Haz click aquí para copiar la URL

Ascensor para el cadalso

Cine negro. Thriller. Drama Julien Tavernier, héroe de la guerra de Indochina, trabaja para el industrial Simon Carala, y es el amante de su esposa, Florence. Para poder vivir juntos, los amantes deciden matar al marido de modo que parezca un suicidio, pero ocurre algo que no estaba previsto... (FILMAFFINITY)
1 2 3 4 5 10 12 >>
Críticas 56
Críticas ordenadas por utilidad
6 de noviembre de 2005
98 de 117 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primera película dirigida íntegramente por Louis Malle. Rodada en París y alrededores, contó con un presupuesto reducido. Inspirada en la novela homónima de Noël Calef, ganó el premio Louis Delluc.

La acción tiene lugar en París en 1956/7. Narra la historia del asesinato por amor, de Simón Carala (Jean Wall), realizado por Julien Tavernier (Maurice Ronet) con la complicidad de su amante Florence (Jeanne Moreau), esposa de la víctima. La narración superpone tres líneas de acción: la de Julien, la de Florence y la de la pareja formada por Verónica y Louis. Julien, tras cometer el crimen, advierte que no ha retirado algunos indicios que le delatan. En su regreso precipitado al despacho, queda atrapado en el ascensor, cuando el vigilante corta el suministro eléctrico. A partir de entonces vive una situación de impotencia, opresiva y angustiosa. Florence mientras espera a Julien, ve pasar su coche ocupado por Verónica y Louis, que confunde con Julien. Para ella comienza entonces una larga noche de desorientación y amargura. La pareja que ha sustraído el coche circula por la autopista del Oeste a gran velocidad, compite con un Mercedes deportivo de gran cilindrada y realiza maniobras temerarias. Ésta es la pareja atolondrada, distante, imprudente y poco unida, que contrasta con el amor profundo, intenso y deseperado de Florence y Julien. La primera cuenta con un vehículo que les da movilidad y libertad, la segunda se ve separada a causa de un vehículo (el ascensor) que inmoviliza a Julien. Ambas parejas cargan con el peso de un crimen: premeditado en un caso e imprevisto en otro. El autor muestra un París frío (edificio impersoanl de oficinas), desolado (Campos Elíseos de noche) y saturado de coches (visión desde el despacho de Julien). El acento de la obra se centra en el comportamiento íntimo de los personajes ante la aparición de acontecimientos adversos. Sobresalen la escena del interrogatorio de Julien por la policiía en un cuadro en el que las figuras aparecen inmersas en la oscuridad y la escena final.

La música es de Miles Davis, que improvisó el solo de trompeta. Le acompaña un conjunto de saxo, piano, contrabajo y batería. Jazz y blues combinan muy bien con el clima de suspense de la obra. La fotografía, sin alardes, busca encuadres de vértigo, oblícuos, en picado y otros, que enriquecen la narración visual. En ocasiones ésta es tributaria de Robert Rossen (atención a los detalles en el interior del ascensor). El guión, a cargo del autor, incluye unos diálogos excelentes de Roger Nimier. La interpretación de Moreau es soberbia y la de Ronet, excelente. La dirección exalta la fotografía, y de rechazo el cine, como fuente de conocimiento y prueba de la verdad.

Película de un joven autor (25 años), narrada con sobriedad, discreción y fluidez. Incluye un tácito homenaje al cine negro americano y a Hitchcock. Obra equilibrada, coherente, emocionante y convincente. Un clásico.
Miquel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
22 de febrero de 2009
62 de 66 usuarios han encontrado esta crítica útil
1) Tras practicar como asistente de Bresson y dirigir con Cousteau un documental submarino, Malle acometió un debut difícil al adaptar una compleja novela de trama doble entrelazada. Se apoyó en un gran guión, de Nimier y suyo; en el excelente fotógrafo habitual de Melville, Decaë; en buenas interpretaciones (sobre todo Jeanne Moreau), y en la decisiva música que Miles Davis improvisó sobre el visionado para acoplarla.

2) Malle no sólo maneja los abundantes detalles —en el argumento todo lo importante ocurre por los pelos, por detalles que se entrecruzan— sino que lo consigue sin renunciar a la elegancia del estilo, sin el menor apuro, sin que ninguna de las numerosas piezas parezca encajada con calzador, forzadamente.

3) La historia no se aparta de los esquemas usuales en los ‘polar’ (policíaco negro francés): unos amantes planean matar al marido de ella pero, aunque todo está estudiado al milímetro para que parezca suicidio, la fatalidad conspira contra el crimen perfecto, tal como anuncia la fugaz aparición de un gato negro en el momento principal.

