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Atlantis

Drama Aclamada superproducción de la época, que fue bastante polémica por la novela en la que se basaba, que narraba como un gran transatlántico se hundía en el océano. Gerhart Hauptmann la escribió poco antes del hundimiento del Titanic en 1912, y cuando recogió el Nóbel de Literatura un par de años después fue considerado como un 'profeta'. (FILMAFFINITY)
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
26 de enero de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine, en su temprana edad, ya era un gran recurso dpnde se podían contar grandes historiad y algunas de ellas no exentas de moraleja o mensajes subliminales que dando rienda a la escenografía del espectáculo dejaba evidente la intencionalidad de que la película tuviera vida propia. D.W. Griffith le daría más enfásis acentuando el foco en el montahe como hilo narrativo pero anteriormente las secuencias quedavan condicionadas al plano fijo con lo cual la fotografía cobraba una vital importancia en el desarrollo de la película.

“Atlantis”, por el año en que se rodó y la técnica que se usó es anterior a los planes ambiciosos que seguramente el norteamericano Griffith (si lo cítamos como referente a dos años vista de su colosal “El Nacimiento de una Nación” (The Birth of a Nation, 1915)) ya tenía planeado en mente. Pero el danés August Blom solo podía utiluzar los ya mencionados planos fijos y recurrentes que se adueñan de un metraje que ya de por si es soberbio. Gracias a un guión que nos plantea de lo más apasionante en su época escrito por el Premio Nobel alemán Gerard Hauptmann: el viaje en transatlántico hacia América que lleva en su pasaje al Doctor Friedrich Kammacher (Ølaff Fonss), atraído por la bailarina Ingigerd (Ida Orloff), después de no poder superar el drama conyugal que ha llevado a su esposa a la locura aunque otra tragedia se cierne en alta mar.

Se ha hablado mucho de cierto malditismo que rodea ésta pequeña joya del cine mudo en su fase de pre-producción (se costeó durante la tragedia del Titanic) pero no estaba dada la intención porque si nos referimos a la moraleja del film la conclusión es otra: el dilema de un hombre desesperado como Kammacher en la búsqueda de sí mismo en un viaje accidentado que no deja de ser una prueba más de la realidad en la que debe enfrentarse. Y no solo el naufragio pero también la soñada norteamérica que lo recibirá como un héroe, merecedor o no, de ser.

Como anécdota en el equipo de rodaje, de ayudante de dirección, había un tal Mihály Kertész conocido más tarde como Michael Curtiz, director de la magistral “Casablanca” (1941), antes de emprender su carrera en Hollywood a mediados de los años veinte. Casi una década después de haber trabajado en un film como “Atlantis” quedando ya lejos en el olvido del no tan silenciado cine mudo.
Natxo Borràs
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15 de marzo de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
1913, ese fue el año elegido por Blom y la Nordisk para realizar Atlantis, una superproducción que le genero prestigio internacional nunca antes imaginado a la Nordisk film, aunque ese prestigio vino acompañado de incontables criticas por su trama, esta basada en el hundimiento de un barco justamente un año después de la tragedia del Titanic aunque en realidad fue una adaptación de la novela "Gerhart Hauptmann" que relata un viaje a Estados Unidos. El elevado presupuesto de la película tiene que ver con la gran cantidad de paisajes que nos muestra Blom con una técnica de realismo excepcional a través trávelings exteriores que se mezclan con primeros planos de los protagonistas, como en la maravillosa escena del doctor en Berlin. Otros puntos sobresalientes pueden ser la actuación de Olaf Fønss y sus expresiones de dramatismo puro o el gran Johan Ankerstjerne que se encargo de toda la fotografía y luz.
mlukasievicz
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24 de diciembre de 2017
0 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tal como pasó en su época, parece sacado de una versión anterior de Titanic. Una historia de amor, donde el trágico suceso del hundimiento de un barco es punto clave, aunque no tanto como lo es en Titanic.

Lo que más me ha gustado, es que mete la cámara allá donde sea, haciendo planos diferentes y muy buenos. Como filmar fuera del barco como bajaba la barca, o los exteriores de Berlín y Nueva York. Sobre todo esto me llamó muchísimo la atención, ver estas dos ciudades a principios del siglo pasado. La gran diferencia: Berlín había poquísima gente en la calle, casi desierto y en Nueva York era un nido de hormigas.

También la gran maqueta del barco hundiéndose es genial, aunque la escala no fuera acertada, porque se ve el barco pequeño para las personas que estaban subidas, pero, para la época que fue y con los recursos que se disponían está genial.

Tal como dice la crítica, meter con calzador a artistas hace la película algo extraña, como el hombre sin brazos.

Y metiéndome más en profundidad con el guión, pues no me ha gustado una parte, ya que es muy machista, muchísimo. Resumiendo, se trata de un matrimonio que la mujer tiene una enfermedad mental que hace que la ingresen a un sanatorio. Hasta aquí bien (ya que es peligrosa). Entonces él se va a hacer viajes por Europa, en Berlín es donde se enamora de una bailarina (que lo es en la vida real, madre mía, que mala era, o realmente antes se bailaba así, no sé), y ella hace de mala al ser amante de muchos hombres. Pues el protagonista, erre que erre la sigue (no se va a Nueva York en busca de un médico para su mujer, tal como dice algunas sinopsis, si no se va en pos de la bailarina). Al final la consigue conquistar porque la salva del hundimiento, pero una vez recuperada, ella sigue ligándose a otros hombres. Él cansado se va a las montañas, y ahí la sigue otra mujer que se enamora de él, y entonces se quedan juntos (en el final feliz, en el final triste, él muere justo cuando llega ella). En fin, machismo en estado puro: él detrás de varias mujeres, mientras su mujer se va muriendo en el sanatorio, que al final muere y mejor para él, porque queda libre.

No entiendo como en aquella época con la censura que había, se permitía verse estas infidelidades. Pero no pasa nada, él es un hombre y lo puede hacer.

Como curiosidad, uno de los dos directores asistentes, es Mihály Kertész , que luego se puso el nombre de Michael Curtiz, director de Casablanca años más tarde.

Le pondría un 7 incluso podría darle un 8, pero le bajo puntos por ese machismo.
edugrn
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