La tía de Frankenstein (Los monstruos de Transilvania) (Serie de TV)

Una de las mejores series de mediados de los 80. A todos los que nacimos en esa época nos marcó profundamente. Es una serie de esas que nunca se olvidan pero cuesta recordar hasta que alguien lo hace.
La atmósfera era tenebrosa pero también tenía toques de humor.
¡Ojalá y los niños de ahora pudiesen ver producciones de esta talla y no la prensa del corazón y demás!
Magnifico guión y sensacionales actores y atrezzo.
La canción del inicio era terrorífica.

Entrañable serie checa, aunque en coproducción europea tiene el inconfundible sello estilístico de la fantasía cómica checa, ese sentido de la parodia que no supone escarnio sobre el mito caricaturizado sino profunda devoción, conocimiento y verdadero amor. No solo tiene valor como artefacto nostálgico, encima mantiene sus virtudes casi intactas, con un sentido del humor irresistible, una fantasiosa cacharrería de tebeo y sobre todo una ternura auténtica, un poco “naïf”, un poco melancólica, que emociona limpiamente. Rebosa de ideas memorables y chocantes, especialmente el lo referido al Conde Drácula interpretado genialmente por un Ferdy Mayne recuperando la capa (dotada de todo tipo de artefactos tecnológicos) y los colmillos que lució para Polanski en “El baile de los vampiros) y cuenta con un reparto lujoso e inspiradísimo, con veteranas glorias como la sueca Viveca Lindfors o el legendario “Lemmy Caution” Eddie Constantine como borrachín genio del agua que pose una bicicleta montada sobre un descomunal siluro, amén de una estupenda Mercedes Sampietro de fantasma miope o un Jacques Herlin conmovedor como el desdichado Igor. En definitiva, más que recomendable, divertida en todo momento, a veces rozando la cursilería o lo tontorrón, rápidamente redimido por su imaginación e inteligencia y por lo genuinamente sentido de su discurso sobre la amistad y la rareza. Constantemente encantadora, repleta de detalles, guiños y referencias cultas y populares, rodada con mucho empaque...en fin, estupenda, eso si, la música horripilante.

‘La tía de Frankenstein' es una mini-serie prácticamente desconocida e injustamente olvidada hoy día. Es una parodia en toda regla de las películas de monstruos clásicos, pero de forma que mezcla la comedia con el drama y el argumento de cada episodio está muy bien planteado. Sin llegar a tener una duración demasiado larga sí que da tiempo a exponer muchas historias de relaciones personales, situaciones de conflicto y recursos bastante humorísticos.

En un siniestro castillo habitado por monstruos y fantasmas, el loco Henry, nieto del famoso Dr. Frankenstein, culmina la creación de su criatura Albert. Éste pronto dejara de ser un simple monstruo al despertarle sentimientos hacia Klara, una muchacha del pueblo. En medio de todo esto llega la tía Hannah, que está obsesionada con casar a su sobrino y poner un poco de orden en su vida. Los problemas residen en la animadversión de los aldeanos hacia los monstruos, que liderados por el herrero y sus inventos quieren desalojarlos para siempre, por miedo a que aterroricen sus vidas. El tema común es el amor y la soledad, puesto que casi todos los personajes sienten el deseo del amor o de la amistad.

Los personajes básicamente se dividen en dos bandos: los humanos y los monstruos. Respecto a los primeros, destaca especialmente el antagonista: el herrero Sigfrid Schmied. Un individuo obsesionado con sus inventos y bombas y con acabar con todos los monstruos del castillo. Especialmente con Albert. Aporta mucho humor a la serie y es sin duda de los más recordados. Realmente memorable y original es su destino final.

Respecto a los monstruos, el conde Drácula vive también en el castillo, un ser bastante cascarrabias y ávido de sangre. Otros son Sepp es el genio del fuego, La condesa Elisabeth, que es una malhumorada mujer que vive presa de una maldición, el fantasma del Conde Theo (que se oculta bien en una armadura o en un retrato), Alois (el fantasma del agua) y el Barón Wolfskehl, bibliotecario y hombre lobo por las noches.

