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Rebel

Drama. Thriller. Acción. Musical Kamal decide ir a Siria para ayudar a las víctimas de la guerra. Pero, al llegar, se ve obligado a unirse a un grupo armado y se encuentra bloqueado en Al Raqa. Su hermano pequeño, Nassim, que sueña con unirse a él, se convierte en una presa fácil de los reclutadores de la yihad. Leïla, su madre, tratará de proteger a su hijo más joven. (FILMAFFINITY)
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Críticas 12
Críticas ordenadas por nota
14 de junio de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque este film sea de nacionalidad belga, sus directores conocen bien de qué hablan, o mejor dicho, de qué ruedan, respecto al argumento del mismo, ya que han crecido rodeados de la cultura árabe.
Ello es algo que la crítica lo ha percibido de forma unánime, y se lo han elogiado en éste, su último trabajo. Por cierto, también se ha hecho eco la industria wollywoodiense, ya que cuentan con ellos para el próximo proyecto de “Batgirl”. Procuraré seguir sus pasos cinematográficos.
El argumento, ya nos va quedando lejos en el olvido para ésa egoísta Europa occidental a la que pertenecemos, pero recuerda que aún se libra una guerra en Siria, donde las muertes a consecuencia de ella se elevan ya a medio millón de personas según las últimas estimaciones.
Los directores intentan hacernos entender, en una ardua misión, que comprendamos sin fanatismos todas las diferentes versiones y circunstancias que rodean a muchas de esas personas involucradas en semejante atrocidad de conflicto, excepción hecha de esos salvajes que quieren arrogarse de los preceptos islámicos a su antojo.
A través de la historia de un rapero musulmán residente en Amberes, nos sumergimos en los diferentes trayectos cruzados de horror, fanatismo religioso, y cómo no!! intereses económicos, que rodean esta tragedia.
Nuestro protagonista y su familia luchan por escapar a los largos tentáculos de un conflicto que alcanza más allá de los territorios donde se libra la lucha armada, como ya hemos sufrido en nuestra cómoda Europa Occidental, la cual, como tantas veces da la espalda a problemas que cree que no son suyos, aunque se nos venda cada día la nombrada e inevitable globalización, eso sí, económica!!
La mirada de estos directores no se limita a la exposición dura y realista de los hechos, algunos de una crudeza inevitable, tanto hombres como madres, esposas, niños, sufren de tal irracionalidad que engulle todo.
Además de conseguir mantenernos absortos a la pantalla, innovan de forma arriesgada y acertada incluyendo coreografías musicales en el film que encajan de forma inimaginable a la perfección, elevando el tono del film.
Muy recomendable film para remover conciencias olvidadas, con un trepidante rodaje, y mezclando con acierto diversos géneros tales como intriga, acción, política y hasta algo de musical. Unos directores muy tener en cuenta.
rick38
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2 de junio de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El dúo directoral formado por Adil El Arbi y Bilall Fallah ofrecen con Rebel un demoledor relato que, en sus mejores aspectos, recuerda a la intensa Incendies de Denis Villeneuve. Ambas plantean historias donde la crudeza está patente, donde la maternidad y la fraternidad forman parte del núcleo esencial de lo narrado, donde hay una búsqueda por saber la verdad y por reencontrarse con ella y donde Lubna Azabal deslumbra en sendos papeles maternales. Si bien, Rebel cambia su contexto bélico por el conflicto en Siria y el fortalecimiento de los grupos terroristas en su lucha a favor del Estado Islámico.

El triple punto de vista sobre el que se conforma el largometraje –el del hermano mayor, Kamal; el del hermano pequeño, Nassim, y el de la madre, Leïla– permiten abarcar todas las aristas que directa o indirectamente surgen debido a dicho enfrentamiento. De esta forma, se dimensiona la dureza y la violencia de lo narrado, moviendo al espectador hacia un estado de agitación que se mantiene también gracias a la inquietud y la inestabilidad de la cámara en mano.

En esta línea formal, uno de los aspectos más destacables y sugestivos del film es el elemento musical. No solo esos cánticos que aparecen en los intertítulos y que trasladan al público a lo terrenal desde lo folclórico, sino también en las performance a modo de videoclip. Estas permiten abordar la feroz inclemencia de escenas extremas, como torturas o violaciones, sin frivolizarlas ni ensañarse en ellas. El baile y el canto posibilitan acceder a esos momentos desde lo sensorial y no desde lo visual, consiguiendo un efecto similar sin por ello depender innecesariamente de imágenes perturbadoras.

