The Possession of Michael King

CRÍTICA
Con una cámara turbulenta de metraje encontrado, no se lograría lo que este film consigue: un acercamiento intensivo, profundo de nuestra mirada a la experiencia del protagonista, quien necesitó de cámaras meticulosas, cuasi estables que dieran cuenta de sus cambios progresivos. ¿Cuál sería, entonces, la originalidad de esta película, si bien el proceso de su mutación nos recuerdan escenas anteriores de El exorcista (1973), El exorcismo de Emily Rose (2005), Posición Infernal (1981 y 2013), Estigma (1999), The Possession (El origen del mal) (2012), El último exorcismo (2010), sólo para nombrar algunas? Sucesos inusuales, movimientos involuntarios, convulsiones monstruosas, voces ajenas, sólo emergen en cine y da esa cuota de horror bajo un hilo conductor original que, en este caso con The Possession of Michael King (2014), es la voluntad del personaje principal, cuyo motivo no es el simple documento y cuya evolución va a la seguidilla de un guión bien estructurado, diálogos y monólogos misteriosamente fundamentados, una película marcadamente simbólica que vence el escepticismo científico por un camino de espejismos e intransitable.

Una película bien lograda con un tema ya explotado en el cine sólo el talento puede hacérnosla llegar provocándonos cada vez más terror, una búsqueda y una intensión que está más allá de nuestro territorio.

El metraje encontrado (o found footage), es un recurso que ha sido bastardeado de tal manera que ya quedan pocas ganas de ver películas que narrativamente utilizan este recurso.

La película que nos ocupa narra la historia del Michael King de su título original (Shane Johnson), un realizador de documentales que ha sufrido la pérdida de su esposa a causa de un accidente que, según él, ocurrió luego de que ella recibió una noticia de parte de una vidente.

A partir de esto, Michael King se decide a realizar un documental acerca de la fe, religión y fanatismo que desenmascare todo lo que tenga que ver con lo sobrenatural, para ello, el mismo practica varios ritos apoyado por “expertos”, y claro, todo queda registrado en su cámara.

Mientras continua con la realización de su proyecto, las consecuencias de invocar espíritus empezaran a hacer mella en él y es aquí cuando todo se viene abajo, ya que el registro de cada rito tiene por lo menos gracia, sobre todo de los actores que interpretan a los expertos satánicos.

Todo lo que sigue es un mediocre rejunte de recursos que no genera nunca momentos de tensión y mucho menos terror, sólo golpes de efecto tanto en sonido como visualmente que de su abuso termina por cansar al espectador.

Una película que desaprovecha un inicio apenas alentador que se agota demasiado pronto, con una exagerada carencia de ideas, y lo peor, ausente de auténtico terror que consiga por lo menos inquietar.

Otra película de terror found footage y otra película de terror con exorcismos y posesiones. Esto ya da miedo de por sí, y no precisamente del miedo que podemos buscar… Pese al poco interés que puedan suscitar estos contenidos (no por culpa propia, sino por lo trillado de ambos), me propuse a verla ya que tenía un interesante trailer y venía precedida de ciertas buenas críticas.

El Michael King del título es un director de documentales que cuando pierde a su mujer decide hacer un documental protagonizado por el mismo sobre, en principio, las mentiras que esconden las religiones, especialmente la inutilidad de mediums y rituales satánicos.

Y evidentemente al final el señor King acabará creyendo en todo esto ya que sufrirá en sus carnes las evidencias de la existencia de los demonios.

Ya la sinopsis deja entrever que estamos ante un título que recorre los tópicos del género, y esto, si esta llevado con elegancia, buen hacer y algo de originalidad no tiene porque ser malo, pero en “The possession…” no es así, y aunque el arranque está bien llevado, es con los primeros sustos forzados cuando vemos que la película falla. Muchos de los momentos de terror son entendidos aquí como subidones de volumen e “interferencias en las cámaras”, lo cual recuerda, no para bien, a Paranormal Activity.

Otros momentos se acercan mas a lo abiertamente paranormal, con cuerpos que se arrastran o convulsionan (bien) o momentos bastante asquerosos con cortes, sangre y especialmente una acertada escena protagonizada por una aguja y un dedo….

El actor protagonista, que por el tipo de narrativa ocupa la pantalla el 100% del filme, es un actor que aguanta el papel, ofrece una buena actuación física (aunque en momentos los fx digitales le ayuden mas mal que bien), pero su psicológica bajada a los infiernos es bastante plana, no transmite mucho dilema, es bastante bidimensional en su interpretación, que tampoco considero que sea mala; sImplemente no brilla.

En general un mediocre direct-to-video film de terror. Algunos sustos, un par de escenas sangrientas, un par de muertes que no sorprenden y la locura de un ateo que es poseído por un demonio cabroncete que usará todos los tópicos habidos y por haber para joderle la existencia.


LO MEJOR: La escena de la aguja y el dedo. Algunos personajes secundarios como el matrimonio satanista/pervertido.

LO PEOR: Sustos a base de subidones de volumen. Bastante previsible y no arriesga. El punto de vista found footage tiene un par de momentos bastante tramposos.

www.retinascondenadas.com

Como cine de posesiones demoníacas intenta alejarse de lo convencional y lo logra. La película, aprovechando los recursos del Found footage, coloca varios sustos bien planeados y con eso logra no solo un descenso de pesadilla sino muchos minutos de horror. Aquí se enfrentan demonio y hombre. Muy bien técnicamente y agreguémosle un protagónico tan bueno que nos precipita con él al abismo.

Interesantísimo documento solidificado por la inventiva técnica del director y la más que creíble interpretación protagonista y en cuyo mayor interés radica en la originalidad de la propuesta en un tema en apariencia machacado. La película es un estudio de cómo y de que manera afecta en uno la posesión diabólica. Se ven los diferentes grados de posesión, desde la simple infestación hasta la posesión total del individuo. El actor Shane Johnson nos lleva de la mano paso a paso hasta lo más profundo de una posesión. Es bueno saber que los hechos narrados son muy reales, desde la causa de la posesión hasta el último de sus efectos, lo que denota la labor de investigación de los realizadores del film. Lo único que no encaja es que el protagonista no tenga internet en casa, y que el sacerdote que aparece tan vilmente retratado (reconozco que por exigencias de la trama) no haga justicia a todos los sacerdotes exorcistas que se dejan la piel diariamente en su incansable lucha contra el espíritu del mal.