La dama roja mata siete veces

Poco filmó, afortunadamente, Emilio Miraglia. Fue, sobre todo, ayudante de dirección o director de segunda unidad. De sus seis títulos como realizador, dos son gialli, La noche que Evelyn salió de la tumba, que no tengo el (dis)gusto de haber visto, y la presente. Precisamente, La dama roja ha sido glosada este mes por Ramon Freixas en Dirigido. A él os remito. Mezcla de horror gótico y giallo puro y duro, La dama roja no presenta auspiciosas cualidades. Dos hermanas heredan un lóbrego castillo y las muertes empiezan a menudear, cometidas por una misteriosa mujer vestida de rojo. ¿Es la maldición ancestral, o algo más prosaico?. Tenéis hora y media para dilucidarlo. Entretanto, podéis distraeros con asesinatos más o menos divertidos (mi favorito es de la verja del castillo), diálogos poco o nada ocurrentes, un drogota que sale para despistar, un puñado de sustos ramplones, y algunos desnudos, breves y fugaces, de las dos especialistas en la materia, Barbara Bouchet y la sin par Sybil Danning, a quien cuesta imaginar vestida. Bruno Nicolai aporta una colonna sonora grandilocuente, en un intento (otro más) de remedar al maestro Morricone, pero claro, hay tareas imposibles. La fotografía abunda en los tonos chillones propios del género, y el villano no deja de ser sorprendente. Por 2 euros que me costó, me lo pasé bien dentro de su mediocridad. Sólo para amantes del giallo.

Flojo, irregular, decepcionante y bochornoso Giallo, echando a perder una propuesta interesante que podría haber dado para algo mucho más llamativo e interesante. Pobres interpretaciones y mala calidad técnica en su conjunto. Intrascendente y para olvidar.

Uno de los giallo más interesantes que he podido ver. Para empezar me gusta mucho cuando se intenta mezlcar posible tramas sobrenaturales con una de suspense policial, y me encanta el hecho de que casi hasta el final de la película te estas preguntando a tí mismo quién podría ser el asesino, y casi seguro que te equivocas al final.

Por supuesto no algunas tramas y giros no están tan trabajadas como debería, pero al menos no sufre mucho de un clásico cliche del giallo: el "personaje que aparece de la nada para la trama"; sí es verdad que el foco de la historia cambia mucho entre personajes, pero al menos siempre están presentes lo suficiente como para que no te sientas que el guionista acaba de sacarselo de la manga.

Otro punto a favor es lo macabra que puede ser la cinta, algo que es habitual en los giallo por supuesto.

Sin duda esta cinta de Miraglia es un "must see" para todo aquel que está adentrándose en el universo del giallo.

Clásico giallo italiano, aunque en este caso coproducido entre Italia, Alemania Occidental y Mónaco.
Tiene todas sus características, intriga, suspense, asesinatos, situaciones que bordean lo paranormal, colores estridentes, música marchosa (Bruno Nicolai) e intérpretes femeninas preciosas y muy sensuales.

La película, para mi gusto, se deja ver pero más que nada por beneficiarse de un último tercio en verdad inspirado, con tensión acumulada y mucho interés bien mantenido para averiguar quién o quiénes son el/los asesino/as.
El resto es lo de siempre, vulgaridad en los diálogos, bastantes momentos faltos de fuerza dramática y minutos insulsos.
Claro que, de vez en cuando sucede algún asesinato que devuelve el atractivo, la atracción hacia la historia, una historia que promete mucho en su prólogo pero que luego se vuelve algo, distinguido en la forma, sí, pero más corriente de lo que hubieran deseado sus creadores.

Se puede ver y no molesta, pero durante gran parte del metraje es algo inane. Pero va de menos a más.

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