Holocausto porno

Pésima película (como esperaba por otro lado, no voy a engañar a nadie), muy propia del insigne Joe D'Amato y de la época en la que fue rodada.
Supongo que el bueno de Joe pensó que si unía el cine de terror/fantástico con el del despelote y algo más (cine porno vamos, con escenas sexuales explícitas), pues tendría un considerable éxito comercial. No sé si lo logró en Italia y resto de Europa y del mundo, pero me parece que en España ni se estrenó en las salas comerciales, aunque no estoy seguro de ello. Y tampoco me importa mucho, la verdad.
La cinta es aburrida, tediosa a más no poder, y súper-inflada, no en vano dura más de hora y media, cuando lo que cuenta da para un cortometraje.
Todo es ridículo, las escenas de sexo con soporíferas y, por supuesto, totalmente gratuitas, y las de terror dan, no sé si asco o pena... de lo mal hechas que están y cómo se nos aparece "el monstruo", con un maquillaje y peluquería de sexta categoría (de siete).
El bueno de George Eastman, otrora uno de los héroes del antiguo spaguetti western, aquí está de paso, menos mal que no hace ninguna pirueta sexual, y a cobrar, que para eso estampó su firma en el contrato (falta de pasta tenía, me temo).
En fin, que menudo bodrio y tontería de filme.

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Lo bueno de hacer una crítica sobre una película como esta es que puede uno ser muy breve. La vi en su día porque, dado que me gustaban el gore y el porno, una película que tuviese de las dos cosas debía ser por lo menos curiosa.

Pues no. Como porno, vale muy poco. Como gore, no vale un pimiento. En realidad, no sirve como ni como comedia involuntaria. Y yo soy de los que me río a carcajadas hasta con las del Esteso.

Avisados estáis.

Una película cuyo objetivo no está muy claro que digamos.
Bajo la premisa de unos investigadores que viajan a una isla donde se han detectado altos niveles de radioactividad, para ver como ha afectado esta a la zona, y un nativo mutado por la radiación que ronda por allí con ganas de cargarse a todo hombre que ve y violar hasta la muerte a cualquier mujer, nos encontramos una película donde el 85% del tiempo lo que vemos es a los protagonistas teniendo sexo unos con otros, sobre todo al protagonista principal, que se pasa por la piedra a todo el elenco femenino del film. Y no me refiero a escenas de sexo típicas de película, esto es sexo explícito. El nombre de la película lo deja claro.

Porno y del aburrido en la mayor parte de la duración, quitando ratos donde el mutante se carga a los protas uno a uno.
Mala, aburrida y sin mucho interés.

Es difícil decir cuál es el problema de Joe D'Amato. A veces parece que no se tomó en serio lo que hizo y rodó malas películas de propósito. En otras ocasiones, parece que no tenía ningún talento para dirigir películas. Quizás, sufria de ambos problemas.

El caso es que el cine de D'Amato está hecho de obras horribles, casi siempre inasistibles. No en vano lo llamaron "The Evil Ed Wood".

Este "Porno Holocausto" forma parte del ciclo "esótico-erótico" del cineasta, en el que él produjo una serie de películas en República Dominicana, utilizando actores locales y, casi siempre, incluyendo escenas pornográficas.

La premisa de "Porno Holocausto" es interesante: un grupo de científicos decide investigar extrañas mutaciones que ocurrieron en la fauna y flora de una isla que fue escenario de una prueba nuclear, pero terminan enfrentándose a un mutante, que mata a hombres y viola mujeres. Sería una excelente película extrema, si no fuera por la total incompetencia de D'Amato.

En primer lugar, la mayor parte de las casi dos horas de la película son compuestas de escenas de sexo explícito entre personas horrorosas, relegando a un segundo plano la trama del monstruo mutante. En lugar de ser excitantes, estas escenas de sexo resultan repugnantes. En segundo lugar, las pocas escenas en las que el monstruo ataca a los miembros de la expedición son ridículas y funcionan solamente como comedia involuntaria. Si la propuesta era hacer un porno de terror, el resultado no fue ni uno ni otro, porque la película no excita ni asusta. Para empeorar las cosas, la fotografia y el montaje de la película son desastrosos.

D'Amato adora llenar sus películas con escenas inútiles, solo para alargar el metraje, prejudicando el rítmo y convirtiéndolas en experiencias insoportablemente tediosas.

No puedo entender cómo este director puede tener culto hoy.