Después del amor

Ternura y comprensión, dos palabras que no se escuchan mucho en los últimos años, pero que son la esencia de esta película, un drama de enredos (subgénero que no tengo claro que haya sido acuñado previamente, pero que describiría bastante bien lo que aquí sucede), con una concepción técnica minimalista, pero de resultados sentimentales muy profundos.

El director tiene un estilo de esos con los que comulgo perfectamente, alejado de efectismos, tendente al intimismo, pero muy preocupado de conseguir ritmo desde el montaje. Sobre todo en la presentación, se sirve de una sucesión constante de planos breves, cada uno con nueva información que aportar (no siempre explícita) y con la duración exacta para que el espectador pueda ir organizándola en su cabeza, sin prisa pero sin pausa; y, en la segunda parte, con las cartas ya a la vista sobre el tapete, aguanta mucho más los planos, reservando momentos para que las actrices desplieguen todo su arte. Lo mismo hemos visto, con alguna ligera variante, en sus dos cortos anteriores, que le han granjeado prestigio como joven talento prometedor.

Otra de mis debilidades son los autores que encuentran la inspiración en sus raíces culturales más que en la imitación de realizadores o corrientes de referencia. Aleem Khan nació en Kent (Inglaterra), en el seno de una familia con herencia pakistaní, y esa temática de inmigración ha estado presente en casi todos sus trabajos, incluido este que nos ocupa, que se centra en un triángulo amoroso descubierto por una musulmana conversa tras la muerte de su marido, con hijo ilegítimo de por medio. El desarrollo de los acontecimientos, probablemente, no sea el que uno esperaría tras leer la sinopsis.

Es mi elección como mejor película, de las ocho que he podido ver, de la sección Talents del D’A film festival 2021. Salvo que tengas una piedra por corazón, llorarás al verla; algunos, incluso, nos replantearemos comportamientos pasados que hemos tenido. Sin embargo, el premio de la crítica, seguramente, se lo den a otra cinta menos madura, que los jurados son muy de valorar asuntos vanguardistas.

He acá una película feminista que no se cuelga el cartel de "¡Hola! Esta es una película feminista". Sin embargo, "After love" no se queda solo ahí. Este es una de esos filmes que con poco (o al menos en apariencia), logra demasiado, una película que manteniendo un estilo en general sobrio sabe avanzar sin jamás agotar. Aleem Khan es quien lleva adelante esta historia, muy humana en el fondo, donde conocemos a una viuda que acaba de enterarse que su difunto marido sostenía una doble vida, por lo que sorpresivamente decide ir en busca de aquella verdad, atravesando así un camino de introspección, conocimiento y crecimiento.

After love nos sitúa por tanto en la perspectiva de una mujer adulta (y desde ahí, ya impacta), entrada incluso en la tercera edad, y gracias al talento del director, nos hará sentir y vivir su experiencia, sus temores, dolores y aprendizajes. Ahí, los detalles son todo, con una Joanna Scanlan que está inmensa en el desarrollo de su personaje. Sus miradas nos ayudan a comprender y empatizar sin necesidad de demasiados diálogos, así como también los planos del director (tanto a la protagonista como a paisajes) que expresan ideas y sensaciones. Esto inmerso además en un particular contexto cultural, pues la protagonista es una musulmana que vive en Inglaterra, asunto que el director aprovecha para meterse con sutileza con las costumbres y la religión.

Todo está muy bien puesto en esta delicada y cuidada película, que se trae un sencillo pero potente mensaje entre manos, pero donde la manera en que el director aborda esta idea y como construye el relato, plagado de poesía visual, es sencillamente sensacional.

Es una garantía ya de principio que esté producida por la BBC. Bellas imágenes de los famosos acantilados de Dover. La protagonista es una inglesa de piel blanquísima que ha abrazado el Islam, la actriz que representa la esposa engañada hace un papel magnífico. Fahima es la protagonista, transita hacia Francia en transporte público. El autobús y el mundo de Fahima se montan directamente en el barco que le llevará a Calais donde tendrá que recomponer la visión de su marido. En Calais también se viven los encasillamientos a que se someten a una mujer magrebí. La BSO es muy sobria y contenida.
Una fotografía excelente tanto en interiores como en exteriores, se consigue una gama cromática muy delicada. Da gusto ver una película bien narrada sin pretensiones formales. Magnifica, lo dice un fan de John Ford, Sidney Lumet y otros narradores clásicos.

*La identidad y las dobles vidas

Mary Fahima, Joanna Scanlan, mientras hace labores domésticas conversa tranquila con su esposo Ahmed, Nasser Memarzia, que fallece inesperadamente de repente.

En la siguiente secuencia mujeres desconsoladas vestidas negro acompañan en el duelo a una impasible Fahima.

Al día siguiente la reciente viuda mira la cartera de bolsillo del fallecido encontrando un carnet de identidad de una mujer francesa. Geneviéve Languet, Nathalie Richard. Así mismo revisa las conversaciones de whatsapp del móvil de Ahmed con la otra mujer.

Desde el comienzo de Después del amor destaca la gran actuación de Joanna Scanlan, principal intérprete, por la que fue nominada para premios a la mejor actriz en varios festivales europeos. Son muy expresivos sus silencios, miradas, desesperación emocional e irritación ante el descubrimiento de la amante de su marido.

Decidida se va en barco desde su residencia en el puerto inglés de Dover hasta el puerto francés de Calais al otro lado del Canal de La Mancha para llegar a la casa de la mujer francesa.

Hay una escena breve memorable cuando de noche se encuentra sola en la calle donde vive Geneviéve y mira al faro del fondo.

