igualdad quedaron sepultadas tras la subida al poder de Francisco Franco. Como bien se encarga de contarnos el documental, ésta es una historia con un principio y un final bien marcados, apenas hay antecedentes y para establecer una secuela habrá que esperar casi 40 años. Sin embargo, no es una obra maniquea o manipuladora, que distinga entre buenos y malos. De hecho, se cuenta que muchos de los profesores que fueron purgados a partir de 1939 estaban alineados en la extrema derecha. No hay ningún comentario censurable porque pudiese resultar hiriente, simplemente se cuenta lo que pasó en esos años a través de diferentes voces y registros textuales y visuales. Sí puede entreverse un ligero entusiasmo hacia la educación pública por el que seguramente muchos se sientan aludidos, pero ése ya es otro asunto.

Si en la vida real la historia duró poco, el documental tampoco destaca por su metraje. Apenas 65 minutos de película que saben a poco, aunque la idea inicial de la directora era incluso más drástica: un cortometraje de 20 minutos, ante la práctica imposibilidad de conseguir financiación para un proyecto más ambicioso. Además, hay que tener en cuenta que seguramente mucha de la información que pudiéramos tener sobre este grupo de mujeres quedó aniquilada a lo largo de los 36 años de dictadura, tanto en el aspecto físico (destrucción de documentos) como en el de la propia memoria (“no hay que remover el pasado”).

'Las maestras de la República' debe tomarse pues como un sentido homenaje a todas aquellas personas que un día (hace no demasiado tiempo, por cierto) fueron pioneras en algo que hoy parece comúnmente aceptado: libertad e igualdad para todos, independientemente de su sexo, edad o ideología. En ese momento, ellas tuvieron que luchar contra un machismo que entonces era recalcitrante, contra una sociedad que tenía una idea muy clara sobre lo que ellas debían ser, aunque no concordase en muchos casos con lo que realmente querían ser. En palabras de la propia directora: “Conocerlas es quererlas, y querer saber más”.


Álvaro Casanova
Crítica para www.cinemaldito.com
@CineMaldito

Si la peli se titulase Las maestras de UGT de la República, entonces si me gusta, pero con el título que ha salido me parece burda propaganda de partido, sintiendolo mucho.
La labor que hicieron esas maestras fue estupenda y tan sacrificada que a muchas les costó la vida.
Pero no entiendo, como se puede olvidar de un plumazo a las maestras del partido comunista o de la CNT.

Niñas paquistaníes o afganas que son tiroteadas por empeñarse en ir a la escuela.
Jóvenes negros que se estrellan contra las alambradas de la cerca, ese nuevo muro de Adriano orientado hacia el sur.
Niños del sureste asiático que se desloman ante una máquina de coser, destrozando su infancia y anulando su futuro.
Niñas africanas indefensas ante la agresión a su sexo que viene de la ignorancia criminal de su propia familia.

A principios del S. XXI estas son realidades cotidianas en gran parte del planeta; y ante ellas tenemos la sensación de estar a salvo en esta esquina de Europa. Cuesta trabajo ponerse en la piel (más bien negra, en todo caso tostada) de personas que, por haber nacido en un mal lugar o momento, por puro azar de los dados, se pasan la vida yendo del laberinto al 30.
Esa sensación de inmunidad (falsa: no hay conquistas sociales que sean eternas, que se den de modo natural como el calor en el verano, que no supongan límites volubles y movedizos) que tenemos ante la realidad actual que se desarrolla en otras partes del mundo, es la misma que tenemos respecto a nuestro país, pero en otros momentos del pasado.

