Hermanos en una noche de verano

Hermosa película de Corea del Sur, que tarda un poco, es cierto, en llegar al corazón del espectador pero que poco a poco le va ganando a través de situaciones familiares que llegan a emocionar.
En efecto, tal y como dice la publicidad, se trata de tres generaciones que deben vivir durante algún tiempo, al menos, bajo el mismo techo. El abuelo, el padre separado y sus dos hijos, chico y chica, esta en edad adolescente a la que no le falta mucho para convertirse en una mujer.
Al principio el film no tiene mucho ritmo y todo se ve con respeto pero de forma algo distante. Pero, como he dicho antes, según pasan los minutos y los momentos duros van llegando, la cinta se transforma en un canto a la unión familiar, al respeto, cariño y amor entre sus miembros.
La realización de Yoon Dan-bi es sencilla pero eficaz y las interpretaciones son estupendas, con los dos niños a la cabeza, ambos excelentes en sus composiciones.
Una película bonita en verdad, con sus momentos de humor y los serios e incluso trágicos, conformando un trabajo más que estimable y que deja buenas sensaciones.

https://filmsencajatonta.blogspot.com/

Un padre , su hija adolescente y su hijo pequeño se mudan a la casa del padre de él, un anciano enfermo para pasar con él el verano. Si bien uno de los motivos sería el cuidado del anciano, lo cierto también es que la situación económica del padre es precaria (vende zapatillas en la calle) y no puede costearse ya una vivienda. Se agrega luego al grupo familiar la hermana del padre, una tía con muy buena relación con sus sobrinos y con una crisis conyugal.

Con el título original de algo así como Hermanos en una noche de verano, en esta su ópera prima la directora coreana Yoon Dan-bi retrata la vida cotidiana de esta familia temporalmente ensamblada, que encara como puede, con un espíritu entre resignado (y entre depresivo y rebelde en el caso de la hija adolescente) un futuro ciertamente incierto en lo económico y en lo afectivo, con una ausencia de la madre de los chicos que se va haciendo sentir.

La realizadora muestra amor por sus criaturas, pero el naturalismo extremo de la película, que abunda en escenas que no contribuyen al desarrollo de una progresión dramática (progresión que seguramente tampoco se propuso la directora) y el asordinamiento y la desactivación casi inmediata de las situaciones de conflicto personalmente me sumergieron varias veces en el más absoluto tedio. Y eso que en la película pasan cosas importantes.

*Belleza entre la escasez

Desde su secuencia inicial, en la que se ve a una familia de cuatro integrantes y todas sus posesiones en una pequeña camioneta, abandonando su casa para dirigirse hasta la casa del abuelo, Moving On se muestra como una película muy sencilla, pero sorprendentemente hermosa al mismo tiempo. El largo viaje por callejones y carreteras tiene un ritmo que anticipa todo lo que vendrá a continuación. Esas escenas largas y casi mudas crean una sensación de aceptación silenciosa frente al cambio abrumador. No hay espacio para la réplica, porque tampoco existe alternativa. El padre ha llevado a la ruina a su familia, así que no hay más remedio que mudarse. La casa del abuelo es grande y cómoda. Las circunstancias podrían ser peores, pero es la lenta acumulación de presión, aunque sea leve, lo que amenaza con romper a los protagonistas de Yoon Dan-bi.

*Adaptarse por necesidad

Para Dong-ju, que todavía es un niño y lleva un elefante de peluche casi tan grande como él, el estrés se mitiga con la sensación de aventura. Para su hermana Ok-ju, en plena adolescencia, es una dificultad más con la que lidiar, sumada a las propias de la edad. Es una niña generosa, aunque no siempre paciente con su hermano, el resultado de la situación es que nadie se toma muy en serio sus luchas personales. Cuando su familia está preocupada por cómo cubrir los gastos básicos, su anhelo de una cirugía que le dé forma redondeada a sus ojos, ni siquiera merece una conversación seria, y su timidez sobre su apariencia parece ser invisible para los demás. La relación de sus padres hace tiempo que no van bien, y esto tampoco ayuda a calmar el ánimo de los menores.