En la siguiente secuencia una frágil Fahima ensaya repetidas veces ante el espejo su próximo y temido primer encuentro con la amante.

Un cuidado buen guion hila con gran habilidad las secuencias dotando de coherencia y naturalidad la trama argumental. Así la confusión de la francesa al tomar por asistenta a la recién llegada mujer de su amante.

Fahima no la corrige para aprovechar para saber más sobre ella.

A partir de ahí Después del amor se convierte en una película sobre el descubrimiento de la identidad y las dobles vidas.

*El progresivo desvelamiento de la realidad

La reciente viuda tras haber conocido a la amante se cuestiona su identidad ante el espejo. Duda por su baja autoestima mientras se mira vestida sólo con ropa interior.

Deseosa de seguir averiguando sobre la vida oculta de su esposo sigue trabajando en casa de la amante francesa sin desvelar su auténtica identidad.

El guion va dosificando muy bien poco a poco el argumento para situarnos en el contexto y poder ir conociendo junto a Fahima todos los detalles de la relación de los amantes.

Así de forma casual descubre a Solomon, Talid Ariss, el adolescente hijo de su esposo y la francesa. Fahima opta por seguir callando sin dar a conocer nada más. También decide actuar con discreción ante la amistad especial de Solomon con su compañero de clase Anthony, Narayan David Hecter.

La fotografía de Alexander Dynan es fundamentalmente de interiores con buenos enfoques y luminosidad amplia. La música de Chris Roe acompaña discreta pero eficazmente las distintas secuencias matizando el tono dramático correspondiente.

El gran peso de Después del amor fluye de manera muy natural y coherente gracias a una buena escritura muy cuidada de los diálogos. Excelente interpretación de los personajes de Fahima, el adolescente Solomon y su madre Geneviéve.

La historia retrata sutilmente la confluencia de distintas culturas, religiones y el triángulo emocional entre las dos mujeres y el fallecido marinero mercante pakistaní. También aborda bien las identidades, las vidas ocultas, la psicología de los personajes y los sentimientos ante las verdades descubiertas.

*“Al final todos rompemos las normas que nos imponemos”*

A medida que Después del amor se encamina a su desenlace no disminuye en absoluto su nivel dramático. Las conversaciones entre la asistenta Fahima y su jefa la señora Geneviéve van avanzando con sutileza hacia la aclaración de lo oculto.

Aquí están muy bien reflejados los sentimientos de ambas mujeres en su mutuo conocimiento mientras van resituando sus propios conocimientos de la realidad.

El argumento detallado y lleno de matices aclaratorios exige un seguimiento muy atento de cada secuencia para la reconstrucción de nuestra propia concepción del conjunto de la trama.

Con cada nuevo dato nos vemos obligados a recomponer nuestro esquema de la relación entre las dos mujeres entre sí y con respecto al joven Solomon y al fallecido Ahmed.

La complicada y difícil relación del adolescente con su propia madre tiene mucho que ver con las circunstancias especiales de la relación intermitente entre sus padres. Por una parte por su trabajo como oficial de marina mercante con frecuentes y largos viajes y por otra debido al reparto presencial del hombre Ahmed entre las dos casas.

Las secuencias finales de Después del amor van aclarando de manera bien construida las partes ocultas de las relaciones del fallecido con Fahima y Geneviéve.

El complejo rompecabezas se va reordenando y componiendo escena a escena hasta llegar al final con una buena resolución bastante creíble entre otros posibles finales.

Los sentimientos de las dos mujeres aflorando a la superficie de manera completa. “Me daba envidia que no te dejara por mí”. “Me autoconvencí de que no tenía problema en compartir porque siempre pensé que me llevaba su mejor mitad”.

*Conclusión*

Después del amor es una gran película magníficamente construida sobre un guion que cuida muy bien los diálogos en la dosificación de la trama. Estudio psicológico de personajes femeninos con excelente interpretación de la protagonista principal. La identidad personal, la autoestima emocional las dobles vidas y las verdades ocultas están en su núcleo argumental.

A su vez, se confronta sutilmente el papel de las mujeres en las distintas culturas y religiones del mundo occidental laico y el religioso musulmán. Interesante película de autor del prometedor debutante director Aleem Khan.

Escrito por Fernando Gálligo Estévez

¿Cómo afrontarías el descubrimiento de que todos los sacrificios que has realizado en tu vida, tu conversión personal, el modo en el que te has ofrecido por amor a tu pareja, la manera de cuidar de los tuyos, son cosas que hubieran podido hacerse de otro modo? ¿Y si al morir tu marido todo se derrumbara de golpe? ¿Cómo te enfrentarías a otra vida (la que vivió él sin ti durante tantos años) al otro lado del canal de la mancha en el paso de Calais? Añade a la ecuación una conversión al islamismo en tu juventud. Así empieza la película de Aleem Kahn, un retrato intimista de una mujer desgarrada que te conduce por caminos que jamás esperarías y que lo apuesta todo (a través de planos perfectamente calculados) a dos actrices monumentales, en especial Joanna Scanlan, que dota a su personaje de una profundidad pocas veces vista en el cine. Nathalie Richards, no obstante, está a la altura y es el contrapunto perfecto. Y el resto del elenco no desmerece en absoluto.

No encontramos ante una película que va desplegándose en toda su contenida crudeza, ofreciéndonos momentos de una belleza sin parangón. ¡Y es la opera prima de este interesante realizador! Una gran descubrimiento que me ha tenido pegado a la butaca, con el sentir a flor de piel y los ojos húmedos de una llanto que no llegaba a producirse.
Muy recomendable.