Este documental cuenta la historia de unas pocas mujeres que pelearon por torcer el brazo de la inercia histórica: los campesinos, los obreros, JAMÁS habían soñado tener la oportunidad de mandar a sus hijos (mucho menos a sus hijas) a una escuela, limpios y desayunados. Qué fácil, ¿verdad?, qué obvio nos resulta en el año 2014. Pero si repetimos en voz alta la palabra JAMÁS, y pensamos que hace sólo 80 años (un suspiro histórico) de aquel momento, dimensionaremos el milagro que supuso siquiera plantearse aquella posibilidad. Y para intentar cumplir ese sueño, allí estaban ellas...
Y lo cuenta bastante bien; eso sí, en un estilo académico y poco innovador, aunque hay que reconocerle que no pretende ser formalmente rompedor...
Se inicia con un plano matutino de la fachada de una escuela con sabor años 30, en la que entra una maestra: acierto en la actriz, una Laura de Pedro muy bella y sonriente que se mueve por los espacios de la escuela, y sin decir ni una palabra, transmite con su mirada (sobre los libros, en el laboratorio) la devoción de aquellas mujeres por su trabajo y su misión. Imágenes documentales que a muchos nos suenan a ya vistas, pero imprescindibles para contextualizar la historia; y tal vez lo más discutible, las aportaciones de los historiadores (casi todas son mujeres, pero también hay un hombre: género neutro, pues), que se hacen algo cargantes por ocupar, tal vez, demasiado metraje sobre el total.
Creo que vale la pena ver esta película, una pieza más en el rompecabezas de la historia de España. De una época de la historia, tal vez la peor para el advenimiento de la República, pero un momento en que el país era joven, y parecía que todo era posible porque todo estaba por hacer...

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Es verdad que el documental está algo constreñido, al ceñirse casi en exclusiva a la maestras republicanas vinculadas a FETE-UGT. Dos cuestiones por las que ofrezco el beneficio de la duda a los guionistas de la película. Por un lado, desconozco en detalle la situación de las enseñantes de la república y su vínculo partidista: a lo mejor fueron el colectivo más numeroso o más significativo; y en segundo lugar, tal vez haya habido colectivos de maestras agrupadas en torno a posiciones anarquistas por ejemplo: no pasa nada, puede ser materia de otro documental. Pero que este documental pudiera ser incompleto, no le resta fuerza a lo que cuenta...

Date Alma, Mahler. Anda.
Los hombres y las mujeres, los catedráticos y las catedráticas, los licenciados y las licenciadas, los profesores y las profesoras que aparecen en este documental piensan que durante la segunda república se dio por fin el tan anhelado paraíso en la tierra, ese breve paréntesis histórico lleno de pura gloria, en todo lo relacionado con la enseñanza (lo otro se da por supuesto), a ese santo respecto porque las maestras enseñaron a los chicos y las chicas, a los niños y las niñas, a los pupilos y las pupilas, a los alumnos y las alumnas los más altos valores o dícese de libertad, igualdad y fraternidad humanas, la justicia universal en todas sus más bellas formas, viva la revolución francesa.
Publirreportaje alargado innecesariamente, lo pillamos, o eso creo/me temo, al instante, el mensaje, el resto fue victoria por aplastamiento para, todavía si cabe, mayor abundamiento/alumbramiento. La UGT todo lo vale. Sermón de la montaña de nuestro tiempo. Púlpito. En ningún caso diría regüeldo. Perorata de aúpa. Fílipica amable y agradable, al calor de la lumbre. Los cuentos de la más querida abuela. Como los más atorrantes padres que cuentan las incesantes maravillas, si se rasca o toca el pito, de su único y querido vástago o hijo a todo aquel pobre bendito que por un casual pillan desprevenido. Masaje. Dar y pulir cera. Ejercicio antiintelectual ya que se parte de una premisa innegociable, una idea o verdad absoluta, fanatismo religioso político, la aparición de la virgen, que se repite machaconamente y no se cuestiona o recrea en ningún posible momento o sentido desde ningún imaginable punto de vista, teología divina, a macha martillo, la letra con sangre entra (la voz en off comenta en primera persona, parecen textos de Josefina Aldecoa, la veneración, literal, que siente por la palabra revolución y que, claro, esta implica necesariamente, se siente, tomate, a fuego y sangre), a pelo, doctrina bruta, proselitismo barato o caro o incluso tal vez subvencionado según se mire o piense o sospeche. O estás conmigo o contra mí. No hay término medio, dogma de fe, cosa de guerra/fuerza mayor, si no, ten cuidado, lo hago cuestión personal.
Alguna cosa curiosa más que por ahí se escuchó, por ejemplo:
- Una interesante participante de este documento comenta que en la época anterior también se dieron ciertos o algunos progresos, pero que estos quedaron lastrados por la nefasta introducción a capón de la ideología en la escuela, cuando, obviamente, todo el rato en este caso se está escuchando sobre todo eso, ideología, como no podía ser de otra manera, propia, no de la otra, es decir, lo malo, el problema no es ni mucho menos que previamente, durante la dictadura de Primo de Rivera, se ideologizara a los inocentes chavales, sino que esa no era la nuestra santa compaña, aquella era mala, injusta, inmoral, insolidaria, clasista, religiosa, la nuestra, muy por el contrario, bella y buena, la única verdadera, reza.
- Se dice que las muchachas maestras tan tiernas de dieciocho años que iban a los pueblos dejados de la mano de dios, las mandaban a ellas por el hecho de ser mujeres, los peores destinos siempre, hacían allí la misma labor que los misioneros cristianos entre los más incultos salvajes de las américas o el áfrica negra, esos indígenas tan primitivos, o todavía peor, vivían en un estado precivilizado, penando entre bárbaras supersticiones y atroces ignorancias, repletos de prejuicios y aberraciones, tenían que, por lo tanto, ellas enseñarles el catecismo más avanzado y moderno, llevarles la buena nueva, la luz y la esperanza, la ciencia y la materia, la palabra del señor, bautizarles y evangelizarles, desasnar a esas pobre mujeres que podrían ser sus madres y humanizar a esos abominables hombres que tal vez sus padres si a la edad más adulta exclusivamente nos referimos, a liberarles a todos ellos y ellas de su atraso abismal/atávico, como el de las hurdes de buñuel, pese a quien pese, a tumba abierta, a trancas y barrancas, contra viento y marea, con el mazo dando y a dios rogando.
- Se habla del caciquismo y del machismo como movimientos, ese nombre se les otorga a entrambos, sí, como el tercer y el cuarto movimiento de la séptima sinfonía de Beethoven o de Bruckner, no de Stockhausen, como el movimiento obrero o el de las tripas mismamente, todo poco más o menos igual o muy parecido.
- Se habla de disfraces y obras de teatro en cárceles franquistas de mujeres para al instante siguiente calificar de terriblemente duras sus condiciones de vida. Es probable.
- Todo lo anterior o era no tan perfecto como lo aquí mostrado o más bien directamente horroroso, todo lo posterior, una abominación, solo con la llegada de la democracia, un poco, a duras penas, nos fuimos acercando a esa la luz celestial, rayo que no cesa, republicana primigenia, a esa sagrada situación edénica, paraíso perdido.
En verdad os digo que es como una canción de rock progresivo que durara una hora y que estuviera completamente compuesta llena de un leitmotiv etéreo solo, repetido con denuedo, eternamente, hasta el fin de los tiempos, como un mantra zen, como una plegaria no atendida o una invocación al diablo, tambores de guerra, sangre en las venas, música tecno o más electrónica, tam tam, oooom, explota explota mi corazón, dale Perico al torno, don erre que erre, insiste, Carmele.

