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Creadores de sombras

Drama. Bélico En plena II Guerra Mundial, el científico Robert Oppenheimer se convierte en el jefe del Proyecto Manhattan, una serie de experimentos militares para construir la primera bomba atómica de la historia, antes de que lo hagan los alemanes. El general Leslie Groves será el encargado de supervisar el trabajo. (FILMAFFINITY)
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Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
10 de septiembre de 2011
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre mediados de 1942 y el 6 de agosto de 1945, bajo el más absoluto de los secretos, se llevó a cabo en un inhóspito terreno de New Mexico llamado Los Alamos, el Proyecto Manhattan, es decir, la investigación por parte de los Aliados para lograr un arma nuclear durante la Segunda Guerra Mundial.

El director militar del proyecto fue el general Leslie Groves (interpretado por un gran Paul Newman), constructor del Pentágono, encargado de reclutar a los mejores científicos del momento. Al mando del equipo de técnicos se situó al brillante físico Robert Oppenheimer (Dwight Schultz, el Murdock de la famosa serie "El equipo A"), de origen alemán, un genio tratado con reservas por sus ideas simpatizantes hacia el comunismo.

De eso, nada más y nada menos, trata "Creadores de sombras", dirigida por Roland Joffé, un director que prometía muchísimo tras sus dos éxitos iniciales, "Los gritos del silencio" (1984) y "La misión" (1986, Palma de Oro en Cannes), pero que luego no pareció seguir la misma senda del éxito.

La película trata, con momentos cercanos al tono documental, los problemas técnicos a los que se enfrentaron los científicos, y el pulso entre éstos y el general (en representación del Ejército), el cual presionaba constantemente para acabar el trabajo en el plazo establecido y ejecutar lo acordado. Joffé muestra una visión crítica del proyecto y ahonda en los graves conflictos morales que se generan.

Por desgracia, la película no está a la altura de la enorme trascendencia de lo que cuenta. Su falta de ritmo uniforme y algunas subtramas artificiosas (como el personaje de Laura Dern, innecesario) rebajan su calidad. Lo que debería haber sido una obra de referencia, se convierte en una película sólo tenida en cuenta por su temática, no por cómo está hecha y contada.

A su favor tiene el hecho de contar con un valor seguro como Paul Newman, que le concede un plus, pues su sola presencia asegura oficio y seguridad.
Quizá si esta película se hiciera hoy con un director importante y un presupuesto elevado, podría mejorarse bastante.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Gabriel Ufa
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28 de febrero de 2013
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Roland Joffé es un director británico que utilizaba, el recurso a los acontecimientos de la Historia como coartada legitimadora de sus películas. Y le había producido hasta entonces, sustanciosos beneficios comerciales (“Los gritos del silencio”, “La Misión”), para atestiguar la capacidad de este director a la hora de fabricar productos con marchamo de “Prestigiosos” y acaparadores de premios. Parecía lógico, por tanto, que en este tercer trabajo buscara su inspiración en semejantes territorios.

“Creadores de sombra” es la segunda colaboración entre Joffé y Robinson, aunque esta vez ambos escribieron juntos el guión de la película. Esta se centra en los preparativos, investigación y construcción del arma nuclear, en la colaboración de varios científicos dentro del laboratorio secreto de Los Álamos y en la decisiva intervención del aparato militar como motor impulsor del proyecto. Y como ya sucedía en las dos películas anteriores de Joffé, no se trata tanto de bucear en la Historia o de reconstruir el entramado interno de su devenir, como de tomar prestado el marco para hilvanar, a partir de dicha referencia, un relato de ficción convenientemente dramatizado, depurado de aristas incómodas y que pretende legitimarse como testimonio “humano” del drama histórico presentado como telón de fondo.