4) Al igual que en Melville o Chabrol, los personajes, sujetos a incertidumbre, tienen perfiles morales imprecisos que no permiten etiquetarlos como buenos o malos. Malle, que se limitaba a aplicar lo aprendido con Bresson para trazar un relato claro y preciso con que emular a Hitchcock, no entra en especulaciones sobre la gramática del cine. Sin embargo, hay en esta película elementos formales anticipadores de la Nouvelle Vague, a dos años de “Hiroshima…” y “Los 400 golpes” (1959): los equipos móviles permiten rodar fuera de estudios, con mayor flexibilidad, en exteriores naturales que son casi siempre la calle. Algunas tomas de prueba se incluyen en el montaje, aportando improvisada frescura: así varios extraordinarios minutos del callejeo nocturno de Florence (Jeanne Moreau), que imprimen al ritmo narrativo otras modulaciones.
Malle siguió desde este comienzo un camino personal, sin integrarse en grupos o escuelas, ni ser tampoco reconocido por ellos, pero esta película se ha ido decantando como un consistente clásico de su género, que incluye además bellas secuencias, como la recién mencionada de la Moreau vagando ensimismada por las calles de París, entre luces de escaparates y bares mientras suenan su monólogo interno y la trompeta con sordina de Miles Davis, escena cuya modernidad sigue patente.

5) No se queda el film en brillante ejercicio de estilo: hay una metafísica en las horas de angustia de Florence, que pierde bruscamente la comunicación con el hombre con quien en esos minutos se está jugando el futuro, y lucha por orientarse entre intuiciones ansiosas y espejismos provocados por la visión de cierto automóvil. Hay también resonancia profunda en la “desaparición” involuntaria del cómplice durante unas horas cruciales mientras en el mundo exterior un joven delincuente le suplanta con nefasta inconsciencia, mostrando cómo el azar barre los frágiles planes humanos.

(8,5)
Archilupo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
15 de septiembre de 2010
55 de 60 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jeanne Moreau deambulando en la nocturnidad de las calles. Lo primero que viene a la cabeza es "La noche", de Antonioni; y, sin embargo, esa andadura ya se convirtió aquí en el icono de un film con envoltorio de thriller, pero cuya esencia se podría emparentar con aquella famosa estampa en blanco y negro de James Dean paseando por Times Square, obra del fotógrafo Dennis Stock.

Malle declaró alguna vez que en su debut estaba presente tanto el tributo al género y a Hitchcock en particular, como a Bresson, con quien ya había colaborado. De Hitchcock, más que métodos concretos de planificación, toma ante todo prestada la maliciosa ambigüedad moral con la que el maestro inglés conseguía que el público se identificara con aquello que en teoría no debería desear: respiramos tranquilos cuando por fin se hunde un coche con un cadáver, una criada no abre un arcón donde reposa otro cadáver, o un asesino recupera un objeto entre los dedos de su víctima en un camión de patatas. En este caso, los dos amantes protagonistas no son "malos" como arquetipo, pero sí seres humanos complejos, con la virtud de amarse incondicionalmente pero con la debilidad de ser capaces de cometer un crimen. Y es con ellos —sobre todo ella— con quien Malle consigue que empaticemos.

No obstante, pese a momentos de muy lograda tensión, en cuanto thriller el film adolece de unas costuras demasiado visibles en su construcción. La implacable cadena de acontecimientos (relacionados con una cuerda, un ascensor, un coche robado, un malentendido, un arma, etc.) que cada vez atenaza con más fuerza el plan de los amantes, delata una construcción excesivamente mecanicista y forzada (en el uso del suspense, se necesita precisamente la genialidad de un Hitchcock para que la "inverosimilitud" o suma de casualidades no resulte una rémora) e, incluso entendiéndola como metáfora del "destino", resultaría demasiado poco sutil.

Pero Malle también bebió de Bresson, para quien lo visible es la coartada para llegar a lo intangible. Si Bresson busca una mirada "trascendental", Malle se impregna del espíritu existencialista afín a la intelectualidad de su época (que más tarde desembocará en el nihilismo absoluto de "El fuego fatuo"). Es ahí, donde en un thriller convencional diríamos que la trama se estanca o "no pasa nada", que se encuentran, siempre bajo mi punto de vista, los instantes emocionalmente más intensos y que más poso dejan: el desamparo, como anunciaba al principio, de una Jeanne Moreau cruzando calles llenas de coches y escaparates luminosos, perdida en bares abarrotados de parejas, y capaz de transmitir con el primer plano del rostro (algo sólo al alcance de los más grandes intérpretes) toda la complejidad de quien experimenta al mismo tiempo los más profundos sentimientos encontrados.