No obstante, no toda violencia es abordada desde esa óptica más artística y hay ocasiones en las que se explicita en una pretensión por no distanciar el conflicto, reforzando la condena final sobre la trágica actualidad del mismo. Ambos cineastas cierran así manifiestamente su sentencia que, en boca de los personajes, apela a la audiencia y pone voz a todos aquellos que no la tienen, a todas las víctimas y reclutados. A pesar del severo viaje que supone el visionado de Rebel, los directores mantienen atisbos de esperanza y bondad que permiten un respiro, pero siempre con un mensaje claro de fondo: “saber que el odio se convierte en destrucción”.

www.contraste.info
Revista Contraste
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9 de junio de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entré al cine, sin saber muy bien qué ver, aparte de las películas de moda, y me fijé en Rebel, una película belga que habla sobre el conflicto armado de Siria y el terrorismo islámico. Me esperaba ver un largometraje con alma y dedicado, distinguido del panorama actual de cine, tanto que siendo una película de 2022, es casi desconocida en los principales portales de críticas/votaciones de usuarios. Y acabó sorprendiéndome tanto que, puedo decir con seguridad, me pareció una de las mejores películas del año.

Resumiendo su trama, un inmigrante africano (marroquí en concreto) vive en Bélgica, con su familia. Podría construir su vida tranquilamente allí, en un continente mucho más estable en cuanto a geopolítica se refiere (recordemos que la película pone la fecha de hace una década. Ya vemos lo que sucede ahora...), pero, por cosas de la vida, por explicarlo de alguna manera, vuelve al continente y queda posicionado en medio de un conflicto armado que todos saben que ocurre pero nadie presta atención.

Adil El Arbi y Bilall Fallah, aunque no sean muy conocidos, saltaron a la gran pantalla dirigiendo la tercera entrega de Bad Boys, una película que, a pesar de estar centrada en un target específico, tenía sus destellos de autoría. Y es que el resto de la filmografía de estos dos autores, es de lo más interesante, dando a conocer dilemas de inmigrantes aficanos u otros grupos sociales específicos.

Con Rebel, han vuelto a querer contarnos otra de esas grandes historias que merecen ser contadas, procedentes de Oriente. Una historia de héroes desconocidos, de hazañas memorables y de tristeza que no tiene fin, por culpa de la guerra. Y seamos sinceros. En Occidente, lo que ocurre en Oriente, pasa casi desapercibido. Los periódicos estarían ocupados todos por las miles de muertes que ocurren cada día allí. Démosle la justificación que queramos, pero películas como Rebel, nos recuerdan que estas cosas siguen sucediendo, y que se atreve a señalar culpables.

Por lo demás, el despliegue técnico de la película es excepcional: de primeras, es un thriller que en contadas excepciones experimenta con su relato, combinando con géneros tan alejados como los musicales; una dirección concienzuda con una planografía llena de recursos (ese plano secuencia en pleno tiroteo, ese plano sugerente de "la médica"...), uso de los simbolismos visuales (la mujer vestida de rojo, un personaje secreto) y sonoros (la moto para el hermano menor. Fijándose en detalle, hasta en su mismo cuarto habían posters de motos colgados en la pared. No sé si fue intencional o pura casualidad por parte de los realizadores, pero bien hilado), la brillantez narrativa, alternando la relevancia de los personajes principales, pasando de ser personajes pasivos a activos, aunque ese tercer acto se sienta muy apresurado, esos golpes de efecto...

Espero que esta película, a lo largo del año, sea cada vez más conocida, y aparezca en la lista de mejores películas anuales de mucha gente.
Addri Trainer
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31 de enero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes que nada quiero aclarar que esto es una película y no un documental para que no quieran tomarlo como una propaganda para uno u otro lado.
Un film completísimo, con grandes puestas en escena, plano secuencia, música y una historia excelente, grandísima dirección de Adil El Arbi y Billal Fallah.

La historia cuenta como algunos niños son engañados para unirse a los rebeldes en Siria.
En este caso contará primero la historia del hermano mayor de una familia musulmana en Bélgica, que será parte del ejército filmando diferentes masacres, pero cada día que pasa se arrepiente más hasta llegar a un punto de intentar desertar y a partir de ahí todo se volverá un verdadero infierno.

La película nunca decae, siempre tiene intriga y drama, y sobre todo está contada de una gran manera, ya que irán mostrando lo que sucede en Siria y en Bélgica al mismo tiempo.
Tendrá un desenlace abrumador y nos dejará pensando un largo rato.

Notable.
alekhan
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23 de mayo de 2023
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
REBEL ganó con todo derecho el Premio a la Mejor Película en el pasado BCN Film Fest. Los personajes están comprometidos con una situación real que, lamentablemente hoy y quizás mañana, ya no necesita ser demostrada: el condicionamiento brutal y feudal de una parte de la juventud por parte de los grupos islamistas en la década del 2010. El cine juega correctamente su papel artístico, cultural y social al describir la trayectoria de Kamal, un joven belga, que salió a Siria para limpiar su actividad criminal en su país y a petición de su madre, Leila. Primero comprometido en un proyecto humanitario, se encuentra a pesar de sí mismo envuelto por la ola rompiente de Daesh. La película es compacta, a menudo sin aliento, cruda, a veces sorprendente en las elecciones escénicas, pero el espectador no puede levantarse de su asiento ya que ciertas imágenes impactan por la ferocidad, la barbarie, la intolerancia, el anacronismo, el dolor y, a pesar de todo, a veces la dulzura suspendida en una mirada, una sonrisa, un abrazo, una palabra.