La habilidad de Joffé para la vulgarización y edulcoración de los sucesos históricos vuelve a ponerse de relieve aquí, y lo hace ahora con mayor intensidad, y con menos escrúpulos, que en las ocasiones precedentes. Para conseguir sus propósitos, guionista y director han convertido la compleja maraña de intereses que impulsaron a los Estados Unidos hacia la barbarie en un enfrentamiento bipolar de dos personalidades individuales, contrapuestas pero complementarias: el general Leslie R. Groves y el científico Robert Oppenheimer. Ambas figuras son casi las únicas que poseen algo de relieve y fisicidad en las imágenes del film, y más por la excelente interpretación de Paul Newman y del debutanre Dwight Schultz que por la entidad dramática de sus respectivos personajes. Las subtramas amorosas y de amistad no tienen entidad ni aportan nada a la película, casi prescindibles algunos secundarios. Una película indefendible que no está a la altura de lo que cuenta.
Antonio Morales
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16 de marzo de 2011
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ésta es una de esas películas que, mientras la estás viendo, piensas que debería ser una gran película (excelentes actores, gran factura técnica, historia interesantísima), pero que nunca llega a levantar el vuelo, atrapar de veras la atención del espectador, y menos emocionarle o conmoverle con la historia… y esto, tratándose de una de las historias con más gancho a priori, como es la creación de la primera bomba atómica, tiene su delito. Y es que los acartonados diálogos, las incomprensibles explicaciones científicas, la falta de continuidad y concatenación de las escenas, hace que todo se quede en un espectáculo meramente correcto y más bien gélido. Durante la película se contraponen dos puntos de vista: el de los problemas de conciencia sobre el uso militar de la energía atómica, y el punto de vista práctico que ve en el uso de la bomba atómica contra esos “monos amarillos” (sic) un remedio que evitará males mayores y un mayor número de muertes. Al final uno no sabe muy bien a qué carta juega el director: ¿quizá habla por boca de Paul Newman –el general que dirigió el proyecto Manhattan- cuando dice que “Dios está con nosotros”? O que el papel de la mujer de un hombre brillante con una misión especial en la vida es apartarse discretamente a un segundo plano (comentario machista donde los haya que el general espeta a la mujer de Oppenheimer). Viniendo del director de La Misión y la biografía de Escrivá de Balaguer, todo es posible. En cualquier caso, imperdonable la falta de pulso y la cutrez del que se supone debería ser el momento cumbre de la película, el primer test de la bomba atómica que coronó con éxito todo el proyecto Manhattan. Decepcionante.
Fran42
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11 de enero de 2010
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Little Boy” fue el nombre con que se bautizó a la bomba atómica lanzada sobre la ciudad japonesa de Hiroshima el 6 de agosto de 1945, “Fat Man” fue el nombre clave utilizado para el dispositivo nuclear que fue detonado en Nagasaki, Japón por los Estados Unidos el 9 de agosto de 1945.

El Proyecto Manhattan era el proyecto científico llevado a cabo para el desarrollo de la primera bomba atómica antes que Alemania la construyera. La investigación fue dirigida por el físico Julius Robert Oppenheimer mientras que la seguridad y las operaciones militares corrían a cargo del general Leslie Richard Groves.

El general Leslie Groves (Paul Newman) y el científico de origen alemán Robert Oppenheimer (Dwight Schultz) están al frente del ultra secreto Proyecto Manhattan, del que forma parte un reputado equipo de científicos de todo el mundo.

El general Groves debe solucionar los prejuicios morales de Oppenheimer y del resto de los científicos, que son conscientes de estar utilizando su ciencia para fines destructivos.

Julius R. Oppenheimer (1904-1967) fue un físico y director científico del proyecto Manhattan, conocido como "El padre de la bomba atómica". Al terminar la guerra utilizó su posición para apoyar el control armas atómicas y para oponerse a la carrera armamentista nuclear entre los Estados Unidos y la Unión Soviética.

La película generó por venta de taquillas la cantidad de $3,5 millones en EEUU solamente, además recibió dos nominaciones a los premios “Berlin International Film Festival” y “Political Film Society, USA”.

Los científicos nucleares y refugiados judíos persuadieron a Albert Einstein, para que advirtiera al presidente Franklin D. Roosevelt de este peligro por medio de una carta. En respuesta a la advertencia, Roosevelt incrementó las investigaciones. Después de la detonación sobre Hiroshima, Einstein comentaría: "debería quemarme los dedos con los que escribí aquella primera carta a Roosevelt."
operez
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6 de mayo de 2006
11 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
El General Leslie. R. Groves (también conocido como Paul Newman) encarga a un grupo de científicos de todo el mundo un estudio sobre los usos armamentísticos del plutonio y el uranio enriquecido (o empobrecido, no sé). Al mando de este grupo de eruditos se encuentra Murdock, algo más envejecido y sin su cazadora de piloto, pero con su cara de loco intacta pese al paso de los años.
El argumento de la película no es del todo malo pero la verdad es que resulta poco atractiva por la manera tan lineal en que está contada y la poca emoción que transmite al espectador, ávido de explosiones nucleares en la cara del bueno de Paul.
Resumiendo, la película se hace bastante larga y no tiene gran aliciente, John Cusack deja muestras de su saber estar y Laura Dern deja constancia de su parecido con Ana Duato, fin de la historia.
pope
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