Pero no estuvo sola. Miles Davis la abrazó y se fundió con su mezcolanza y desolación. Un par de décadas después, Bernard Herrmann haría lo mismo con un taxista solitario de Nueva York.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Quim Casals
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
16 de febrero de 2007
41 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una confesión inicial sale de los labios de una muchacha. Sincera, mesurada, concisa.
Un inquietante asesinato es cometido con sutil sigilo, pies de plomo, extremo cuidado.
Una joven pareja observa, acecha y aprovecha el momento preciso. Para huir. A un lugar indefinido.
Un hombre. Atrapado, desesperado, que nada puede hacer por salir de su situación, más que esperar.
Una mujer desconsolada. Que recorre las calles en busca de alguien, de su amor.
Una música tenue y delicada suena. Sus compases recitan una historia con elegancia.
La joven pareja. Comete locuras. Muestra arrepentimiento. Quiere evitar el desconsolador final, prefiere uno trágico.
El hombre, que es acusado, que no alcanza a comprender, pero que no posee un ápice de inocencia.
La mujer, que no se resigna a aceptar esa situación. Que busca una salida... para ellos dos.
Un final, impecablemente resuelto, donde las piezas encajan sin rechinar. A la perfección.

Todos estos, son los engranajes que conforman este cuasi intachable thriller firmado por Malle.
Un gozo para los sentidos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Grandine
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
11 de junio de 2013
40 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bakunin

Inverosimilitudes continuas de principio a fin.

Vaya por delante que el doblaje español corre a cargo de algunos amigos de alguien que no tiene respeto alguno por el cine. Hay tal desgana en los dobladores que parece que hacían su trabajo al levantarse de la siesta. Sólo se salva quien dobla a Lino Ventura, por cierto, el único actor que se escapa de la mediocridad general, vaya dirección de actores a cargo del señor Malle.

¿Cómo se puede ser tan gilipollas que después de planear un asesinato concienzudamente se cometa ese error tan garrafal de no recoger la cuerda? A todo esto, no sé cómo la habría recuperado.
Lo de la parejita de jovencitos tontosdelculo es una ñapa irrisible (¿en la novela también?).
Cuando levemente chocan el coche de los jovencitos y el de los alemanes turistas, estos, después de tomarlo como a guasa, entran en el hotel dejando las puertas del coche totalmente abiertas, esas puertas que se abren hacia arriba (alas de gaviota creo que se las llama). Lo más normal del mundo, oiga.
Y la parejita está en la cama del hotel y el gilí del niñato de pronto dice “Vámonos, hay que aprovechar la tormenta”. ¿…?
¿Y la Florence? Toda la tarde para acá y para allá mojándose pero increíblemente seco su cabello cuando entra en una cafetería. Llega a la casa donde están los dos gilipollas y, claro, evidentemente la puerta de la habitación ¡¡¡está abierta!!!
Lo mejor es el inicio y las secuencias del ascensor. Eso tenía que haber sido el hilo conductor del film. Pero no, Malle opta por liar el guión con los jóvenes y con los turistas para estropear una primera idea interesante.
Ni siquiera la música del gran Miles Davis es para ensalzarla como algunos han querido hacer. Y suena en exceso.
El resto se va al spoiler.
Puntuación: 3

Álvaro3

Al inventario de inverosimilitudes ya descritas sabiamente por D. Bakunin, añado y remato con algunas más:

No sólo es que el imprudente protagonista se deje allí colgando la cuerda (que por cierto parece que recupera ¿...? una niña que pasa por la calle en fugaz plano), sino que se deja tambien puestas las llaves del coche (y creo que con el motor en marcha para mayor facilidad) para que la parejitas del tontodelculo en feliz descripción de Bakunin, puedan darse relajadamente un sightseeing tour por la ciudad.

El protagonista, encerrado en el ascensor, casi lo desarma, quita los botones, la placa, etc...cuando apenas levantando la moqueta del piso y sin quitar un tornillo tenia a mano la salida (si bien es verdad que arriesgada salida). No se le ocurre a nuestro esforzado protagonista empezar por lo mas fácil.

Después del pique automovilístico con los alemanes, en lo que parece una carrera suicida a cara de perro, llegan las dos parejitas de tontosdelculo, y resulta que los alemanes les recibe con amplias muestras de efusión y cariño como si fueran amigos de toda la vida.

En resumen es un rosario de inverosimilitudes una tras otra, si bien se vislumbra que había una buena historia detrás que ha sido mal desarrollada y explicada. Es la opera prima de Malle; eso junto con el hecho de que en el cine negro me molesta menos la inverosimilitud que la confusión me lleva a otorgarle un 4 en votación personal, aunque la media de esta nuestra última crítica (hasta que D. Nsimalen tenga a bien) sea de un 3.
El resto en el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
BAKUNIN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 4 5 10 12 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow