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La montaña siniestra

Aventuras Zachary Teller, un viejo guía alpino, acompaña, contra su voluntad, a su hermano Chris, que quiere apoderarse de las pertenencias de los pasajeros de un avión que se ha estrellado contra un pico de los Alpes franceses. (FILMAFFINITY)
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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
30 de abril de 2011
24 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad, la acabo de ver y me parece un película más que estimable... no es que sea una obra maestra pero tiene dos personajes muy bien trazados y una historia que no decae.
El único pero que le pondría es la verosimilitud de escoger a un actor tan anciano como Tracy para este tipo de papel, sicológicamente es muy acertado su personificación del personaje porque crea una relación con el hermano menor muy intensa pero en el aspecto puramente "físico" deja bastante que desear y cuesta creer sus habilidades en la montaña sin esbozar una sonrisa irónica.
Curioso, acabo de consultar con imdb para ver la edad de Tracy y tenía 56 años (nació en 1900) pero teniendo en cuenta que murió con 67 años y que siempre fue un actor que daba más edad en pantalla que la que tenía realmente (quizás debido a esa magnificas canas) su elección me sigue pareciendo discutible.
Aún así la película es un completo disfrute, al menos por mi parte, ojalá las películas de ahora tuvieran un 20% de la dificultad interpretativa y sicológica que manejan Wagner y Tracy en este filme, con dos personajes antagónicos pero que tienen bien claras sus motivaciones. (ver spoiler 1)
Respecto al aspecto técnico las transparencias sin llegar al nivel de Narciso Negro están bien hechas, quizás la peor realizada sea la última (ver spoiler 2).
Otra película desconocida por mi parte que merece verse y disfrutarse, darle una oportunidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
lovekraft
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3 de junio de 2012
17 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un avión de pasajeros que cubre la ruta, Calcuta – Paris, se estrella en los nevados y helados parajes de una cumbre montañosa de Los Alpes (escena que abre la película, impactante y bien mostrada aun en lo evidente del uso de maquetas) a cuya falda está situado un pequeño pueblo, en el que conocemos a los hermanos Zachary y Christopher Teller (Spencer Tracy y Robert Wagner), el uno un pastor de ovejas que subió a esa montaña en compañía de su padre cuando tan solo tenía 12 años, y luego fue el primero en coronarla en solitario, pero que tras un accidente mortal de un inglés en una expedición que encabezaba como guía, decidió no escalar nunca más creyendo que la montaña no le quiere, y el otro, un necio joven amoral con ansias de medrar al que le oprime la vida en ese pueblo.

En un intento por llegar al lugar del siniestro antes de que llegue ese invierno que está a la vuelta de la esquina, muere un guía amigo de Zachary, y el equipo de rescate dando a todos los pasajeros por muertos, decide retirase y esperar al verano siguiente para rescatar los cuerpos, momento en que entra en escena la amoral ambición de Chris, tratando de convencer a su hermano para subir y lograr de lo que carguen encima los muertos, y/o, ese macutazo oído sobre un cargamento de oro, un dinero que de otro modo la naturaleza destruiría, Zachary horrorizado ante esa idea de robar a los muertos y debido a ese amor de hermano mayor ante un joven con el que ejerce de padre (tras la muerte de su madre fue criado por el) trata de quitarle la idea proponiéndole que venda la casa familiar en la que viven y así reúna el dinero que dice necesitar para su nueva vida lejos del pueblo, Chris contrariado se prepara para subir solo, y Zachary, sabiendo que eso sería su muerte segura, se ve muy a su pesar obligado a ceder a ese chantaje emocional, y a subir con él.

Sigue en spoiler por falta de espacio:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
tiznao
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4 de octubre de 2013
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entretenida película de aventuras de Edward Dmytryk para la Paramount con una estupenda fotografía en color y Vistavisión de uno de sus habituales operadores, Franz Planer. Basada en una novela que desconozco de Henry Troyat, por lo tanto, no se si la adaptación es fiel. En mi opinión la historia es una revisitación del episodio bíblico de los hermanos Caín y Abel, aunque con diferente desenlace.

Zachary Teller (un estupendo Spencer Tracy) es un humilde pastor de aldea, antiguo guía de montaña que arrastra un trauma, la muerte de un compañero en la escalada, que no ha logrado superar, ama la naturaleza y la vida sencilla pero respeta mucho la montaña. En cambio, su hermano menor, del que Zachary se siente responsable, Chris (Robert Wagner) es un joven orgulloso, ambicioso e imprudente, que tras conocer el accidente de un avión, que transportaba un sustancioso botín, decide ascender a la cima de la montaña, donde tratará de hacerse con la mercancía valiosa, para salir de su mediocre vida. La gran Claire Trevor hace un papel menor como viuda enamorada de Spencer Tracy.

La película, dramáticamente es un tanto plana y esquemática, pues no hay una verdadera profundización en los personajes, para poder entender mejor el comportamiento de cada hermano y la relación entre ellos. La historia está centrada en esa aventura que es la ascensión a la cumbre y las consecuencias que ello conlleva, creo que el guión no está lo suficientemente trabajado, por lo que respecta a la dirección, creo que es un trabajo rutinario de Dmytryk que no pasaba por sus mejores momentos personales.

