Haz click aquí para copiar la URL

Los cien pasos (I cento passi)

Drama Sicilia, años 50. Cinisi es un pueblo de la provincia de Palermo, conocido por el aeropuerto de Punta Raisi, que los jefes de la mafia local utilizan para sus negocios. Aquí vive el pequeño Peppino Impastato, a cien pasos de la casa del boss Tano Badalamenti, con el que su familia mantiene una estrecha relación, marcada por la ley del silencio. Peppino agobia a su padre con continuas preguntas acerca de la actividad del mafioso, pero a ... [+]
1 2 3 >>
Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
14 de abril de 2009
27 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es Marco Tulio Giordana un director más que interesante. En el 2003 refunda el neorrealismo italiano con "La Mejor Juventud", premio Donatello de ese año, una extensa producción para la R.A.I. donde reconoce y muestra la existencia de las miserias humanas como tales, pero también sin ignorar la autocomplacencia hacia ellas del ser humano. "I Cento Passi" es un magnífico preámbulo. Giordana se traslada a Cinsi, corazón de Sicilia, para filmar la vida de un héroe real, con una historia real y que los años han demostrado merecía ser contada.

Peppino Impastato fue un activista antimafioso que nació en el seno de la propia mafia italiana en Cinsi (Palermo). Su padre, antiguo compañero de cárcel con Mussolini de un capo de la zona, vivía instaurado en la complicidad con los criminales, como el resto de la sociedad siciliana, permitiéndoles ser los amos y señores de la isla italiana. Como bien dice un compañero de Impasto: "Y digamos que nosotros los Sicilianos, queremos a la mafia y no porque nos hagan temerle sino porque da seguridad, porque nos identifica, ¡porqué nos gusta!. Nosotros somos la mafia".

Y este es el mensaje que Giordana transmite con total claridad y transparencia. Como decía al principio, plantea la manera en la que la sociedad se reconoce criminalizada y como la autosatisfacción evita cualquier atisbo de rehabilitación, de acabar con el cáncer. La figura de Peppino enseña al espectador la impotencia y el mal final que tiene el que intenta levantar el puño contra ellos. Y levantar el izquierdo o el derecho, más arriba o más abajo. Porque sus ideas comunistas en este caso no eran relevantes; lo importante eran sus ideas antifamafiosas y su actividad frente a ellas. El meterlo en el mismo saco que los Brigadas Rojas que secuestraron y mataron a Aldo Moro en aquellos años sería una injusticia y un desconocimiento del personaje. Y sí, lo digo por alguna crítica escrita por aquí. Quizás Giordana si insista demasiado y ancle buena parte del film y sus personajes en la idea política, o más bien en enseñar demasiada simbología comunista, y este si puede que sea su fallo más grave. Sin embargo creo que se debe ver más allá. Cuando hay un gran enemigo común poco importa ser de estos o de aquellos.

La cinta también está bien interpretada. Luigi Lo Cascio en el papel principal (repetiría también con Giordana en "La Mejor Juventud") cumple bastante bien sobre todo en la primera parte. Pero sin duda son los veteranos secundarios los que le dan un gran poso y un excelente aire a la cinta. Con una banda sonora fresca y bien ambientada y con algunos textos poderosos y magnificamente ejecutados, "I Cento Passi" representa una notabilísima pieza en la filmografía de este notabilísimo director y sin duda de cita obligatoria para entender la sociedad siciliana desde sus entrañas.
Alfie
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
25 de marzo de 2010
16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es al cine norteamericano a quien principalmente tenemos que achacar el habernos transmitido esa idea distorsionada y completamente alejada de la realidad que muchos tenemos hoy día del concepto de mafia. A través de sus películas y de sus grandes clásicos, Hollywood se ha obstinado siempre en mostrarnos la cara más “amable” del gangster, en presentarnos a éste casi como un héroe romántico y hacerlo desde una perspectiva desde luego totalmente idealizada. Como si ellos, los gangsters, fuesen cosa sólo de la ficción o de las películas, cuando esto en absoluto es así. Por desgracia no lo es.

