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Misión blanca

Drama A una misión española en Guinea llega un nuevo sacerdote. Allí es recibido por un anciano misionero que le relatará la historia del padre Javier. También la de un banquero sin escrúpulos que tuvo que salir de España tras cometer un importante fraude, y que llegó a Guinea con la idea de aprovecharse de las numerosas riquezas del país. (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
21 de marzo de 2016
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los padres blancos se van a la Guinea española a velar por los negritos. No faltan blancos malos a los que convertir ni agravios que enmendar. La película adolece de todos los males y simplificaciones de las obras que persiguen la propaganda como único fin. La estética selvática recuerda la de las aventuras de Tarzán. Se insertan escenas exóticas, con parejas tocando el bongo a la orilla del río, que más parecen sacadas de Hawai.Todo sea por dar a la cosa un poco de color, dentro de ese blanco/negro, bien/mal, civilización/salvajismo dominantes. No falta la trama melodramática, con confesión final y perdón de los pecados. Todo en blanco y negro, sin medios tonos. Delirante la escena patriótica, con el manto de la Virgen haciendo de bandera. Y de fondo, el peligro de la concupiscencia, ese mal del ébano que ataca a algunos blancos y les hace pecar contra el sexto arrimados al tronco de algún aucoumea o árbol del ocumen.
Fuman2
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22 de marzo de 2016
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta sí, casi que sí, de tan mala, absoluta, dogmáticamente, creía que no lo contábamos, que con su pantagruélico y abismal final nos íbamos todos al garete de verdad, implosionábamos y se nos tragaba la tierra, como devorados por agujeros negros ávidos de carne humana y sesos tumefactos.
En fin, el susto ya pasó y toca escritura racional, exacta, lo acostumbrado en estos casos de delirios tan acusados, nuestro contrapunto.
Dios y Patria como señas de identidad, lo cual no no debería estar necesariamente mal, depende, todo depende del percal o caudal. Santo y seña. Sermón de la montaña y gloria de la raza. Somos grandes, fuimos los mejores, y lo sabemos. Y lo contamos. Perfectamente.
Un viaje al corazón de las tinieblas guineanas en busca del capitán Kurtz-Brisco (malote a gritos) por parte de Willard-Javier (cara de lelo a tiempo completo) de la Concepción. O dale meneo que me aburro, chulo, que hablando mucho no vas a salvar tu negro trasero.
Versión Disney-Meapilas-Folletinesca-Panfletaria y en el poco fondo muy naíf. Tanta simpleza y maniqueísmo que al final nos caímos de culo. Un mensaje tan obvio y poco sutil que nos herniamos para siempre. Unos actores tan teatrales y desmadrados que perdimos el oído definitivo. Unos personajes tan rudimentarios que nos robaron la vista a horcajadas. Una historia que nos licuó el alma y el corazón de golpe. Vamos, que nos quedamos sin nada, desnudos frente a Dios, sin saber rezar, terriblemente solos con el padre Javier, esperando, rogando desesperadamente por su perdón o en su defecto por que nos invitara a la santa boda de los hermosos indígenas para así poder morir por fin tan tranquilos y felices. Si no queríamos más.
Quizás su estructura un poco como de muñecas rusas, historias que se enlazan y retroceden rastreando un pasado iluminador, o tal vez su aura legendaria, sus buenas intenciones evangelizadoras y proselitistas y su candor ideológico no sirvan de suficiente atenuante en el seguro juicio final, donde esta película, mucho me temo, será condenada al fuego eterno del mal arte, justamente por ese mismo Dios al que parecen querer cantar y que seguramente se avergüenza de esa tierna brutalidad discursiva y aquel disparate culebronesco, a él no le gusta tanto eso, tiene mejor gusto, erraron el tiro, o eso creo.
Ferdydurke
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2 de agosto de 2016
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues de cómo la Iglesia Nacional Católica española evangelizaba a los pobres negritos y negritas en la Guinea de los años primeros años del siglo XX.
Un grupo de abnegados misioneros que luchaban día a día por llevar la palabra de Dios por esos lugares semi-salvajes, y lo hacían a veces contra hombres malvados de su misma raza, la blanca.
En este caso el Diablo en persona es un malvado blanco que se cambió de nombre huyendo de España después de estafar a miles de personas y de asesinar a un hombre por defender a su esposa.
La película es grandilocuente en todos sus términos, siendo excesiva en la forma de declamar de sus intérpretes y en otros aspectos como la música y el propio guión, todo un dramón, donde la intriga hace acto de presencia desde el primer minuto, aunque todo sea más o menos previsible, sobre todo porque todo está narrado por el personaje encarnado por el siempre magnífico Jesús Tordesillas, quien, en un momento, adelanta en gran medida lo que sucederá.
Además, algunos aspectos quedan un tanto ridiculillos, como el que algunos intérpretes blancos hagan de negros, como el apuesto Jorge Mistral, tiznado de negro (no queda demasiado mal, la verdad, pero se nota, claro que se nota...).
Buena fotografía en blanco y negro, a cargo de Michel Kelber y resultado más o menos ameno, pues aburrir no aburre. Se puede ver por tanto sin mucho esfuerzo, sobre todo porque es corta y no se hace por ello pesada.
Pero lo cierto es que no es una buena película, aunque en la historia del cine español significó algo en su día, otorgando el SNE (Sindicato Nacional de Espectáculo), en el año 1946, el Quinto Premio a la Mejor película.

http://filmsencajatonta.blogspot.com.es
Constancio
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8 de abril de 2016
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Guinea Ecuatorial, antaño Guinea Española, es hoy noticia porque se abre la campaña electoral para las elecciones presidenciales a celebrar el próximo día 24, me temo que ganará Obiang otra vez. Y para acompañar el proceso, se nos ofrece "Misión blanca", una película de 1946 que tiene como escenario este pequeño país centroafricano, cuando por fortuna era dominio de España. La historia comienza en 1935 luego retrocede a 1910 para después dar un nuevo salto a 1932 y concluir tres años más tarde. Todo este juego de fechas sirve para esquivar al régimen franquista, supongo que para que nadie le pueda culpar del "desorden" en aquellas tierras. Por cierto, que por ahí hay una "Palmeras en la Nieve" (2015) que tiene el mismo marco geográfico aunque en los años 50, pero por lo que he oído, se explaya en la crítica contra la colonización, lo cuál viene a ser un retrato mucho más falso que el no obstante evidentemente edulcorado de la presente.

"Misión blanca" es un melodrama dominado por el mensaje cristiano. Como obra cinematográfica es discreta aunque he de confesar que el aire colonial le sienta bien, es un género que me atrae mucho, bueno es un episodio histórico que realmente me fascina aunque rara vez ha sido recogido con el esplendor que se merece. Ahora bien resulta interesante como documento sociológico. Muchos se quedarán con el aparatoso discurso nacional-católico, la religión y la patria, con una secuencia completamente risible, bandera en mano. Pero detrás de esto hay mucho más. Por ejemplo, que no existe una sombra de racismo o que la condena de la usura, es decir, el préstamo que genera intereses, deudas y hasta expropiaciones, algo perfectamente legal, es fustigado sin remisión. Como nota más interesante es que ese modelo de sacrificio y abnegación que lejos de ser un atributo femenino es difundido como valor propio de todo español "franquista".
Reaccionario
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