Contracuerpo (C)

Para ser el primer trabajo de este director la verdad es que consigue plasmar muy bien el problema de la anorexia. Sólo con imágenes nos enseña una de las tantas facetas en que el ser humano se puede encontrar perdido por intentar ser algo que no se es. Crudo pero patológicamente real. Es un buen comienzo para una carrera que promete.

5 años sí son mucho. Quizás el tiempo suficiente para que una obra de no mucha difusión, por su formato minoritario, se olvide un poquito más. Almodovar, aún queriendo contar su historia, y esa valentía se la concedo, se vota un "corta y pega" de padre y señor mío.

La estética de esta micropelícula concierne al tratado de los elementos- no a los elementos en sí, sino a su relación...epidermis, tijera y sierra, taladro y maquillaje, superglue-grapa-hilo de coser...piel-tela-plástico o cuero; estilismo-sastrería-taxitermia-. Luego un escaparate desde donde se puede contemplar al mundo contemplándote, en un solo plano. Reflexión y transferencia. Transparente, translúcido y opaco. Justificación de un medio audiovisual por Chapero-Jackson, y ésta "A contracuerpo" surge como madre de "la piel que habito", a la vez que la deja huérfana de talento estético propio.

Película inquietante, directa, rotunda y llevada a la pantalla sin contemplaciones ni medias tintas.
Gracias a una capacidad expresiva admirable y a un ritmo narrativo perfecto -que se erige en protagonista de la filmación- el director consigue adueñarse del espectador, implicarle profundamente en la historia y le mantiene sometido a un continuo estado de expectativa ante la escena siguiente.

Y en esa atmósfera permanente de tensión la película alcanza su relevancia máxima desde el punto de vista cinematográfico.
Ese es su triunfo.

Profunda, seductora, bella y llena de silencios.

Tamaño natural. Maniquí. La cabina. Obsesión.
Con pocos kilos el cuerpo se mueve mejor, sufre menos, salvo que sea producto o señal de una mala enfermedad, el poco peso es la mar de bueno, si breve..., saludable, casi un ideal platónico.
Otra cosa diferente se produce en el ámbito del deseo, ahí las carnes sobrantes, esas lorzas gloriosas bien puestas, de la necesidad virtud, no molestan tanto, hasta pueden ayudar lo suyo, agárrate bien fuerte que viene curva, en la búsqueda de la anhelada y merecida felicidad universal, déjate estar, abandónate, cómeme bien, todo.
Y muy distinto o contrario es el autocontrol fiero, la represión enfermiza, el miedo a la vida, ese holocausto, el intento absurdo y tan humano, como de Sísifo, de intentar ordenar el caos imposible, agarrarte a algo, de poner puertas al jodido campo, a la vida misma, esa birria escurrridiza y sibilina, taimada, una pifia que bufa.
Y la denuncia del mundo de la moda, gran jodienda de mucha grandilocuencia, nunca está de más, nos subimos al carro, tiramos la primera, y última, piedra, somos así de malos, se queda corto, más madera, a por ellos, vamos.
Es más interesante la parte abstracta metafórica, aunque demasiado obvia, que la siniestro médica, y ni hablar de una pretendida reflexión que derive de esta, esa monserga añeja, sería moralina vieja, naftalina purulenta santificada por todas las instituciones que de tan buenas son aterradoras, grasa que quema, a la espera de la palmada en la espalda que si te lo propones, siempre llega, prospera.
No me gusta mucho el corto o coso a pesar de sus aciertos, algunos o muchos, no llevo la cuenta, por su tufillo solemne/psiquiátrico, bien pensante, tan enfático, apocalíptico, desgraciado, más alegría, coño.

El título que da pie a esta semi-crítica es lo que a mi entender quiere dejarnos como metáfora, moraleja como pueda o quiera llamarse, este corto (spoiler), que aunque con un atmósfera medianamente atrayente, no logra convencerme del todo, quizás por estar en lenguaje mudo. Este hecho supone que a mi parecer la intención del espectador es conmover al público con un tema espinoso como la anorexia emplazando lo que puede dar de si un lenguaje a través del habla que nos sorprenda, atraiga, o nos embauque, por una serie de imágenes (lenguaje visual) que sin embargo no logran tal objetivo.
Si la atmósfera resulta atrayente, el perfil de la cinta es muy complejo, dándonos solo el argumento principal y llevando al espectador a reflexionar, aunque por otro lado éste no tiene el concepto aprendido de cabo a rabo. De forma que, aunque comprendamos el principal tema enfocado y en mi opinión saquemos alguna conclusión, creo que con esta primera entrega De Chapero-Jackson, nos queda la duda, y con tal, solo le doy una puntuación media.