Haz click aquí para copiar la URL

El molino y la cruz

Drama La película se inspira en la obra "Cristo cargando la cruz" del pintor flamenco Pieter Brueghel "el Viejo". Se eligieron doce personajes del cuadro y sus historias se combinaron con los avatares de la creación de la tela. Majewski pintó los decorados y se utilizó lo último en técnicas digitales para incorporar a los actores al mundo de Brueghel. La película se exhibió en Sundance. (FILMAFFINITY)
1 2 3 4 5 >>
Críticas 23
Críticas ordenadas por utilidad
15 de enero de 2013
25 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fui a mis queridos Meliès (hay que defender a capa y espada estas salas sagradas para los cinéfilos) muy ilusionado con la película, debido a las críticas que había leído. Ya me mosqueaba que Majewski dirigiera, escribiera, fotografiara, aportara la banda sonora (un feroz plagio del Casanova de Nino Rota), y supongo que montara la obra. Pasados diez minutos de estar boquiabierto, casi babeante, ante la hermosura de las imágenes, me sentí transportado de repente a los años 70, a una de aquellas salas de Arte y Ensayo (pongamos el Publi, por ejemplo) en las que, entre la perplejidad y la admiración del que no entiende nada, nos atizábamos sin inmutarnos pestiños que llegaban de países exóticos, como Polonia, Checoslovaquia o Rumanía, convencidos de estar llevando a cabo un meritorio esfuerzo por desasnarnos y forjarnos una culturita. ¡Tal cual que ayer, por Zeus! O sea, en un momento dado la película se convierte en un sedante perfecto. Los tres protas apenas musitan palabra (ver a la Rampling, que exhibió el felpudo y todo cuanto pudo durante décadas continuadas, en el papel de la Virgen María es un poco descacharrante, la verdad), mientras se nos va mostrando el significado verdadero del cuadro, una diatriba contra la represión española en los Países Bajos. Por cierto, que ya puestos, podrían haber contratados a españoles de verdad. La soldadesca habla con un magnífico acento sudamericano, lo cual contribuye a encrespar todavía más los ánimos del soliviantado espectador, hasta llegar al ansiado final. La cinta, al menos, es misericordiosamente breve.
En fin, una cruel decepción. Una paja mental de Majewski disfrazada de obra de arte.
Eduardo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
23 de enero de 2012
24 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
1º Si Ud. no conoce o no le gusta la pintura flamenca no mire esta película.
2º Si Ud. entiende por buen cine el refrito americano de algún comic (transformers, thunder cats, etc.) o super héroe (batman, spiderman, etc.), no mire esta película.

Superadas estas dos premisas, la cinta en cuestión narra la génesis de uno, entre tantos, de los grandes paisajes que pintó el Brueghel el Viejo. No resulta extraño que casi todas las escenas tienen como trasfondo estos paisajes, y éste es el mérito muy logrando del director, dar vida al oleo -en sus colores originarios- y no limitándose al cuadro citado en el título.
Brueghel contemporizó su principal temática, los hechos bíblicos -como muchos post renacimiento- en este caso la Crucifixión. Aquí Jesús es una víctima casi anónima, Dios se representa como un encumbrado molino y el régimen de Roma es la dinastía de los Hasburgo.
Una correcta interpretación de una hermosa pintura, no para ver en pantalla chica ni con sueño.
Agaromba
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3 de octubre de 2012
19 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director polaco Lech Majewski hace rato que viene haciendo películas increíbles. Es el caso de El cuarto de los ciervos, Angelus, El jardín de las delicias terrenales o Glass lips. Lamentablemente todas ellas han tenido poca difusión fuera de los festivales internacionales. Por eso es una gra noticia el estreno en salas de este film. El Molino y la cruz (tal es la traducción correcta del título original) está basado en la pintura El camino al calvario realizada por Pieter Brueghel en 1564, que retrata la pasión de Cristo en el marco de la brutal ocupación española en Flandes. Junto al ensayista Michael Gibson, Majewski se centra en el proceso creativo del pintor, al mismo tiempo que desarrolla las historias de algunos personajes que aparecen en el lienzo. El cuadro cobra vida a través de la tecnología digital, en un proceso que demandó varios años de intenso trabajo. Las locaciones reales se fusionan con la pintura y el resultado deslumbra. Un film magistral, que desafía las convenciones cinematográficas abriendo un diálogo entre el cine, la historia y las otras artes.
Daniel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
15 de marzo de 2012
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
La obra “El Camino del Calvario” del pintor flamenco de la época renacentista Peter Brueghel de origen holandés, (Brueghel el Viejo) cobra vida al ver representados cada uno de sus elementos con asombrosa minuciosidad y detalle en una secuencia completamente visual y que, aunque con un minúsculo intento de dramatización de algunos momentos de la historia que el cuadro encierra, no tiene otro objetivo que el de proyectar de manera vívida y colorida la obra de este pintor, sin escatimar recursos ni efectos visuales, explotando al máximo una fotografía por demás hermosa y cautivadora además de original, dando un contraste a los colores que hace que cada detalle de los asombrosos primeros planos resalte de una forma hipnotizante.

Como película, sin embargo, tiene mucho que reprochársele. Los actores juegan más bien el papel de elementos escenográficos y piezas de ornato, varias escenas se sienten repetitivas luego de un rato de haber visto las escenas iniciales cayendo en lo aburrido, hay algún momento de mucha fuerza dramática que en combinación con el brillante aspecto visual genera interés pero luego se retorna la reiterada muestra pictórica y fotográfica lo cual termina siendo lo único rescatable ante un ausencia de guión o narrativa. Luego de cierta escena cumbre en la insignificante historia que de manera muy sutil y poco clara se pretende contar, las escenas siguientes son totalmente innecesarias y solo alargan la película.

Recomendable para amantes del arte; para cinéfilos no más que interesante.
mikealeks
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
16 de agosto de 2012
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
“El molino y la cruz” es un film complejo y enroscado, como la telaraña que el propio Brueghel (Rutger Hauer) usa como analogía para empezar a explicar su obra “El camino del calvario”. Se trata de una película que ofrece un despliegue visual alucinante y varias capas de lectura, a la vez que exige un espectador concentrado, paciente y dispuesto a la contemplación estética y a la reflexión metafísica, antropológica y filosófica. Parece exigir demasiado, pero esto le asegura cero imparcialidad: habrá quienes la abandonen a los pocos minutos y habrá otros para quienes la recompensa resulte sumamente gratificante.

Por supuesto, también estamos los que intentamos ofrecer una opinión algo más “objetiva”. En este sentido, puedo asegurar que esta cinta polaca no es apta para todo público y que no la recomendaría a mis amigos, no porque sea mala (todo lo contrario), sino porque no tengo amigos que encajen dentro de un público particular al que pueda interesarle este tipo de cine. Cine de autor, que me trae a la mente “El árbol de la vida” de Terrence Malick o “Melancolía” de Lars vonTrier, no porque haya similitudes estéticas o de contenido entre las tres, sino porque el “destinatario” de su enunciación me resulta parecido. El disfrute y la contemplación estética junto con las reflexiones metafísicas, antropológicas y filosóficas diferencian absolutamente a estas tres películas del resto de las producidas (y promocionadas) en estos últimos dos años.

Volviendo a “El molino y la cruz” se puede decir que, si bien no está construida a partir de un relato convencional, las pocas secuencias “narrativas” (para diferenciarlas de otro tipo de secuencias más “descriptivas”) son impactantes y crudas, lo cual es casi obvio teniendo en cuenta que se trata de una especie de revival bíblico del viacrucis, la crucifixión y la resurrección de Jesús. Lo interesante es que, detrás de las secuencias explícitas (que en sí mismas se encuentran en clave), hay una sinnúmero de símbolos, figuras, asociaciones y remisiones que llevan connotaciones de las más variadas. El juego metatextual entre lo que se narra, lo que se pinta y lo que se filma es de un nivel difícil de alcanzar fuera de la mente de su director. El pintor explica su obra y el director interpreta esa explicación, ambientándola en la ocupación española de Flanders a mediados del siglo XVI.

Prácticamente no hay diálogos, “sólo” citas bíblicas, interpretaciones y analogías entre la ocupación española y el viacrucis de Jesús. Visualmente, Majewski explota descomunalmente la profundidad de campo, con una particularidad: el fondo utilizado es un lienzo (increíble). El juego constante con las aberturas de las casas parece ser una remisión al mundo de la pintura de caballete, a la “ventana al mudo”. Los encuadres, las angulaciones y las inclinaciones parecen (y seguramente lo fueron) pensadas a un detalle minucioso difícil de imaginar. Algunas asociaciones de imágenes y secuencias parecen del tipo montaje rey de aquella escuela de cine soviético encabezada por Eisenstein. La ambientación y el vestuario también se llevan su gloria.

www.quecinemirar.blogspot.com
gonzafer85
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 4 5 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow