La mujer de fuego

Intenso, violento y muy interesante western beneficiado por la presencia de la fascinante Verónica Lake cuyo reinado como diva del cine de los años cuarenta estaba ya prácticamente finiquitado.
A través de una historia de venganzas y rencores familiares el gran Andre de Toth, casado con Miss. Lake en aquellos momentos, realiza un excelente trabajo en donde la ambición, la frustración, la manipulación y unos ecos indiscutibles del cine negro, dan lugar a una película espléndida, nada complaciente, inusual y muy por encima de la media de los westerns de la época.
Por otro lado permite ver juntos otra vez a la pareja Lake/McCrea despues de la mítica "Los viajes de Sullivan", contando con unas espléndidas interpretaciones de ambos, en el caso de Miss Lake bastante alejada de los papeles que la hicieron célebre, lo que le permite demostrar un gran talento interpretativo como pérfida malvada, que, por desgracia, no fue muy valorado en su momento.
Pese a ser una obra muy desconocida se merece una revisión y una reivindicación, sobre todo por adelantarse muchos años a la consolidación del western como género adulto, crepúscular y psicoanalítico, lo que la convierte en una obra tan recomendable como atípica en su momento, y ayuda, y mucho, a reivindicar la figura de ese gran director que fue Andre de Toth.

"La mujer de fuego" es el primer western realizado por el director austrohúngaro André De Toth, y como vemos el resultado es excelente.

Aunque las disputas entre rancheros, ovejeros y demás puede resultar de lo más típico, aquí nos lo presenta de la forma más atípica posible, es decir, dotar a los personajes y a la historia de unas características más propias del cine negro. Porque se trata de un western oscurísimo, con muchas escenas nocturnas.

Los interiores son magníficos al igual que los exteriores. En los interiores podemos ver el uso que le da el director a las ventanas.

Los actores están todos muy bien, acomodados perfectamente a su papel.

No es una película conocida pero que se encuentra desde mi punto de vista entre los mejores trabajos de André De Toth. Uno de esos westerns extraños que se necesita ver más de una vez para entender parte de esa trama tan compleja.

Producida por una pequeña y efímera compañía, Enterprise -la misma productora que produjo "La fuerza del mal" (Force of Evil, 1948), de Abraham Polonsky- "La mujer de fuego" es una interesante película del Oeste que, si se ve con atención, resulta bastante peculiar. Mientras que muchas películas de Hollywood empiezan por una presentación del asunto dramático, siguen con un nudo, y terminan en un desenlace, este film empieza directamente en el nudo del conflicto, lo que hace de la acción un hilo más difícil de seguir de lo que suele, o solía ser hasta entonces, en el western. Esto, así como la manera de entender las escenas entre personajes, y la abundancia de escenas nocturnas, aproxima este film al cine negro. Hay buenas interpretaciones de Joel McCrea, Veronica Lake y Arleen Whelan, y aunque en principio todo gire en torno a un hombre que oscila sentimentalmente entre dos mujeres, en el fondo los temas principales giran en torno a la ambición, el poder, y la ética, o la falta de ética, para llevar a cabo esos sueños de ambición y de poder.

Un film a reivindicar, dirigido por un cineasta a reivindicar muy seriamente.

Lo primero que me llama la atención de este film no tiene nada que ver con la propia película, sino con el hecho de que fue uno de los filmes elegidos por José Luis Garci para su programa "Qué grande es el cine", toda una galería de obras fundamentales del séptimo arte sobre los que posteriormente se hacía un casi siempre muy interesante debate.
Me llama la atención que este film se encuentre entre estas joyas escogidas, ya que por más que me empeño, si bien reconozco algunas dosis de originalidad y unos cuantos aciertos en su puesta en escena, el resultado global del mismo apenas alcanza a ser un poco interesante, sin más.
Efectivamente es un film elegantemente rodado, y si bien es un western, es más un noir que un western clásico, con su mujer fatal, su violencia y sus bandas de matones. Sin embargo, la trama creo que resulta confusa, su ritmo es descompensado y para su metraje final, parece que intenta meter demasiadas cosas en una historia que como excepción a la norma, quizás hubiese necesitado media hora más, y que al no tenerla parece haber sido montada a machetazos.
Por otro lado cierto tipo de buenísimo en el salvaje oeste resulta poco creíble y provoca que la historia adolezca de falta de garra en algunos momentos.
Dejemoslo, siendo generosos, en que se trata de una película interesantilla, sin más.

Rara es la vez que una película no te engancha. No consigues meterte en ella, no porque estés cansado, sino porque no tiene gancho, duende, interés… Eso me ha pasado con este western de líos paterno-filiales y una absurda trama que no logro entender, por muy inverosímil que parezca.

Todo el problema de la película es que no dejan pastar a unas ovejas en el lugar donde hay unas vacas. Argumento algo similar (aunque no igual) que a la peli de Stewart “Tierras Lejanas”. No obstante, quizá por el hecho de que aquí no hay ningún actor de renombre que se eche la trama a los hombros; el guión; o simplemente porque no, así, sin más… Que hay películas en las que no consigues entrar. Y consuela haber leído que no he sido el único. Ni mis almas gemelas ni mis amigos, los buenos críticos, la han valorado… Por algo será.

Yo di con ella porque estoy siguiendo, en riguroso orden, todos los programas de "Qué grande es el cine".