La fiesta acaba de empezar

Karen Gillan, muy alejada de sus papeles en "Jumanji" escribe, dirige e interpreta esta dramática película independiente rodada en su ciudad natal Inverness en Escocia con un resultado más que aceptable.

Utilizando la trágica historia de las Tierras Altas de Escocia (que tiene la mayor tasa de suicidios en el Reino Unido) Gillan desarrolla una historia íntima de una chica de 24 años llamada Liusaidh que vive con sus padres y trabaja en el supermercado del barrio, está atravesando un mal momento ya que su mejor amigo se lanzó de un puente a las vias del tren un año antes. Algo que le está causando una gran depresión y una vida muy desordenada. Busca un poco de cariño en alguien que pueda volcarse en ella, pero vive en un entorno muy toxico.

No es una película alegre, y deja mal cuerpo por sus momentos crudos, pero muestra muy fielmente una realidad con mucha valentía, al dibujarnos un futuro muy oscuro para muchos jóvenes con pocas esperanzas que piden ayuda a gritos.
Destino Arrakis.com

Primero aclarar que es más un drama existencial que una peli de amor.
Karen se come la pantalla y refleja muy bien la evolución de este interesante personaje.
Dura casi media hora pero parece durar algo más. Está algo carente de ritmo.
En sus minutos finales es cuando se abre un poco el debate y la polémica no por el desenlace en si, sino por una escena que comentaré en spoiler, supongo que en parte esa era la intención de la actriz directora y guionista.
Aunque la escena no desencaja para nada conforme con como avanza el personaje.

El cine independiente puede, en ocasiones caer en un terreno cercano, al más oscuro vericueto. Los guiones de este tipo de películas no se mueven por lugares comunes, eso ya lo hace el cine comercial. El problema surge cuando la historia pretendidamente íntima que nos cuenta, resulta dispersa e incluso en multitud de secuencias, inconexa.

Se abordan personajes que no terminan de definirse, otros surgen y desaparecen sin que sepamos muy bien para qué... Sumida en un cierto caos argumental, del que no se libera en ningún momento... pese a todo está bien interpretada, aunque nada resulte creíble jamás.

Ambientada con tino en navidad:
Esa época que la familia cobra un sabor intenso de perdida o tenencia, si la tienes o te ves aún con ellos.
Charlotte, una chica de 24 años, agobiada por su existencia, traumatizada por el suicidio de su amigo.

Anda en esa supervivencia, entre un trabajo precario, unas folladas espontáneas que después le acarrean comer compulsivamente y una vida social funanbulista.
Va buscándose, intenta ayudar a personajes que están en la cuerda floja, e intentar encontrarle sentido a su vida.
Quizá sea ese el tema principal, hallarle sentido a la existencia.

Hay un homenaje a Jules y Jim, de Truffaut, un guiño.
El mayor problema rádica en la excesiva duración, un montajista con gusto y experiencia hubiera sabido acortar planos, pues para mostrar algo es innecesario mantener el mismo plano 10 segundos o 5, segundos, como hace en gran parte del desarrollo argumental, creando un lipotimia de ritmo que produce aburrimiento.
Es un craso error, en el cine intimista, (esta lo pretende ser), alargar los planos buscando así, una comprensión mayor con el espectador.

Cualquier persona lo capta en un chispazo, no es necesario extender lo mismo, en un intento de empatía que lo que logrará será un tedio disimulado bajo el efecto de la carga y repetición de imágenes.
Con la música tampoco tiene acierto, un gusto pegajoso comercial que chirria.

Los diálogos son pobres en general y la construcción del guión es el otro talón de aquiles.
20 minutos menos de metraje, harían pensar en un guión más ágil, que no bueno y la historia lo agradecería.
Con todo el intento de su ópera prima en un largometraje, es interesante en los temas que trata de plantear, aunque con poca lucidez y acierto.

Esta famosilla actriz que ya había dirigido unos cuantos cortometrajes, se nota que desea contar temas delicados, conflictivos, que nos producen problemas.
Los personajes me gustan porque todos son y tienen un cúmulo de dificultades para sobrellevar su existencia, pero la fragilidad del guión hace que se queden en algo superficial, mueren en el intento de ser creados.

Ella que abarca la casi totalidad de las escenas, demuestra tener matices interpretativos.
A ver si su próximo largo dirige a una actriz y no a sí misma, el ego de la pantalla puede ser vampírico.
Karen Gillan, ya ha demostrado que es capaz de componer personajes alienados.

Las situaciones que plantea, con ese ritmo de marcapasos y la confusión de las ideas que trata de desarrollar, quizá sean el mayor obstáculo para poder disfrutar de esta propuesta.
Aún así quiero reivindicar su intento, la soledad es el camino por el que todos transitamos de un modo u otro.

El cine que se hace llamar independiente se reconoce por una cierta precariedad en la puesta en escena que debe ser, imprescindible, suplida por una frescura en el argumento, los actores y la dirección que compensa y, en ocasiones, trasciende más allá y se convierte en cine en estado virgen. Si esta definición, personal y subjetiva, sirve de algo, esta película es una especie de cine independiente de segunda. La historia tiene potencial, aunque no es original, el tratamiento es correcto, los actores también. Pero le falta algo. Alma, empaque, mensaje, se puede llamar de cien maneras diferentes. La historia de una chica casi adolescente con una vida amarga y sin esperanza, con una familia en la que la incomunicación y el aburrimiento están instalados, en una ciudad sin futuro, que de repente sufre un trauma en forma de muerte violenta y autoprovocada de un amigo ya la hemos visto, similar, en muchas ocasiones. No aporta gran cosa, ni la historia, ni la manera de contarla, ni los actores. No es una película que vayamos a recordar, desde luego.