Mr. Inbetween (Serie de TV)

Es áspera, seca, sin aderezos musicales ni puentes entre las escenas; y lo mejor sin duda: una duración breve de apenas veinte minutos directos a contarnos las peripecias de un cobrador de mafiosos de baja estofa.
No se puede explicar demasiado de lo que ocurre para no arruinar la experiencia, pero esta serie australiana es entretenida y violenta a partes iguales. Además, si no te convence tras dos capítulos, solamente habrás perdido cuarenta minutos de tu tiempo... ojo que a medida que avanza va mejorando.

Gran serie por su realismo y además de fácil visionado (capítulos de poco más de 20 minutos).

Por fin he encontrado una serie sin grandes alardes ni fuegos artificiales, simplemente las cosas tal y como son, sin rizar el rizo, trama plana pero a la vez muy entretenida (hay toques de humor interesantes dentro de la dureza del argumento).

Espero que salga una segunda y temporada porque nos hemos quedado con ganas de más.

Me lloran los ojos al leer algunas críticas "lacónicas", de ciertos supuestos profesionales, cuyas carreras si que se prevén cortas, dedicaros a otra cosa porque sinceramente no se que es lo que véis cuando estáis frente al televisor, y más concretamente delante de una obra maestra como lo es esta miniserie.
La serie no es que sea buena, es buenísima, lo tiene todo. Su historia es concisa, va al grano, y aborda durante todo el tiempo lo importante, sin rodeos, pero también tiene instantes de calma cosa que resulta increible viendo lo breves que son sus episodios, pero que pese a su brevedad te dan la sensación, al acabarlos, de que has quedado realmente saciado, muchas veces preguntándote como es posible que hayas visto todo eso en solo 20 minutos...
Cada episodio es como una pieza de un puzzle perfecto, adictivos como el que más y distintos todos ellos entre sí.
El personaje de Ray Shoesmith es apasionante y a cada paso que da la serie y avanza en contenido más ganas dan de saber y profundizar sobre él.
Aunque no se han confirmado más temporadas, y su director al parecer da por concluída la historia, me gustaría ver en un futuro alguna que otra temporada más sobre la historia de este magnífico personaje que sin lugar a dudas tendría mucho más que contar...

Scott Ryan crea y protagoniza una serie centrada en un personaje al que contratan para cometer actos violentos.
Da una visión global de él, mostrando también sus rutinas y tiempo libre, resultando bastante costumbrista y centrándose en los pequeños detalles.

Se trata de un personaje de apariencia tranquila y que aparentemente lleva una vida normal, pero que cuando es necesario da rienda suelta al resentimiento y las ganas de venganza reprimidas en su interior.
Eso conlleva un gran conflicto interno, ya que puede llegar un punto en el que pierda ese control y le controlen a el, y en su oficio, un error supondría su final.
Muestra su día a día, su lado paternal, familiar, su búsqueda del amor y también los actos violentos que comete por dinero.

En un formato de episodios cortos que la favorece, la serie siempre consigue aportar algo interesante, e ir de menos a más ganando en profundidad con el tiempo.

"Lo blando es más fuerte que lo duro. El agua es más fuerte que la roca. El amor es más fuerte que la violencia."
-Herman Hesse

Serie minimalista, en duración, en recursos técnicos y producción, en despliegue actoral y escénico. Muy buen producto al punto de transformar a un personaje cuarenton, de un físico poco envidiable, en un matón verosímil. Parece decirnos: músculo no se necesita, se necesita ser violento, con eso alcanza, y el espectador le cree, al punto de llegar, por momentos, a sentir que él lo puede hacer como Ray. Pero Ray es algo más; presenta rasgos psicopáticos. Mata por encargo, de manera profesional, sin transparentar el más mínimo atisbo de empatía por su víctima. Se trata de un trabajo que nada tiene que ver con los sentimientos humanos. Ahh, el amor, qué hacemos con el amor, Ray? Se puede compatibilizar el amor con la violencia? Difícil, Ray. Interesante, un psicópata enamorado o un profesional de la muerte enamorado. Después de todo el personaje es humano, un humano con una carga de agresividad cruda e inmanejable, por momentos sin la sofisticación del psicópata, sin dejar de serlo.
A la serie no le falta intriga ni tensión y la brevedad de cada episodio termina por convertirla en adictiva.