Si los manantiales vinculados a la historia de la familia de Kamal, Leila y Nassim se han vuelto algo convencionales hoy en día, el tratamiento de los “locos de Dios” es más edificante que los reportajes televisivos que han regado nuestra vida cotidiana desde el trágico año 2001. La locura asesina que se muestra a través de las imágenes cinematográficas cuestiona por completo qué es la fe. Así que, si el espectador quiere estar informado, la película merece la pena, pero si es para entretenerse, puede seguir su propio camino. Imágenes realistas, nerviosas, mordaces, pero también controvertidas, desfilan ante nuestros ojos, porque las repetidas y a veces extremas secuencias de violencia -la película está inspirada en hechos reales ocurridos entre 2011 y 2013- acaban aniquilando el potencial de reflexión del espectador, desactivando la intención de considerar la película como una posible arma política.

Sin embargo, la película quizás se convierta en el recuerdo de los trágicos acontecimientos que han azotado dolorosamente a muchos países en los últimos años. Una memoria colectiva para subrayar el creciente peligro del enrolamiento de jóvenes occidentales en busca de un reconocimiento tribal y existencial. La película no cae en la trampa de moralizar el discurso frente a este tema sacudido por otros conflictos, pero aún ardiente. Los directores, Adil El Arbi y Bilall Fallah, parecen no tener la ambición de dar respuestas sobre el extremismo religioso de sus personajes Abu Amar o Idriss, por ejemplo. Aprendemos muy poco sobre sus motivaciones. Y en ocasiones unos interludios de baile rap y hip hop endulzan el tema final sin peso real, rayando incluso en lo superfluo. ¿Qué razones subyacentes pueden empujar a hombres y mujeres a cometer tales actos? Los cineastas no se detienen en este punto.

Está claro que la película quiere desenmascarar el terrorismo islamista visto desde dentro, pero no aborda suficientemente los medios utilizados para enrolar y manipular a la juventud. El planteamiento de motivos sociales, culturales, religiosos o incluso individuales habría permitido ampliar la fuerza de la película que, sin duda, pretende desmitificar la imagen de los terroristas. Los desacredita y los revela como individuos vulgares. Uno contempla con temor y asombro el adoctrinamiento de Nassim y otros jóvenes en una guerra que los líderes llaman “santa”, pero ¿cómo puede una guerra ser santa? ¿Significa esto que la santidad es inseparable de la violencia? Sí, tal vez, porque es habitual atribuir la causa de la violencia al fanatismo cultural, religioso o psicológico, omitiendo otros factores sociales más profundos como las relaciones de poder. En el caso de la violencia yihadista destacada en la película, los asesinos matan como agentes individuales y lo hacen por motivos personales que la película no sugiere realmente, como ya hemos señalado. El que mata no es el islam, sino el yihadista que pretende defender su propia supremacía.

La película muestra la prueba de este discípulo involuntario que es ante todo un hombre con dudas y un miedo en las entrañas que sigue creciendo. La tragedia es que la mayoría de estos discípulos no se ven a sí mismos como bárbaros, sino como soldados que esperan y obedecen órdenes. El matiz es más difícil de ver cuando el objetivo del fanatismo es la perversidad. ¿Puede una cultura, religión, forma de vida diferente justificar las últimas escenas de la película? La respuesta es obvia, pero el miedo implacablemente escenificado se apodera por completo. Frialdad y brutalidad. Precisamente otro punto fuerte de la película radica en la sensación de inseguridad constante, ayudada por unos personajes bien encarnados, fluidos y contundentes.

El escenario altamente documentado y la puesta en escena están modelados sobre un principio de inmersión discreta que pretende ser primero salvador para Kamal y luego pernicioso. El primero sigue con precisión las acciones de Daesh donde se mezclan expectativas, dudas y tensiones, la segunda se inclina a los códigos del thriller para intensificar un suspenso que recuerda mucho a un nudo corredizo. Los guionistas optan por permanecer lo más cerca posible de sus personajes, aunque la intimidad de cada uno se queda en un esbozo, al igual que la expresión de sus convicciones. Ver a Kamal comenzar su transformación es una idea ingeniosa: la cámara se convierte en un espejo que adquiere un malestar cada vez más pronunciado mediante el uso de paneos o la disposición de travellings alrededor del personaje. Cuanto más está en movimiento la película, más sacude la comodidad del espectador, más gana en impacto su tema, porque logra identificar el carácter angustioso de las situaciones. El flujo de la trama está bien realizado. De hecho, el resultado no es fácil de adivinar y la película nos mantiene en vilo hasta el final.
Puedes leer más críticas en https://montagmira.wordpress.com/
MONTAG75
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