Edward Dmytryk fue uno de los “Diez de Hollywood” perseguido por el Senador McCarthy, fue llamado a declarar ante el infausto comité de actividades antiamericanas en 1947. Sobre él recayeron todo tipo de maldiciones puesto que fue el único que accedió a dar nombres algunos años más tarde. En principio se negó a delatar a sus compañeros del partido comunista en el que militaba desde 1944. Fue condenado por ultraje al congreso y se exilió en Gran Bretaña para evitar la cárcel, donde pasó casi dos años y rodó dos películas. Forzado a volver a Estados Unidos para renovar el pasaporte fue encarcelado y tras seis meses en prisión accedió a dar nombres. Esta terrible experiencia le marcó su vida para siempre a pesar de ser un interesante director, su fama de traidor le perjudicó.
Antonio Morales
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25 de febrero de 2017
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El 3 de noviembre de 1950, un avión de Air India, registrado con el nombre de Princesa Malabar, con 40 pasajeros a bordo y ocho tripulantes, hacía el trayecto Bombay-Estambúl-Génova-Londres, pero, al tratar de sobrepasar el Mont-Blanc (Monte blanco) en territorio francés, a las 10:43 a.m. chocó contra el pico de la montaña glaciar… y no hubo ningún sobreviviente. Debido a los fuertes vientos, las tormentas y la baja visibilidad, los rescatistas solo pudieron llegar al lugar de la tragedia dos días después.

Henri Troyat (1911-2007), prolífico escritor de origen ruso (nació en Moscú como Lev Aslánovich Tárasov), gran admirador de Tolstói y Dostoievski, quien se formó y publicó toda su obra en Francia (“La araña”, “Mientras la tierra dure”, “Los herederos del porvenir”…), al enterarse del accidente del avión indio, se sintió inspirado por aquella majestuosa montaña que él ya conocía, y surge entonces una historia que sirve de bella metáfora para ilustrar las diferentes maneras como los seres humanos recorremos la existencia. La publicaría con el título “La neige en deuil” (La nieve de luto, 1952).

La montaña es la meta (el propósito de la vida); la falda ofrece los obstáculos que debemos superar para alcanzar la realización, y al subirla en compañía de otro(s) (la sociedad), tenemos ocasión de servir, de guiar, de ser solidarios y generosos, mientras que, individualmente, podemos demostrar nuestra perseverancia, fortaleza y fe. De igual manera, la incompetencia, el egoísmo, la ambición personal y otras liviandades, pueden ser las debilidades y sentimientos que el ser aflore… y entonces, cada quien recibirá las consecuencias de sus actos, porque, como dicen los grandes maestros: “Es con el otro que te salvas o es con el otro que te condenas”.

Con guion de Ranald MacDougall (Objetive Burma, Mildred Pierce, The Breaking Point…), “LA MONTAÑA SINIESTRA” acierta a plenitud con este trascendental mensaje, y gracias al vigor interpretativo de Spencer Tracy y Robert Wagner, y a los satisfactorios efectos visuales y especiales que todavía lucen bastante convincentes, la historia se preserva intacta como experiencia de vida. De otro lado, sus marcadas dosis de suspenso, drama y conflicto humano en esa esplendorosa ambientación, cumplen ampliamente con los niveles de entretenimiento que el público espera.

Curiosamente, en la vida real Tracy fue ejemplo de hombre coherente, crítico y profesional hasta la médula, y sigue siendo, él en su esencia, subiendo aquella agreste montaña cuando ya había sobrepasado la mediana edad. En cambio, Wagner, tras la muerte de su maravillosa esposa, Natalie Wood, en circunstancias que sembraron toda suerte de especulaciones, perdió vuelo y permaneció muy lejos de los niveles que alcanzara Tracy en los años posteriores al rodaje de esta película.

El director, Edward Dmytryk, quien ya había dirigido a Tracy y a Wagner, dos años atrás, en “Broken Lance” (donde hicieron de padre e hijo), los junta ahora como dos hermanos para darnos una muy bella recreación de los caminos de la vida.

Esto es, Cine para Aprender a Vivir.
Luis Guillermo Cardona
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24 de septiembre de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Edward Dmytryk nos presenta un estudio sobre la codicia humana a través del comportamiento de dos hermanos, uno mucho más mayor y humilde, y el joven, que harto de su miseria pierde cualquier atisbo de moral y ética a fin de enriquecerse, por lo que obliga a su hermano mayor, que le cuidó desde que era prácticamente un bebé a iniciar una escalada hasta un avión siniestrado en lo alto de un pico prácticamente inaccesible. Durante el camino y la escalada descubrimos la catadura moral de cada uno de ellos.

Grandes escenas de escalada con los medios de que se disponía en 1.956, que ahora nos parecen arcaicos, con una gran fotografía de los Alpes franceses mezclados, desgraciadamente, con escenas rodadas en el estudio que cantan demasiado.

Gran trabajo de los dos protagonistas, Spencer Tracy y Robert Wagner, aunque la diferencia de edad delata que difícilmente puedan ser hermanos.

Interesante, 6.
andeltor
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