Con la salud del abuelo cada vez más frágil, justo cuando Dong-ju comienza a vincularse con él, todos están bajo una tensión constante. La tía de los niños brinda gran parte de su cuidado, pero argumenta, como resultado, la injusticia del hecho que la casa quedara por completo como pertenencia a su hermano, de acuerdo con la tradición, después de la muerte del anciano. El padre progresa poco en la búsqueda de trabajo y Ok-ju, tratando de encontrar formas de preservar su estatus social y mantener a su familia, confunde sus prioridades morales.

*Sencillez visual al servicio de los personajes

Bello retrato de una familia en crisis, Moving On (Hermanos en una noche de verano) explora el conflicto sin perder de vista el amor que existe entre sus personajes. Hay numerosos momentos de comedia y Yoon Dan-bi es capaz de mostrar la alegría que se puede encontrar en los pequeños detalles o en momentos nimios. Todos los actores cumplen con la composición de personajes y el diálogo, de tono natural, es muy efectivo para explorar múltiples interrogantes. Aunque la mayor parte del drama tiene lugar dentro de la casa, Yoon Dan-bi construye sus escenas de una manera visualmente atractiva y narrativamente eficiente.

Una pequeña joya independiente que desde luego no tiene el lustre de Parásitos, pero con mucha menos ostentación es capaz de tratar temas similares y con un tono más pausado. Otra comparación que surge es con respecto al cine de Koreeda, pero como casi cualquier otra, es injusta y no hace ningún favor a la obra. Además de ciertas similitudes con el cine del japonés, la debutante Yoon Dan-bi es capaz de aportar matices propios a esta historia costumbrista.

Escrito por Juan Avilés Torres

La ópera prima del director surcoreano Yoon Dan-bi, que formó parte de la sección Perlas de la pasada edición del Festival de San Sebastián, después de haberse proyectado en los de Busan y Róterdam, es una mezcla de drama y comedia familiar, que se desarrolla en un verano en Corea del Sur donde un padre de familia se traslada junto a su hija Okju y su hijo Dongju para acompañar al abuelo de estos últimos, ya que no se encuentra en condiciones de vivir solo, en un argumento que recuerda mucho al cine del japonés Hirokazu Koreeda que, sin llegar al nivel del maestro nipón, logra mantener el interés hasta el tercio final.

La película se ve con agrado y es la típica historia con niños y personas mayores, con unos momentos con una gran emotividad y unos personajes a los que es fácil cogerles cariño, en especial Dongju, ese niño tan sincero y divertido, y su hermana Okju, que se preocupa por su abuelo enfermo.
El punto más fuerte es el guion, que añade los elementos necesarios para que la propuesta mantenga el interés hasta el final, con unos diálogos muy ingeniosos, ya sean en las situaciones más divertidas o en las más dramáticas, y que refleja la soledad del ser humano en el caso del abuelo, que, gracias a la compañía de sus nietos, pasa lo mejor posible en el final de su vida. Todos los personajes tienen su momento, ya que, aunque la película pone su mirada en el anciano y sus nietos, los diálogos entre la hija del señor mayor protagonista y el padre de Okju y Dongju ponen de manifiesto los conflictos familiares entre hermanos en relación con quien se tiene que encargar del cuidado del padre de ambos.

Me gustaría destacar el trabajo en la dirección de Yoon Dan-bi, que en su primera película demuestra que puede tener un gran futuro, y que igual dentro de 10-20 años sea uno de los cineastas conocidos, dentro de una filmografía como la surcoreana que está de moda, especialmente por el premio Óscar a "Parásitos (2019)".
Una película sencilla, emotiva, con dos personajes infantiles entrañables, y vale la pena el visionado de esta película en donde falla la parte final para haber sido una película mucho más redonda. Recomendable a los que disfrutan con el cine asiático familiar, y en especial con el cine de Koreeda, aunque si la comparamos con el del director de, entre otras, "De tal padre, tal hijo (2013)", esta película sale perdiendo.

LO MEJOR: El guion y los personajes.
LO PEOR: Recuerda mucho al cine de Koreeda y en la comparación sale perdiendo.

Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net