Entre el repertorio de actores, es preciso indicar que se hallan los españoles Sancho Gracia, interpretando a un personaje puntual (un juez) y Mercedes Sampietro (Elisabeth).

En cuanto a su ambientación, está bien construida y la oscuridad del castillo contrasta con el colorido del pueblo, siendo además muy lograda su banda sonora y especialmente la cabecera musical. Inolvidable esa sintonía mientras Drácula entra al castillo.

Lo mejor de la serie, en mi opinión, es la historia de amor entre Albert y Klara, que luchan por su unión frente a los detractores y existen escenas tiernas y memorables. Igualmente también existen relaciones entre otros personajes. Lo peor, sin embargo, es que existen algunos personajes que no aportan demasiado o que su intervención es más bien testimonial o esporádica, como el hombre lobo o Alois.

La la televisión, antes de la aparición y posterior generalización de otras formas de ocio, (Internet o los videojuegos) monopolizaba el centro de entretenimiento familiar. Debido a ello, y aun sin contar con la posterior "liberalización" que sufrió la televisión española de principios de los 90's, los dos canales de televisión de la época, (TVE y TV2) gozaban de un nutrido y variado arsenal de programas con los que amenizar las tardes de la juventud de aquella época.

"La Tía de Frankenstein" fue uno de esos programas de coproducción hispano-checkoslovaquia, (trabajan Sancho Gracia y Mercedes Sampietro) que intentaba reimaginar, en clave de humor, todos los arquetipos y personajes de los clásicos de la Hammer: desde Drácula a Frankenstein pasando por el monstruo marino y tantos otros que conformaban un plantel de personajes tan entrañables como inolvidables.

Vista hoy día, como producción televisiva de bajo presupuesto, lo que ya en los 80's se acusaba con una fotografía y dirección algo herrumbrosas y sucias, hoy no pasa más allá de un mero ejercicio nostálgico y algo anacrónico que no ha aguantado nada bien el paso del tiempo. Sin embargo, Juraj Jakubisko, (director también de la inolvidable Tv Movie "La dama de las Nieves") consigue de alguna forma transmitirnos toda la esencia artística que se cocía tras el telón de acero: el toque circense, teatral y la improvisación. Añadido también a su aura brumosa y húmeda que transmite cada fotograma, bien acompañado de las melodías creadas por Guido De Angelis, Maurizio De Angelis: obviando su marcado carácter ochentero, la mágia y el buen hacer de las melodías están ahí.

Como punto positivo, añadir que aquel que tuviera el privilegio de disfrutarla en su momento, gozará de la misma experiencia vivida en el 87', con todo lo bueno y lo malo que ello conlleva. Como aspecto negativo, su bajo presupuesto y falta de miras en la dirección, impiden trasladar dicha experiencia a nuevas generaciones que contemplarán con asombro, (y no menor rubor) una obra anacrónica sólo apta para los más acérrimos del recuerdo.

"Aún me emociono al volverte a ver
y me preguntas quién dejo a quién,
no fui yo" canción de Luz Casal.

Uno no debería volver nunca a los viejos amores de ver las series que vio hasta la preadolescencia, porque se llena de sentimientos de vergüenza y recuerdo, sin saber por qué.

Serie infantil de televisión fantástica de monstruos, con una buena banda sonora, buena ambientación de época aunque se le notan mucho los fallos, y buenos y apuestos actores y actrices que casi ni interpretan sino que ponen su físico a los papeles estereotípicos que hacen (ése es parte de su gran encanto), y un guion con mucha imaginación pero mala donde todo vale y donde salen a la superficie todos los complejos posibles desde la autosuperación hasta las "inquietudes científicas" y las tramas "sentimentales".

El toque tétrico queda diluido con su suave humor, las tramas naif y la recreación de todos los topicazos posibles medievales y vampíricos.