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El joven Winston

Drama Cuando Winston Churchill era niño, sus padres estaban tan volcados en sus respectivas actividades que no le prestaron apenas atención alguna. Siguiendo los deseos de su padre, un prestigioso político conservador (tory), se alistó en el ejército y participó en la guerra anglo-bóer (1899-1902), donde estuvo a punto de morir. Terminada la contienda, se dedicó a la política hasta el fin de sus días. (FILMAFFINITY)
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
26 de agosto de 2009
24 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ante todo habría que prevenir que al que no le vayan ni la figura de Winston Churchill ni el frío academicismo inglés, mejor que ni se asome a esta película. La encontrará un tostón. Y al que le vaya la encontrará como mucho interesante, porque buena no es.

Cuenta la infancia y adolescencia de un héroe. Pero atentos, fue una juventud fracasada. Porque Winston Churchill fue un estudiante pésimo, no por aptitud sino por falta de interés, y su padre lo metió en el ejército porque no veía futuro para él.

Attenborough cuenta episodios deslabazados de sus primeros pasos, que aunque son ciertos y casi textuales, para el que no haya leído una biografía de Churchill se va a quedar en fuera de juego, ya que narrativamente es un desastre.

Aún así, se esbozan la relativamente tensas relaciones con su admirado padre, o más bien no relaciones, que estaba más loco y era más insentato que él; la resistencia a la espartana y traumática educación primaria que recibió, que consistía como a todo aristócrata inglés en destruir totalmente la personalidad a palos para crear el gentleman estereotipado; sus andanzas militares en la colonias que le llevaron finalmente por un hecho fortuito heroico a las puertas de donde estaba su difunto padre: el parlamento. Y sobre todo hay pinceladas de su controvertido carácter: un ego descomunal, una ambición desmedida, un individualismo atroz, y una irreductible resolución de ir de fracaso en fracaso hasta la victoria final.

La parte más desaprovechada del film es la primera, destinada a las relaciones familiares. Y eso que Robert Shaw está muy bien como ese Lord Randolph Churchill que apagaba tanto a su hijo, y Anne Bancroft no desentona como esa madre que era un belleza mundial y que se desvivió por su hijo... en la distancia, ya que aunque lo oculten en la película las artes amatorias las reservaba para sus célebres amantes, de ahí su influencia supongo. El cariño a Winston se lo daba su niñera, como a todos los niños aristócratas de la época.

La segunda parte son sus correrías guerreras de juventud. Es más entretenida porque el tema aventurero se presta. Finaliza con un breve epílogo político en el que en la versión doblada meten la pata al poner a Lloyd George como laborista, cuando era liberal y futuro jefe de Churchill en su primer paso de partido.

En fin, que si se tiene interés por Winston Churchill tiene un pase, aunque da pena la manera de desaprovechar una materia prima que daba para mucho. Quizá el problema es ése precisamente, que quien mucho abarca...

Vaya rollo-mierda de crítica que me ha salido. Ciao!
Gilbert
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9 de septiembre de 2008
18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ningún personaje ha sido tan importante en el pasado siglo como Churchill, el último bastión de la pugna contra las dictaduras de extrema derecha europeas cuando todos se daban con un canto en los dientes por el acuerdo de no agresión firmado (más bien bajada de pantalones diría yo) entre Hitler y Chamberlain. Luchó hasta el final por convencer al mundo de que los alemanes no estaban buscando anexionarse Polonia y poco más, si no que querían el mundo, y en él sólo vivirían los elegidos, y miedo da pensar el poco halagüeño futuro que le esperaba al género humano si Chamberlain nunca hubiese dimitido y Churchill se hubiera puesto al mando del Reino Unido una vez que Francia había caído. Por tanto, poco menos que un homenaje decente en el cine se merecía la personalidad más importante del XX, y Richard Attenborough, quiso brindársela con la irregular El joven Winston, relato folletinesco que recorría la juventud del mandatario inglés desde su infancia hasta el momento en que decide seguir el camino de su padre adentrándose en el escabroso y traicionero mundo de la política, pero que naufraga por la inconsistencia de su narración, por el academicismo aburrido del que siempre hace gala el veterano realizador y por la pobreza de un guión unido a la frialdad en la puesta en escena que no levanta el vuelo ni en sus escenas más o menos aventureras.

Narrada a grandes saltos con lagunas temporales en las que nunca conocemos qué ocurre, y en la que no se llega a comprender demasiado bien la participación de algunos personajes en la trama y su relación con Churchill, caso especialmente sangrante el de su cuidadora, por no hablar de algunas escenas en la que los protagonistas hablan a cámara para explicar quién sabe qué, intentando establecer vínculo con el espectador rompiendo la barrera que supone la pantalla de cine, pero que realmente repiten ideas ya expuestas y que poco o nada aportan a la historia. La frialdad predomina durante todo el metraje, haciendo imposible la empatía con los protagonistas, meras sombras arquetípicas carentes de motivación alguna. La cinta arranca de manera apresurada, intercalando varias escenas que poco o nada tienen que ver con lo que se cuenta a posteriori, y que parecen aventurar que la cinta va a ir por un camino que finalmente no termina de tomar, como es el de la aventura pura y dura. La deficiente escritura del guión hace que deba usarse una voz en off para completar, aparentemente, lo que no sabe nunca el espectador, o más bien lo que Attenborough cree que este no sabe. Nos hallamos ante el primer error. El uso mezclado de diversas voces narradoras no hacen más que subrayar lo que ya de por sí cuenta la cámara, evitando que se cuente con imágenes en otros casos, siendo un recurso narrativo bastante pobre que provoca un efecto redundante constante, y que no hubiese hecho falta si el realizador tuviese las mínimas nociones del uso de las elipsis.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Tony Montana
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23 de septiembre de 2016
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay personajes a los que muy pocos quieren, pero fueron necesarios. A Winston Churchill se le tildó de egocéntrico, ambicioso, terco, prepotente, demagogo… y otros tantos epítetos que daban cuenta de su mal carácter y del poco afecto que muchos le tenían. Hacía lo que fuera por obtener medallas que respaldaran su futura carrera política; hizo parte de algunas guerras invasoras (India, Sudán, Sudáfrica…); se arriesgaba por el puro afán de ser considerado un héroe; cambiaba de partido cada que se sentía incómodo donde estaba… pero, esto sí, no se puede negar que fue un hombre ejemplar en esa férrea capacidad de seguir su destino y que, en parte, gracias a él se logró consolidar la alianza Inglaterra-Unión Soviética-Estados Unidos, que permitió acabar con el temible avance de las fuerzas nazi-fascistas durante la II Guerra Mundial.

Durante sus largos años en Inglaterra, el productor y guionista Carl Foreman, fue invitado a un encuentro con Winston Churchill, tras la complacencia que, el entonces exprimer ministro, sintió viendo “Los cañones de Navarone”. El principal motivo del líder inglés, fue sugerirle que hiciera una película con su autobiografía “My early life: A roving commission”, de la cual, según él, “podía salir un excelente film”. Cuando el proyecto se sacó avante algunos años después, de seguro se pensó en dos partes: Una, “EL JOVEN WINSTON”, para la juventud de Churchill hasta su ascenso al parlamento, y otra, sobre sus años de madurez como primer ministro hasta su retiro… pero, es muy probable que, la regular acogida que recibió la película debido, seguro, a la objetividad de Foreman con su guion y a que, su director Richard Attenborough, fiel a su estilo sutilmente crítico (véase como ejemplo, la entrevista para la entrada de Churchill al Parlamento o el contraste en la escena de la fuga en tren con los insertos de titulares de los medios), no hicieron nada para glorificar al personaje y este resultó tan poco simpático que, muy probable es que nadie se haya encariñado con él -nosotros incluidos- y el ego de Churchill se debe de haber sentido bastante maltrecho.

Pero, aunque no hayamos logrado empatizar con ninguno de los personajes, visto en su apego a la verdad, y en la sutileza y efectividad con que se logra plasmar cada hecho de la historia, “EL JOVEN WINSTON” resulta un filme plausible y necesario, y siento que mucho me hubiera gustado ver la posterior aventura del señor Churchill, contada por los mismos talentos de Foreman-Attenborough.

Para resaltar, la excelente puesta en escena en terrenos marroquíes, la banda sonora y la fotografía que resultan muy efectivas, y la convincente actuación de Simon Ward haciendo de Churchill, al lado de dos grandes que hicieron de sus padres: Robert Shaw y Anne Bancroft. La que aparece fugazmente como su primera novia, Pamela, es Jane Seymour, entonces casada con el hijo del director.
Luis Guillermo Cardona
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19 de febrero de 2013
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Diez años antes de la excesivamente premiada "Ghandi", el realizador británico Attenborough ya mostró su gusto por la biografía de personajes legendarios de la historia inglesa. No se anduvo por las ramas al seleccionar al que probablemente sea el estadista más importante del siglo XX, pero con la peculiaridad de retratar sus años de juventud en vez del momento culminante de su vida, en la II Guerra Mundial.
El filme es largo, irregular y aglutina las virtudes y defectos clásicos del cine histórico inglés: grandes actores e impecable factura formal entre las primeras y ausencia de vigor narrativo y tendencia a alargar en demasía la función de las segundas. La estructura de saltos en el tiempo y narración en off funciona sólo a medias y se tiene la sensación que el montaje final no ha sabido ensamblar del todo el material del que se disponía.
Es interesante, sin embargo, el retrato que hace del joven Wiston: arrogante, atrevido, seguro de si mismo; impasible ante sus fracasos y convencido de su destino en la vida, algo no muy lejos, probablemente de la realidad. Las relaciones con sus progenitores son también un importante motor de la película, en especial, la tirantez siempre existente con su padre (un excelente Robert Shaw) que nunca llegó a confiar en su hijo y conoció un final trágico que marcó de forma decisiva al protagonista. De esa relación salen los momentos más emotivos de la película
Las peripecias aventureras del futuro Primer Ministro resultan menos interesantes que el análisis de atrevido joven al que encarna con bastante fortuna Simon Ward. Para acercarse al legendario dirigente su extensa producción literaria resulta más recomendable que cualquier película. Churchill, convine recordarlo fue un gran escritor no reconocido por la intelectualidad oficial y sus libros de memorias son auténticas joyas.
Reservada a amantes del cine histórico
ALVARO
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4 de mayo de 2022
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magnífica biografía del joven Winston Churchill. Adecuada ambientación y cuidada recreación de los personajes y las situaciones. Magníficos los padres del muchacho, tanto Shaw como Bancroft; y por supuesto los tres actores que dan vida al insigne Sir Winston; tanto el niño, como el adolescente, y por supuesto Simon Ward. El parecido físico es notable, lo cual le confiere un aire de realismo indiscutible.
Estupendos todos los secundarios, y ese aire British tan magnífico en cada situación , con alguna dosis de humor dosificada a la perfección. Así mismo están recreados estupendamente los momentos de entrevistas por parte de la prensa, en la que los protagonistas miran fijamente a la cámara y dan su versión de los hechos.
Muy recomendable conseguir la versión original, para poder ver las escenas que se suprimieron en la versión estrenada en los cines españoles.
Un acierto la batalla de Ondurman, donde los británicos derrotaron a los rebeldes sudaneses. Una magnífica carga de caballería encabezada por el grandísimo Sir Winston Churchill
Recomendable para todos los amantes del cine, de la cultura, de la historia de la Gran Bretaña, y de los admiradores del cine inglés en particular.
p1471789
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