Haz click aquí para copiar la URL

Eisenstein en Guanajuato

Drama Crónica sobre un periodo de la vida del director soviético Sergei Eisenstein, el que pasó en México, donde rodó, entre otros films, "¡Que viva México!". El director de “El Acorazado Potemkin” (1925) vivió más de un año (1931) allí para plasmar en celuloide su fascinación por el Día de Muertos y los ritos religiosos de la cultura popular mexicana. Sin embargo, la cinta quedó inconclusa, por lo que en 1979 Grigori Aleksandrov, a partir de ... [+]
1 2 3 >>
Críticas 14
Críticas ordenadas por utilidad
10 de enero de 2016
27 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Peter Greenaway es un rara avis del mundo del cine. Su estilo sobrecargado e inusual desafía las convenciones clásicas de la narración cinematográfica, primando las imágenes sobre el desarrollo dramático de la trama. No puede negar su notable formación pictórica, que integra – no siempre con fortuna – en sus propuestas fílmicas. Ahora se detiene en uno de los genios del séptimo arte, el soviético Sergei Eisenstein (1898-1948) y un significativo episodio, aunque bastante desconocido, de su carrera: su visita a México para realizar una película, tras su fracasado intento de sacar adelante en Hollywood algún proyecto abortado.

En este caso, trata de fundir la vida privada del biografiado con su labor pública como cineasta, sin lograr un equilibrio del todo satisfactorio. El eje central es la sexualidad no vivida, asumida e integrada por parte de Eisenstein, que como en tantas situaciones análogas parece que encuentra un suelo fértil para indagar sus fantasmas lejos de su país natal y de su entorno habitual. Cabe la duda de si el relato tal y como se nos presenta corresponde con la objetividad de lo acontecido, pero es innegable que como proposición resulta convincente por verosímil y singular. No estamos ante una biografía, sino de un bosquejo impresionista de lo que quizás pudo pasar y tal vez pasó en realidad, pasado por el filtro barroco y exuberante de Greenaway.

La cinta arranca muy bien con la presentación del personaje principal y su variopinto séquito, su llegada a México y su recepción como celebridad internacional, sus primeras exploraciones, sus debilidades y sus fijaciones. Pero una vez que queda planteada la situación, la narración se estanca y desvaría, dando bandazos y llenando de ocurrencias el metraje, entre el esteticismo pomposo y la divagación estéril. La obsesión por mostrar desnudos masculinos a diestro y siniestro, por recrearse en los fluidos humanos más desagradables, por agitar la cámara hasta marear al espectador y sembrar la náusea… acaba fatigando y resulta contraproducente. Zarandear los convencionalismos es un empeño interesante, un propósito encomiable, pero aquí se pierde de vista el motivo o la intención de tanto tumulto y tanto galimatías.

En definitiva, estamos ante un ensayo sugerente, original y lleno de colorido que saca partido al entorno, a su estética grandilocuente y a unos actores entregados, pero que acaba abrumando y aburriendo a trechos, demasiado irregular y disperso, demasiado narcisista y constreñido como para cuajar del todo. Deja la sensación de haber podido ser mucho mejor de lo que es de haber sabido centrar mejor el tiro.
antonalva
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
23 de enero de 2016
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los años 30, el director soviético Sergei Eisenstein, después de una infructuosa visita a Hollywood, recaló en México con la intención de filmar una película que plasmara la cultura y tradiciones del país, la inacabada película ‘¡Que Viva México!’.

Este hecho se convirtió en el pretexto para que el inglés Peter Greenaway realizara ésta película a manera de homenaje, centrándose en los días en que el realizador de ‘El acorazado Potemkin’ y ‘Octubre’ pasó en la ciudad de Guanajuato.

El inicio de filme es interesante al narrar la llegada de Eisenstein, interpretado por el actor finlandés Elmer Bäck, mezclando con imágenes icónicas de algunos de los filmes del soviético, con el recurso de la pantalla dividida en 3 que será recurrente a lo largo de todo el metraje, con una poderosa imaginería visual aprovechando cualquier imagen representativa de la mexicanidad.

La historia se centra en la relación que Eisenstein establece con su guía, el mexicano Palomino Cañedo (Luis Alberti), un hombre casado y con dos hijos que será quien lleve al realizador a conocer los placeres de la sexualidad, en explícitas escenas con exceso de diálogos que sirven como metáforas de la situación de la Rusia de la época, dejando de lado la parte creativa del director con apenas un par de escenas donde se lo ve en algún proceso de filmación.

