Desacuerdo perfecto

El cartel no engaña, aquí lo que hay son dos grandes actores consagrados y reconocidos. Y "Desacuerdo perfecto" se disfruta principalmente desde el punto mitómano y cinéfilo de la admiración de estos dos talentazos. El cincuentón Antoine de Caunes (padre de la interesante actriz Emma de Caunes) reune al setentón Jean Rochefort y la sesentona Charlotte Rampling. De entrada tiene ya su mérito habida cuenta de lo dificil que puede resultar en el cine de hoy en día dar el papel de enganche mediático a actores de considerable edad. Pero luego viene el guión, y aunque "Desacuerdo perfecto" tiene por momentos detalles de gracia en general no acaba de despuntar y su progreso resulta previsible. Queda entonces el placer de solazarnos con estos dos grandes del cine europeo pero, ya ha pasado otras veces, a esto hay que intentar acompañarlo de algo más que no sea vender un encuentro llamativo. Aunque Rochefort esté histriónico, desatado, lo que tampoco es nada nuevo y Rampling siempre con su maravilloso rostro enigmático (todavía sigue atreviéndose con los desnudos) lo que tampoco es nuevo.

Una comedia muy a la francesa, con dos estrellas del país galo en un mano a mano que promete más de lo que dá. Lo digo por que lo que empieza como un tira y afloja tras un reencuentro de viejos amores a la media hora se esfuma para mostrar una película romantica, previsible y nada cómica. Solo destaco el papel de Rampling que dentro de lo limitado realiza un gran trabajo. En conjunto se ve igual que se olvida sin sentirla. Pasable, pero prometia mas.

Agradable de ver con dos estupendos actores en su madurez. Charlotte Rampling y Jean Rochefort son los principales papeles de esta comedia producida por Francia-Inglaterra-Rumanía, en la cual lo más brillante de ella son sus interpretaciones y la elegancia del conjunto del film en un escenarios selectos, muy británicos, lo cual hace que la ambientación encaje con el argumento de una comedia interesante sin más. El resto del reparto cumple correctamente con su cometido.
Pude ver esta producción filmada en formato 2.35:1 (Scope) y convertida para su pase en Televisión. en formato 1.85:1, lo cual hace que la imagen sea mutilada lateralmente, con la pérdida consiguiente del formato original y de su campo visual completo y de cierta nitidez de la fotografía.Es inexplicable que siga ocurriendo esta chapuza en los tiempos actuales. Creo que las televisiones debían rechazar toda película en la cual no haya sido respetado el formato original, lo cual va en contra de los derechos del autor y de los espectadores.

El cine francés es, por así decirlo, tan de sui generis en la comedia que algunos éxitos puntuales lo han encumbrado en las taquillas europeas y de medio mundo. Y cómo no hay que enriquecerlo con veteranas glorias de la gran pantalla como la inglesa Rampling y el francés Rochefort y perpretar un duelo y/o guerra de sexos que se va apagando minuto a minuto transcurrido. Empezando por el enredo y tejiendo una comedia coral -salvo la aislada secuencia de la cena con el empresario de cacahuetes- sobre el reencuentro y el paso de los años.