El documental que acaba de ganar hace poco más de un mes el Goya es muy emotivo, y nos cuenta de forma bastante fidedigna lo sucedido en la segunda república y la vida de sus maestras. Me ha sorprendido positivamente que se centre en esa época sin hablar negativamente de otras épocas, aunque es verdad que en alguna declaración sí se cita la dictadura franquista o la etapa anterior de Primo de Rivera.
Lo mejor son las imágenes de archivo, que nos muestran la vida de los españoles en esa época, en blanco y negro y en muchos casos de diferentes pueblos de España. Se centra solamente en esa época, y las cosas positivas que hicieron las maestras, para que la igualdad laboral de las mujeres. Para los que desconocíamos estas historias este documental nos sirve como un archivo histórico. Los problemas es que en ningún momento se habla de nada negativo, y parece que todo lo que hizo la República era bueno. Hay que entender que hay mucha gente con unas ideas no laicas, y todo lo que vemos son elogios sobre la reforma educativa de este periodo, pero no se comenta que hubo represión contra las personas que no pensaran igual que ellos. Se cita que estaba prohibido una educación religiosa, ya que en esa ley se habla de educación laica. Entiendo que no es el fundamento de este documental, y las únicas declaraciones son por parte de los republicanos.
Lo peor son el exceso de declaraciones, aunque todas las que realizan las personas que lo vivieron desde dentro son entrañables y muy significativas de lo que estas personas tuvieron que sufrir. Pero cuando entran en escena historiadores jóvenes, que no vivieron en esa época, el interés disminuye y el documental se hace bastante pesado y repetitivo.
La elección de la música es un acierto, con un sonido clásico pero adecuado para lo que vemos. Hay que destacar también el orden y montaje de las imágenes del documental.
Muy recomendable para todas las personas que quieran conocer una etapa de la historia de España, con momentos emotivos, y principalmente a las personas que vivieron en esta época.