No dudo de que la intención primera de Francis Ford Coppola en su magistral tríptico de los “padrinos” fuera la de enseñarnos la otra cara del gangster y retratar esa otra parte más sórdida de un mundo tan tradicionalmente idealizado como es el del crimen organizado. No obstante, el cinéfilo tiende en ocasiones a mostrarse excesivamente mitómano; la gran paradoja es que Vito Corleone ha conseguido llegar hasta nuestros días como un personaje casi entrañable. En este sentido, es muy loable la actitud del director italiano Marco Tullio Giordana quien en una de sus películas más interesantes se encargó de desmitificar el mundo de la mafia siciliana mostrándonos su verdadera faz y dando cuenta de su sanguinario papel dentro de la sociedad italiana contemporánea.

En Los cien pasos, Giordana se vale del caso de Guissepe Impostato, un siciliano nacido a principios de los años 50 del siglo pasado en la pequeña localidad de Cisini que dedicó los años de su juventud a denunciar los abusos cometidos por los clanes mafiosos de la zona. Nacido en el seno de una familia víctima como tantas otras de la ley del silencio impuesta por la “cossanostra”, el niño Guissepe no acierta a entender qué clase de extraños vínculos son los que unen a su familia con la del patriarca mafioso del pueblo. Pasan los años, e Impostato asienta sus ideales; se afilia al Partido Comunista, se distancia cada vez más de su padre y funda junto a un grupo de compañeros una emisora de radio independiente. Allí desde su privilegiada atalaya, comienza a atacar tanto a los miembros de la mafia como a quienes los sustentan y protegen. El suyo será un canto libre tan necesario como arriesgado.

Definitivamente Los cien pasos es una película necesaria, desmitificadora e imprescindible. Es también todo un ejercicio de valentía por parte de su realizador, y ahí está el caso más cercano en el tiempo de Roberto Saviano y su Gomorra para ratificar que en efecto es así. Porque la amenaza de la mafia es más real y menos distante de lo que siempre habíamos imaginado. Para algunos, esa distancia es de apenas cien pasos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Juan Solo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
27 de enero de 2009
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para todos aquellos que piensan que este filme es sólo un largometraje más vehículo para hacer propaganda del Comunismo presentándolo como el Bien absoluto contra el Mal que está encarnado aquí por la Mafia... les digo que la película es totalmente verídica. Me he informado sobre la vida de Peppino Impastato y es cierto que, primero, se afilió a un partido socialista constituido por muchos miembros que al disolverse se afiliaron al Partido Comunista y que posteriormente se presentó a las elecciones por un partido prácticamente comunista.

Evidentemente todos sabemos que la Historia nos ha demostrado que en muchas ocasiones en determinados países el Comunismo era (y es) igual a Dictadura pero, por mucho que les pese a los detractores acérrimos del Comunismo, Peppino congeniaba con las ideas comunistas de su entorno que en su lugar de origen fue, el Comunismo digo, la opción más viable para luchar contra la Mafia, al menos la que eligió él para hacerlo.

Dejando a un lado discusiones políticas: aconsejaré a todos mis conocidos este filme porque considero que es realmente cine de calidad, es una lástima que no sea muy conocido. Es cine de denuncia. Se te mete hasta las entrañas, al menos a mí. Ha conseguido desde el primer minuto meterme en la historia. Es cierto que en parte es un homenaje a la figura de Peppino pero qué menos para alguien que tuvo el valor de dar su vida para cambiar la situación podrida de su lugar natal, su familia, su país y su vida. Lo triste es que Italia siga bajo el yugo de la corrupción, la Mafia y la delincuencia.
Toine
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6 de julio de 2009
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El libro de Saviano es uno de los muchos que tengo pendientes por leer. En las entrevistas que he leído sobre el autor de la novela, se desprende una inteligencia y lucidez poco habituales para una persona de 30 años que desde hace varios vive en constante amenaza de muerte.
Desconozco si Saviano ha visto esta película, pero estoy seguro de que si lo ha hecho, se ha sentido identificado con muchas de las situaciones planteadas en esta maravilla hecha película.

El cine de Giordana se caracteriza por mostrar a personas y no actores. El director se recrea en la expresividad de sus actores, fijándose en cada pequeño gesto, cada mirada, cada palabra, con esos primerísimos planos, como si su cámara estuviese atada por un hilo invisible a la piel de los protagonistas. Y funciona, ¡vaya si funciona! Sentimos su congoja, nos indignamos con la injusticia y lloramos cada muerte con rabia.

Giordana trata a sus espectadores de forma inteligente, no explicita la violencia, sino que prefiere centrarse en la atmósfera, en la situación, dejando que sus personajes hagan el resto. Y por supuesto, acompañándolos por una exquisita selección sonora: Django Reinhardt, The Animals, Procol Harum, Domenico Modugno, Janis Joplin, Leonard Cohen... Referencias que utilizará también en la posterior "La mejor juventud", haciéndonos indirectamente partícipes de la historia de Italia a lo largo de los idealistas 60 y los desengañados 70.

Un homenaje sentido y honesto a todas las personas que viven bajo el yugo de la extorsión y el miedo, de la mano de un director siempre recomendable. Magnífica.
tantra
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
11 de junio de 2014
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si algo podemos envidiar de los italianos es su cine (aunque seguro que hay más cosas). Una vez el cine italiano dominó el mundo. Vittorio de Sica, Elio Petri, Luchino Visconti, Federico Fellini, Roberto Rossolleni, Paolo Pasolini, Bernardo Bertolucci, Gillo Pontecorvo, Mario Monicelli… Todos, o prácticamente todos, estrechamente ligados al potente PCI. No sé si fue el caso de Giordana, pero sin entender que el PCI fue el Partido Comunista más grande de toda la Europa occidental, bastante más que el propio Partido Socialista italiano, no podríamos entender la existencia de esta película.

Giordana nos narra la historia de un joven llamado Peppino Impastato que nace en el seno de una familia mafiosa, en el corazón de la Sicilia (Cinsi) de los años 50. Casi nada. Peppino se convierte por azares de la vida (y concretamente por las influencias de un pintor) en un activista contra la mafia en concreto y por la revolución en general. A pesar de las presiones (más que obvias) por parte de su propia familia, Peppino no cede a la presión y aun viviendo a cien pasos del capo sigue su lucha, convirtiéndose en todo un referente.

Una de las grandes facultades de la cinta es que nos muestra la Sicilia mafiosa desde las entrañas. “Y digamos que nosotros los Sicilianos, queremos a la mafia y no porque nos hagan temerle sino porque da seguridad, porque nos identifica, ¡porqué nos gusta!. Nosotros somos la mafia”. Otra de las facultades de la cinta es que Giordana nos muestra, quizá sin quererlo demasiado, las tensiones políticas que hubo en Italia dentro del movimiento obrero. Eran los tiempos de la Operación Gladio, de la alianza de todos (incluída la mafia) contra el PCI. Todo esto, que no es poco, unido a factores internos, suponen un repliegue dentro del propio PCI que acabó sacralizando en el “compromesso storico” y, en última instancia, en su autoliquidación en 1991 aun con más del 20% de los votos y más de un millón de militantes. Estas contradicciones, que ya afloraban por aquellos entonces durante el segundo mandato de Palmiro Togliatti (conocido amigo español, por cierto), se ponen de relieve cuando Peppino (tras discrepancias internas) acaba finalmente yéndose a Democracia Proletaria (partido trotskista con escaso protagonismo fundado en 1975).

Esa segunda parte de la película transmite hastío, decepción y una especie de autocomplaciencia personal a sabiendas de que no había posibilidad real de cambiar las cosas. Pero Peppino sigue con su radio, aportando su granito de arena. Y el final es triste, pero porque Giordana al elegir la historia nos intentaba decir: esto es lo que pasa normalmente cuando alzas tu voz contra los poderosos. No hay más que eso: una historia real y realista (bien narrada y bien interpretada) de los miles de héroes anónimos o conocidos que se jugaron lo mejor de sus vidas y algunos sus propias vidas por intentar vivir en un lugar más habitable. Hay que recalcar, eso sí, la exquisita selección musical: de Cohen a Joplin.

En fin, una película muy buena que hace justicia, que no es poco. En España, salvo alguna honrosa excepción (7 días de enero, Salvador Puig Antich…), no solemos poder decir lo mismo de una película.

“I cento passi del dolor, Peppino Impastato/ ácido del pueblo, primo, hasta que caiga el capo” (Juancho Marqués)
Ángel de la Cruz
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow