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Voto de Antonio Morales:
5
Drama. Bélico En plena II Guerra Mundial, el científico Robert Oppenheimer se convierte en el jefe del Proyecto Manhattan, una serie de experimentos militares para construir la primera bomba atómica de la historia, antes de que lo hagan los alemanes. El general Leslie Groves será el encargado de supervisar el trabajo. (FILMAFFINITY)
28 de febrero de 2013
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Roland Joffé es un director británico que utilizaba, el recurso a los acontecimientos de la Historia como coartada legitimadora de sus películas. Y le había producido hasta entonces, sustanciosos beneficios comerciales (“Los gritos del silencio”, “La Misión”), para atestiguar la capacidad de este director a la hora de fabricar productos con marchamo de “Prestigiosos” y acaparadores de premios. Parecía lógico, por tanto, que en este tercer trabajo buscara su inspiración en semejantes territorios.

“Creadores de sombra” es la segunda colaboración entre Joffé y Robinson, aunque esta vez ambos escribieron juntos el guión de la película. Esta se centra en los preparativos, investigación y construcción del arma nuclear, en la colaboración de varios científicos dentro del laboratorio secreto de Los Álamos y en la decisiva intervención del aparato militar como motor impulsor del proyecto. Y como ya sucedía en las dos películas anteriores de Joffé, no se trata tanto de bucear en la Historia o de reconstruir el entramado interno de su devenir, como de tomar prestado el marco para hilvanar, a partir de dicha referencia, un relato de ficción convenientemente dramatizado, depurado de aristas incómodas y que pretende legitimarse como testimonio “humano” del drama histórico presentado como telón de fondo.

La habilidad de Joffé para la vulgarización y edulcoración de los sucesos históricos vuelve a ponerse de relieve aquí, y lo hace ahora con mayor intensidad, y con menos escrúpulos, que en las ocasiones precedentes. Para conseguir sus propósitos, guionista y director han convertido la compleja maraña de intereses que impulsaron a los Estados Unidos hacia la barbarie en un enfrentamiento bipolar de dos personalidades individuales, contrapuestas pero complementarias: el general Leslie R. Groves y el científico Robert Oppenheimer. Ambas figuras son casi las únicas que poseen algo de relieve y fisicidad en las imágenes del film, y más por la excelente interpretación de Paul Newman y del debutanre Dwight Schultz que por la entidad dramática de sus respectivos personajes. Las subtramas amorosas y de amistad no tienen entidad ni aportan nada a la película, casi prescindibles algunos secundarios. Una película indefendible que no está a la altura de lo que cuenta.
Antonio Morales
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