Como es habitual en el cine de Greenaway, la ampulosidad y el barroquismo recargado se hace presente en cada plano, sumando cualquier estereotipo y cliché que tenga que ver con el concepto de mexicanidad desde el punto de vista europeo, descuidando la progresión de la historia, la cual al ser acotada al plano sexual, termina por agotarse debilitando un relato que se torna redundante y soporífero en su último tramo, dejando la sensación de no haber aprovechado del todo la riqueza de su personaje, dando como resultado un film-homenaje no del todo inspirado.

http://tantocine.com/eisenstein-en-guanajuato-de-peter-greenaway/
Quique Mex
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
18 de abril de 2016
10 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
La enorme figura del director letón se merecía algo mejor que este infame subproducto con el que un siempre pretencioso Greenaway trata de encumbrarse.

Nada sobre el proceso creador del film fallido que, por lo que se pudo rescatar, hubiera sido una más de sus obras maestras. Nada sobre el dolor que tuvo que causar en el genio la frustración de no poder acabar su obra y no poder disponer del numeroso material rodado, al que hubiera dado forma con su mejor arma: el montaje.

Lo único que le interesa al fantoche que firma este engendro es el morbo y para ello recrea una falsa historia de homosexualismo. Ni los más estudiosos biógrafos del maestro se ponen de acuerdo con esta característica del personaje. En todo caso, sería un aspecto por el que deberíamos guardar respeto y dignidad, todo lo contrario de esa ridícula y permanente exhibición del personaje en pelota, haciendo el imbécil.

Todo resulta falso en este libelo, pero como ejemplo este exceso: ¿En qué cabeza cabe que nadie civizado reciba en cueros a la esposa de su mecenas? A la vuelta a Estados Unidos, ella informaría al miserable de Upton Sinclair para que cortara la raquítica subvención al maestro, quien dilapidaba su dinero en un lujosísimo hotel, gozando de placeres anales.

He visto en mi vida de cinéfilo numerosa películas horribles, pero no recuerdo ninguna que me haya irritado tanto como esta. Por eso he escrito esta modesta reparación de la noble figura de Su Majestad Eisenstein.
drelles
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
25 de agosto de 2017
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Crónica sobre el período pasado por el genial director soviético Sergei Mijail Eisenstein en México. Una fantasía cinéfilo/lunática a partir de hechos reales que el terrible Greenaway tira por la borda, vomitando sobre la persona y el personaje hasta ridiculizarlo casi de forma sangrante, perdiéndole el respeto y escupiendo sobre su memoria, El genio ruso, indiscutible maestro del oficio del aprendiz Greenaway, queda hecho un guiñapo homosexual, loco, impetuoso, dicharachero y desequilibrado, un trasunto no gracioso de Harpo Marx. Todo ello se infla, además, con una engreída y torpe realización del megalómano cineasta británico. ¿Es tolerable la ridiculización, por rigurosamente inexacta, a que se sodomiza al genio ruso?. Creo que no. Greenaway ejecuta, entre la metalingüística y la absoluta estulticia, un desvirgamiento literal de Eisenstein. Greenaway quiere decirnos a todos que su polla es más grande y gorda que la de Sergei (sí, el propio Greenaway es Alberti, su atractivo guía mexicano Palomino Calledo, su viril amante en su estancia mexicana) y se despeña en un proyecto que pudo ser apasionante pero es pueril, por ser infante difunto antes que caballero, por ser grosero antes que minímamente presentable. El soplo de aire fresco pasa a ser un gélido aliento.
No. Sergei no merecía esto. Incluso Greenaway tampoco, pues se ha sodomizado a sí mismo sin vaselina. Por eso la tiene tan grande. Bastante hace Elmer Back con tenerse en pie y en pelotas todo el metraje. Creo que odio esta película.
kafka
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3 de julio de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Greenaway es uno de esos directores a los que hay que darles de comer aparte. Su personal autoria siempre esteticista y provocadora, experimental, han dado una filmografía poco conocida para el gran público y de difícil paladar.
A sus 74 años indaga con este film en el periodo de un año que el mítico director soviético Eisenstein estuvo en México tras su breve paso y fracaso en Hollywood por presiones políticas.
La desconcertante visión que el director británico da del genio cinematográfico, habla poco de su manera de entender el cine y usa y abusa de su hipotético despertar homosexual con su ayudante mexicano. El tono semidocumental y la inserción de imágenes reales de carácter didáctico se mezclan con los intereses estéticos de Greenaway apoyado en el mundo de los muertos mexicano, abundancia de desnudos masculinos, humor y situaciones inverosímiles que acaban por distorsionar al personaje central del asunto y, al menos en mi caso, aburrir al personal. Uno de los pecados más graves de las tablas de la ley cinematográfica de las que Eisenstein fue escritor destacado.
ELZIETE
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow