Una muchachita de Valladolid

Esa es la minúscula puntuación que a la hora de hacer esta crítica, tiene esta película como media. Indignante. ¿Ni un aprobadillo, ni un comentario? ¿Dónde estáis pequeños saltamontes?

Es una una españolada regia, que resiste mil visionados. Un clásico debería ser. Esta no es una de Joselito, o de Carmen Sevilla, ni siquiera de Marisol o del Dúo Dinámico. Una delicia de comedia, con un actorazo como el extinto Closas, una impresionante Analía Gadé... ¿y López-Vázquez, y Alfredo Mayo...? Por favor, no hace falta tener 80 años en la actualidad para poder disfrutar de esta peli sin complejos... Nadie te conoce ni sabe quién eres...

¡Vamos, vamos!

Esta película se ve con encanto pero no apasiona. Entre sus puntos fuertes destaca la presencia de Alberto Closas, bordando el papel de diplomático que ocupa el puesto de Segunda Jefatura de una Embajada de España en un país latinoamericano imaginario, y una Analía Gadé haciendo ese papel de chica ingenua que se casa casi de rebote con un diplomático y a veces parece que se sienta como pez fuera de agua perdida en el mundillo de la diplomacia y rodeada de esas fieras con caras angelicales y lengua viperina que son las damas de la alta sociedad.

Y en el mundo de la diplomacia española sí que tuvo éxito esta película porque la expresión "Una muchachita de Valladolid" ha dejado huella.

Entre los puntos flojos destaquemos la pobre producción, se resiente la película de su origen escénico, con una ambientación muy mala de un país sudamericano en lo que se nota enseguida que más allá de la Casa de Campo de Madrid no se fueron a rodar. También es una pena que el papel de José Luis López Vázquez, de Primer Secretario de la Embajada, no se vea más aprovechado.

En suma, una película simpática que pudo ser más de lo que es.

Pues sí. Hay que verla. De tostón nada. Ågil, bien interpretada, un color bueno, Analía guapísima.
Valladolid, una ciudad estupenda a finales de los cincuenta.
En estos días combino ver pelis españolas antiguas y de hoy.
Salen ganando las antiguas. Má variedad, menos tonterías.
Música de Halfter. Y un López Vázquez con pelo y su soltura de siempre.

Una película simpática y atractiva que cuenta con un buen reparto español, Alberto Closas y Analía Gadé lideran el casting junto a José Luís López Vázquez, Alfredo Mayo, Lina Rosales, Vicky Lagos, Roberto Camardiel, Roberto Rey, Aníbal Vela. Tras pasar unas Navidades solitarias, resfriado, en la embajada de España en un frío país europeo y discutiendo con su amiga Erica (Vicky Lagos), el diplomático Patricio Arnáiz (Alberto Closas) es nombrado ministro plenipotenciario y se le destina a un imaginario país latinoamericano; en el intervalo decide casarse con una chica tradicional española. Llega a Valladolid y durante las procesiones de Semana Santa se enamora de Mercedes Martínez (Analía Gadé), ellos se casan pese a la oposición de tía Úrsula y después se instalan en la embajada con la misión de conseguir a buen precio la concesión de territorios petroliferos para en el que compiten varios países. Pero la esposa descubre que la estrategia de Patricio para obtener la concesión es conquistar a la esposa del canciller, Alejandra Aymat (Lina Rosales), y ella a su vez ella decide enamorar al canciller Raimundo (Alfredo Mayo).

Una agradable y colorida comedia española que narra la rivalidad que se establece entre una muchacha de provincia -bien interpretada por Analía Gadé-, que se convierte en la esposa de un canciller, exageradamente interpretado por Alberto Closas. Basada en la obra de Joaquín Calvo Sotelo que se estrenó en teatro con gran éxito en 1957 interpretada por Alberto Closas, María Asquerino y José Luis López Vázquez; la adaptación cinematográfica obtuvo también bastante éxito, sustituyendo a María Asquerino por una doblada por Analía Gadé y en la que se ha añadido una primera parte más emotiva y se ha respetado el original de la segunda. La ligereza de la anécdota, la falta de rigor en las formas de hablar, las localizaciones habitualmente interiores y las interpretaciones exageradas -especialmente de Alberto Closas- , hacen que el enfrentamiento hombre-mujer en el que se basa la obra tenga poca fuerza, incluso menos que la original obra, sin embargo el éxito que tuvo en su momento hizo que Calvo Sotelo escriba una suerte de continuación, ¨Operación Embajada¨ que a su vez también fue llevada al cine bajo la dirección de Fernando Palacios y con el mismo trío protagonista.

El director italo-argentino Luís Cesar Amadori rueda esta película tras abandonar Argentina con más de 50 películas realizadas, iniciando una nueva y exitosa carrera en España. Ese mismo año dirigió la exitosa: ¨¿Dónde van Alfonso XII? , uno de los mayores éxitos comerciales junto a La Violetera. El escritor y cineasta argentino nacionalizado español Amadori mezcló tan consistentemente lo bueno con lo mediocre que resultó casi imposible saber qué esperar de él a continuación. Aquí el artesano Luis César Amadori fusiona intrigas amorosas con algunos populares bailes con coros y danzas. Amadori fue un ex periodista y crítico musical nacido en Argentina que se convirtió en un destacado productor de teatro y dramaturgo y, posteriormente, guionista y director de películas en Argentina. Luis fue director en 150 espectáculos teatrales. Debuta en ¨Puerto Nuevo¨(1936) codirigida por Mario Soffici. Amadori solía utilizar el seudónimo ¨Gabriel Peña¨ cuando escribía sus guiones. Luego del derrocamiento de Perón trabajó en España durante una década, de 1958 a 1968 realizó 17 películas, tales como: 1965 ¨Más Bonita Que Ninguna¨, 1964 ¨El Señor De La Salle¨ con Mel Ferrer, 1964 ¨Como Dos Gotas Agua ¨, 1963 ¨La Casta Susana¨, 1961 ¨Pecado De Amor¨, 1961 ¨Alerta en el Cielo¨, 1960 ¨Mi Ultimo tango¨, 1960 ¨Un Trono para Cristy¨, 1959 ¨Una Gran Señora¨, 1958 ¨Una Muchachita De Valladolid¨. La mayoría de ellos fueron vehículos de actrices populares como ¨Rocío Dúrcal¨, ¨Marujita Díaz¨, ¨Pili y Mili¨ y Sara Montiel con quien hizo de este su mayor éxito: ¨La Violetera¨. Calificación de Una muchachita e Valladolid: 5.5/10. Aceptable y pasable.

Se puede hacer un trabajo aceptable bajo una férrea censura. A parte del buen plante de Alberto Closas y la elegancia de Analía Gadé, la película se puede ver por la sutil ironía que se hace, no tan ingenua, de los tejemanejes de la política internacional en países gobernados por dictaduras centralistas, con ministros y embajadores nombrados a dedo de forma arbitraria. El director italoargentino Luis Cesar Amadori destaca por su buen oficio. En su haber obran conocidos títulos de Sara Montiel, la exitosa ¿Dónde vas Alfonso XII? y otras notables comedias caracterizadas por su cuidada puesta en escena. Como curiosidad del film, está la música original de Cristóbal Halfter, músico clásico y director de orquesta que también ha hecho sus pinitos en el cine.