Un indio en París

Seamos serios. Un indio en París no es una obra maestra indiscutible del séptimo arte. Es una comedia familiar con chistes simpáticos, sentimientos y París como telón de fondo. Ahora bien, no podemos ser tan serios como para ponernos a sacarle defectos a la película porque nosotros somos más cultos y más inteligentes que nadie y darle un 3 o un 4 en Filmaffinity porque es lo políticamente correcto. Me vais a permitir ser sincero: me importa un pito lo políticamente correcto. Un Indio en París la vi hace once o doce años (o sea, que yo tenía once o doce años aproximadamente) y me encantó. Después, comencé a tener mis ahorrillos y un día vi en el kiosco una promoción que consistía en comprar los dos VHS de Dos tontos muy tontos + Un Indio en París por 795 pesetas. Y me los compré. Y me divertí cosa barbara. Y hoy en día tengo roto el VHS y la peseta ha dejado de circular pero cada vez que veo alguna de estas dos historias en la tele vuelvo a disfrutar cosa barbara y recuerdo que una vez yo fui pequeño y que tuve sueños realmente grandes como enamorarme en París de una chica tan encantadora como la "novia" de Mimi-siku, regalarle cacerolas y visitar la India y vivir allí durante un tiempo.

Por eso le he dado un ocho a la película. Quizá merezca un seis o un siete pero hay que combatir tanto intelectualismo de alguna manera y yo lo hago así: como si tuviera once o doce años. Qué tiempos aquellos.

Mira que es mala... y me encantaba! Bendita infancia. Le dije a mi hermana pequeña que la pusiera, que a mí me encantaba cuando tenía su edad, pero a los 10 minutos me arrepentí y la dejé sola ante el peligro. Preferí estudiar Didáctica de las Ciencias de la Naturaleza a ver ese desastre de película, con eso os lo digo todo. Supongo que la edad no perdona, y que el film en cuestión es no apto para mayores de 10 años. Pero jolín! Que a mí me gustaba!
Un consejo: no veais películas que tenéis mitificadas de la infancia, corréis el riesgo de decepcionaros, y mucho.

Un indio en París es un film bobo, sencillo, tontorron y sin pretensiones de ninguna clase, rodado única y exclusivamente para el deleite de un ejercito de espectadores que buscan hora y media de sana evasión sin calentarse la cabeza. El film tiene secuencias muy divertidas y graciosas, con un guión banal y sin complicaciones.
Nuestro protagonista viaja a Venezuela y allá encontrará a su joven hijo convertido en un indígena. Como puede suponerse, los enredos no tardarán en aparecer y las escenas alocadas serán el plato fuerte de esta distraída cinta.
Recomendación: Para poner la mente en blanco y rellenar 90 minutos de buena risa.

La idea es bastante normal habida cuenta de la cantidad de extranjeros exóticos que vienen a las ciudades. Lo gracioso es que se trate de un niño y que se comporte como un indígena experimentado. Buena película para pasar el rato. Muchos gang graciosos y unas actuaciones de lo más originales.

Peliculita entretenida para un sábado por la tarde sin mucho más que hacer.
Choque de culturas, Thierry Lhermitte demostrando por qué es uno de los mejores actores cómicos de Francia (¡vaya grupo Le Splendid! Lhermite, Gérard Jugnot, Christian Clavier, Marie-Anne Chazel, Michel Blanc...), una tarántula, un chaval que escala la Torre Eiffel, vistas de París y una comedia amable para todos los públicos.
No es nada del otro mundo, pero se deja ver.