El carnaval de las bestias

Bruno Rivera, un malvado criminal que ha hecho de las suyas en Japón, tras traicionar a una banda de terroristas nipones y dejar preñada a la hermana del jefe de dicha banda, pone pies en polvorosa hacia España, donde es localizado por los nipones, teniendo lugar un violento enfrentamiento, en el cual nuestro recio criminal consigue huir malherido, estado en el que se lo encuentran una familia que tiene un chalet en la sierra, donde le cuidan y logra restablecerse de sus heridas.
A partir de aquí la trama da un giro total y nos encontramos con una truculenta historia en la que caben: romance, simbología nazi, canibalismo, muerte en las cochiqueras y algún que otro exceso mas, todo ello preñado de un magnifico y macabro humor negro, que a mi juicio, la hacen una de las mejores y más personales películas de este reputado y respetadísimo, allende las fronteras mítico director (Spain is different ), por la que fue premiado por el Círculo de Escritores Cinematográficos, por su amplia labor en el extranjero prestigiando al cine español.
Paul Naschy esta magnifico en la piel de este criminal que se encuentra con la horma de su zapato, así como Lautaro Murúa en el papel del inquietante Don Simón, sin olvidarnos del gran Luis Ciges (habitual en el cine de Jacinto Molina) y la aparición de Rafael Hernández y Paloma Hurtado como unos Superman y María Antonieta de lo más delirantes.
Absolutamente recomendable.

Una película que mezcla acción, tensión y terror con el siempre y desgraciadamente recien fallecido Paul Naschy. Narra como un ladron se queda con los diamantes matando a quienes le contrataron, a partir de entonces va a parar a casa de un médico con unas hijas extrañas y en una casa donde nada es normal. Lo mejor sin duda el humor de la cinta, los denudos femeninos, los personajes extraños y Naschy en su salsa siendo uno de los mejores actores que ha dado España. El final sorprendente e inesperado.

"El carnaval de las bestias", largometraje dirigido por Jacinto Molina Álvarez, y protagonizado por Paul Naschy (es decir, la misma persona), es de esas películas que las ves y no lo crees. Confeccionada con materiales de derribo -cine de acción del tipo de Chuck Norris, intriga internacional, un poco de exotismo japonés, un poco de costumbrismo español, terror, familias muy, pero muy extrañas en plan "La matanza de Texas" (The Texas Chainsaw Massacre, 1974), de Tobe Hooper, erotismo, venganzas, a todo lo cual hay que añadir la super cutre banda sonora de CAM España-, es una obra, sin embargo, y contra todo pronóstico, personalísima, curiosísima, interesantísima, y con un final increíble, sorprendente, alucinante...

Primera coproducción entre España y Japón, "El carnaval de las bestias", candidata a obra de culto desde ya, no sólo por sus virtudes sino también por sus defectos, revela, como historia, su gran deuda con una película con colaboración de Molina en el guión, "Los ojos azules de la muñeca rota" (1973), dirigida por Carlos Aured. De hecho, "El carnaval..." es una especie de reformulación de "Los ojos...", pero en un tono aún más siniestro, seco y pesadillesco. Así, aquí vemos de nuevo a un extraño con un oscuro pasado que se introduce en una casa llena de extraños personajes; vemos los sueños de este forastero, que aquí son verdaderas pesadillas, en las que sueña con su muerte; y vemos, cómo no, cerdos, pero muchos más que en el largometraje de Aured. Como en "Los ojos...", nada es lo que parece, las apariencias engañan, y el duro protagonista, aún siendo un mercenario sin escrúpulos, se verá en peligro en esa casa, en principio muy acogedora.

Se trata de una obra muy española -el banquete del final tiene un aire que recuerda, más que a Fellini, como dijera el propio Naschy/Molina, a Berlanga- y, a la vez, muy internacional: actores japoneses se mezclan con el director y actor del cine argentino Lautaro Murúa, y con las referencias a África y sus ritos ancestrales. El comienzo del film, por cómo presenta a Bruno Rivera (Naschy), un duro mercenario español, remite al cine de Chuck Norris y quizá también al cínico asesino a sueldo de "MW", un "manga" de Osamu Tezuka. En fin, si a esto le añadimos el disfraz de oficial nazi del personaje de Murúa, y la tétrica pintura del comienzo, tenemos un film lleno de referencias culturales.

Para mí es una obra a redescubrir y revalorizar urgentemente, y uno de los títulos más sorprendentes, brutales y radicales del cine de, o con, Paul Naschy/Jacinto Molina.

Un delirio, oiga. Una especie de Manga japonés pasado por el fantaterror español con toques de erotismo "made in spain" que nada aportan más que una visión particular de la censura y todos sus mecanismos de evasión del control.
La cinta es deficiente, se mira con la perspectiva que se mire, incluso la muy bondadosa. Es plana, rallando en el absurdo por momentos, sobre todo cuando intervienen los japoneses, porque, la verdad, es todo tan absurdo...!!!
Infame es poco.

Mira que la idea en principio era bastante buena: un criminal acogido por una familia que al final también tiene lo suyo, un poco de humor negro, un poco de terror, algo de erotismo, un poco de acción, un poco de gore incluso. Y un desenlace sorpresa. Podría haber funcionado bastante bien.

Por desgracia, el humor es poco gracioso, de terror no hay nada, las escenas eróticas lo único que consiguen es interrumpir cada poco un desarrollo ya de por sí demasiado lento, las secuencias de acción son bastante flojas, y aunque hay algunas escenas violentas bien logradas, no logran levantar una película esencialmente aburrida y bastante pobre en todos los aspectos técnicos. Y el desenlace sorpresa te lo ves venir. Desde lejos. Desde muy muy lejos.

Por lo menos es peculiar. Pero hasta ahí llegan sus méritos.