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Soy o no soy

Comedia Mientras un mediocre actor polaco trata de entretener a las tropas de su país parodiando a Hitler, Polonia es invadida por los nazis (1939). La mala costumbre de su mujer de distraer a los soldados mientras él actúa, lo saca de quicio. Cuando se entera de la caída de su país, el actor elabora un disparatado plan de huida. (FILMAFFINITY)
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
27 de noviembre de 2006
22 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soy o no soy (título español) nació con mal pie y fue esperada de uñas por ser resultado de lo que parece un atrevimiento intolerable: hacer un remake de la obra maestra de Lubitch. ¡Y además de la mano de Mel Broooks! Tenía garantizadas las malas críticas de antemano.
Sin embargo, no es una peli en absoluto desdeñable. Y además, aparte de Brooks, que puede gustar o no, cuenta con la presencia de Anne Bancroft, una de las mujeres más fascinantes del cine, especialmente en su madurez.
La película sigue bastante fielmente el guión original, incluyendo números musicales e incidiendo más (y de manera eficaz) en la trama de los judíos, sólo insinuada en la versión original.
Divertida, con buen ritmo... merece una oportunidad, prejuicios aparte.
IGNACIO
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10 de mayo de 2009
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
A través del amor a su profesión, a su esposa Anne Bancroft, al humor judío, y a los grandes del cine y del teatro, Mel Brooks, rey de la parodia de todos y de todo, magnífico bufón-hombre-orquesta, compone a su medida este remake en el que se mantienen las grandes líneas del original, To be or not to be de Ernst Lubitsch.

Pero además aporta su peculiar humor propio de la revista y el cabaret y lo hace compatible con el estilazo de Bancroft, con un gran reparto compuesto de estilos distintos y, sobre todo, empieza a trabajar en las líneas maestra de lo que será Los Productores en versión musical muchos años después, primero en el teatro y después en cine.

Este Ser o no ser está lleno de momentos brillantes, ya desde el comienzo en que hablan en falso polaco, y tiene una última parte en la que, sin dejar de rendir homenaje y respetar el original, logra un ritmo trepidante y una sucesión admirable de intriga y buen humor.

No llega a la excelencia del original, entre otros motivos porque aquel tiene un estímulo político de excepcional valía: se rodó en 1942 y se burlaba de Hitler y su Gestapo cuando aún millones de personas les padecían y la mayoría pensaba que ganarían la guerra y dominarían el mundo.

Por su parte, esta versión tiene un aporte insólito: este matrimonio de actores entre Brooks y Bancroft interpretan a un matrimonio de actores siempre al borde del ridículo, payasescos, vanidosos y un tanto idiotas, hasta que logran consagrarse como seres humanos espléndidos y valientes en una segunda parte y un final superior al original, más y mejor elaborado.
horacio
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20 de febrero de 2007
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo único bueno que tiene esta película es que sigue el guión original y que Mel Brooks no se ha atrevido a destrozarla a base de patochadas. Por lo demás, no tiene nada especial. Volver a ver una película ya realizada antes con actores modernos no es una cosa que atraiga mucho la verdad. La vi en la TV y me hizo gracia, pero nada como el original si a uno le gusta el cine.
Major Reisman
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23 de abril de 2010
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Curiosamente, hace unos días vi la (excelente pero muy olvidada) película "La sombra de Frankenstein" (Rowland V. Lee, 1939) y me ha hecho confirmar, por enésima vez, lo sublime que es "El jovencito Frankenstein" (Mel Brooks, 1974) y cómo Brooks supo extraer, muy sabiamente, lo mejor de las películas del famoso monstruo.

Yo siempre había pensado que todo el material cómico había sido obtenido de las dos famosas películas de James Whale, pero qué gran sorpresa la mía al comprobar que esta nueva secuela tiene algunos de los mejores momentos de toda la saga, luego tan magistralmente parodiados por el amigo Mel Brooks.

Esto me hizo volver a pensar en por qué la filmografía de este autor está plagada en su totalidad de bazofias y cómo El jovencito… era la única muestra de un inmenso talento que empezó y acabó en una sola película. Pero de repente recordé cómo en mi niñez una de las veces que más disfruté en el cine fue viendo "Soy o no soy" (el peculiarísimo remake que en los años 80 Brooks hizo del clásico "Ser o no ser" de Lubitsch).

Por ello, con más miedo que ilusión, me enfrenté nuevamente a esta película que tan buenos recuerdos me traía, dispuesto a perder la emoción infantil que aún conservaba. Pero cómo me alegra comprobar que no hubo decepción alguna; es más, me reí y me encantó porque conservaba todo el encanto que tuvo en su día. Por supuesto que desmerece si es comparada con la sublime Obra Maestra de Lubitsch, pero, si se consigue visionar con ojos puros e inocentes, estamos ante una magnífica comedia con un Mel Brooks muy contenido y comedido en sus habituales excesos.

"Soy o no soy" es, por supuesto, una simplona y banal comedia para disfrutar y olvidarla enseguida; pero nadie podrá negar que tiene algunos aciertos que te hacen pasar un rato más que agradable y divertido. Y, sinceramente, es todo un alivio, pues son tantas las películas que adorábamos de niños que luego pierden la magia con el paso de los años que, cuando ocurre el proceso inverso, nos sentimos doblemente reconfortados.

El Despotricador Cinéfilo
El Despotricador Cinéfilo
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6 de mayo de 2013
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mel Brooks se arriesgó en hacer un remake muy personal del famoso clásico de 1941 de Ernst Lubistch y que interpretaron Jack Benny, Carole Lombard y Robert Stack aquí homenajeados por el mismo Brooks, su esposa Anne Bancroft y Tim Matheson (que interpretó el telefilm de culto de Frank Darabont “Enterrado Vivo” (Buried Alive, 1990) junto con Jennifer Jason Leigh).
Jugándosela con algunos de sus más absurdos gags, Brooks no aporta novedad alguna (los numeritos musicales marca de su casa tal vez salvan el cuadro cómico de un elenco que también reúne a actores como José Ferrer, Georges Gaynes, Jack Riley, Charles Durning o Christopher Lloyd).

La historia se inicia en la Polonia a punto de ser invadida por los alemanes. El Grupo Teatral de Frederick Bronski (Mel Brooks) representa sus obras y sainetes con total normalidad, hasta que la mujer de éste, Anna (Anne Bancroft), empieza a citarse con un oficial de aviación (Tim Matheson) que implicará al grupo en un enredo con los nazis ya establecidos en las calles de Varsovia en que tendrán que adoptar sus más arriesgados papeles fuera de los escenarios.

Un bienintencionado homenaje a Lubistch pero que no le llega ni a la suela de los zapatos.
Natxo Borràs
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