Bichos raros

Primer largometraje de Taika Cohen de largo recorrido festivalero (casi exclusivamente se ha dejado ver por este tipo de citas) "Eagle vs Shark" es una nueva vuelta de tuerca sobre el cine de los inadaptados, los frikis, los "nerds" o como se quiera llamarlos. Es, a estas alturas, y más después del referente cercano más acertado que tal vez sea el "Napoleon Dynamite" de Jared Hess, fácil colocar a dos personajes estrafalarios e ir creando un submundo a su alrededor plagado de incoherencias más o menos originales o acertadas. Ambos se enamoran, ella de un modo adorable, él de una forma más bruta e irracional si cabe. Ésto puede llegar a agotarse o a agotar y más si como hace Cohen se saca de la chistera ciertos momentos de animación plástica muy del estilo de Gondry pero con mucha menos fortuna. Subyace en el fondo una extravagancia previsible, una falta de aliento emocional que hace que tal vez pase desapercibida fuera de sus circuitos habituales. No cabe duda de que por sus formas podrá ser una película de culto para ciertos sectores del espectro cinéfilo tan amplio y maravilloso pero a mí me cansa en gran parte, no la veo muy honesta, más bien forzada. Pero bien vale un vistazo.

Una de esas películas especiales, que consiguen la difícil tarea de transmitir su mensaje a través de unos personajes que bailan continuamente en la comedia dramática. Taika Waititi demuestra que lo de mezclar drama y comedia no le vino después, y casi es algo que adquiere de nacimiento.

Bichos raros es una entretenida película, agridulce a veces, de incomprendidos destinados a comprenderse, aunque a veces parece que forzados a entenderse. No vas a encontrar nada memorable, pero no sentirás que has perdido el tiempo.

335/08(09/12/23) Encantadora comedia romántica neozelandesa que sin pretender mucho alcanza a ofrecer una historia singular sobre la relación entre dos inadaptados, tiene muchas carencias, entre ellas que parece estemos en un universo paralelo Matrix donde todos, opero todos los personaje parecen tener carencias mentales, pero en su desarrollo consigue enganchar al que espere un producto original y fresco, que te amenice un ratito, sobre todo porque su metraje no llega a hora y media. Es la ópera prima en la dirección de un largometraje del segundo (tras Peter Jackson) director más famoso del país kiwi, Taika Waititi (verdadero nombre Taika David Cohen), que también guioniza (aparece asimismo en un pequeño papel en unas escenas domésticas de video), junto a la protagonista del film, Loren Taylor.

Una historia de seres disfuncionales, atraídos seguramente en su comportamiento extraño, pero sobre todo especial en la actuación de la Taylor como Lily, adorablemente achuchable en la ternura que desprende, con una mirada límpida, inocente, demostrando amor puro, imposible no empatizar con ella, con su ingenuidad, su timidez, su Don para jugar a videojuegos, su gestualidad de animal herido, maravillosa en como consigue ser entrañable con pocas palabras. Teniendo una estupenda química con su partenaire Jemaine Clement (amigo de Taika desde la universidad, con quien formó dos grupos, So You're a Man y The Humorbeasts, guionizando por ejemplo ambos “Lo que hacemos en las sombras”, amén de protagonizarla) como Jarrod, completándose en sus penurias emocionales, tipo adusto en sus maneras, egoísta, simple, obsesionado con su plan de venganza contra un tipo que de niños en el cole le hacía bullying. En realidad, sufre de autoestima, fruto de la incapacidad de expresar sentimientos (hereditarios vemos que del padre), posee complejo de inferioridad que le hacen proclive a los bajones de ánimo para lo que viaja a su pueblo y allí mantendrá un marcial entrenamiento (excelentemente ridículo). La salsa del film es esta relación, con esa peculiar forma de tener sexo (‘Te puedo besar?’, Tenemos sexo?’) que en el tramo sufren una crisis.

Se puede sentir que se estira demasiado la historia en gags que pueden ser un tanto iterativos, también hay unos insertos de animación en stop-motion para mí fuera de lugar, desencajados en la cinta. También, como gusta a Taika hay constantes guiños cinéfilos desde Star Wars a Pulp Fiction y más. Como es un gran aficionado a los insertos de música pop para escenas de transición, en este caso con temas de artistas neozelandeses The Phoenix Foundation, Age Pryor, The Reduction Agents y Tessa Rain, junto con M. Ward, Devendra Banhart y el grupo británico The Stone Roses. Junto con varias canciones, la Fundación Phoenix escribió la banda sonora original de la película.

Waititi es un cineasta que gusta de jugar con humor negro, provocar sonrisas incómodas con temas sórdidos, aquí abordando la marginalidad de los inadaptados sociales, tratando la depresión, el suicidio, los embarazos no deseados, o las minusvalías físicas, siempre desde un prisma mordaz, no siempre acertado, pero siempre valiente en querer sacar a flote la ridiculez de nuestro mundo. Tiene el film buenos diálogos, cargados candidez en su ascetismo puro, sumándose algunas bonitas escenas, combinado el humor y el lirismo. De ahí secuencias como el tramo de la fiesta de disfraces con la pareja (que da título en sus disfraces) vestido el de águila y ella de tiburón, jugando los dos a un videojuego, el entrenamiento estúpido de Jarrod, los paseos que Lily da al padre de Jarrod, el contestador telefónico del hermano de Lily, el clímax en la ‘épica pelea de Jarrod con su ‘mortal’ enemigo Eric Elisi (David Fane), la poética secuencia de los sacos de dormir deslizándose por el verde prado, y por supuesto su bonito final con epílogo claramente inspirado en el de “El Graduado”.

Interesante peliculita. Gloria Ucrania!!!

Deprimente comedia solo para gente que se cree muy cool, con aires de superioridad, generalmente se denominan así mismos de izquierdas muy tolerantes y se burla de los que ellos consideren seres inferiores.

Intenta copiar a 'Napoleon Dynamite' (en la que se humilla y ridiculiza a subnormales con música cuqui, melancólica y moderna) con nuevos deficientes mentales.

No sale en toda la película una persona normal... Solo borderline con graves problemas mentales, unos más que otros, que hay que extender, normalizar e imponer a la sociedad para promocionar quizá reducción de población con la eutanasia, no tener hijos o ¿el aborto?