Haz click aquí para copiar la URL

Los hermanos Del Hierro

Western. Aventuras. Drama Norte de México, principios del siglo XX. Reynaldo del Hierro es asesinado a balazos por Pascual Velasco mientras cabalga con sus hijos Reynaldo y Martín. En el velorio, la viuda les inculca deseos de venganza. Algunos años después, Martín asesina a Velasco. Este será el punto de partida de una serie de homicidios relacionados con los hermanos Del Hierro. (FILMAFFINITY)
1 2 >>
Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
24 de junio de 2010
20 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Insólito western moral mexicano de sorprendente parentesco argumental, tonal y conceptual con el sobrio “El sabor de la venganza” que firmase en 1963 Joaquín Romero Marchent contando, al igual que aquí, la historia de unos hermanos envenenados y condenados por el deseo de venganza de una madre. Dirigido por el exitoso Ismael Rodríguez, más que curtido como realizador de multitud de títulos a mayor gloria de Pedro Infante, asombra por su intensa atmósfera fatalista, su desafuero melodramático y un vigor formal que acoge momentos casi fantastique (el plano cenital con la madre, una soberbia Columba Domínguez, dando vueltas dentro de la casa azotada por el viento mientras sus hijos se dirigen a cumplir un destino monstruoso) potenciados por una magnífica fotografía nocturna y de interiores, elegantísimas transiciones (del velatorio a una noche de amor y vuelta solo con un elegante movimiento y un imperceptible corte) enfrentadas a ráfagas de montaje abrupto, casi violento y a un uso insensato del zoom.
Resulta igualmente llamativa la forma en la que antecede ciertos modismos del spaghetti-western, desde ese principio que anticipa el de “La muerte tenía un precio”, al plano subjetivo desde el punto de vista desde el cañón de una arma.
Muy bien interpretada, especialmente por el nutrido reparto de secundarios estelares donde destacan con fuerza Emilio “Indio” Fernández como el desencadenante de la tragedia y un Ignacio López Tarso como torturado pistolero que enseñará a los muchachos a manejar el revolver, y rematada con un final por completo memorable.
Adrián Esbilla
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
31 de diciembre de 2011
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un muy buen western en el que no faltan la acción y las buenas actuaciones. Recuerdo haberla visto cuando era un niño y me impresionó de gran manera. He tenido la oportunidad de verla de nuevo (muchos años después) y sigue gustándome. La verdad que no soy fanático del género, pero este tipo de western sí que llama mi atención.
No sé las razones por las que los puristas del western desdeñan esta película que, para mi gusto, es mucho mejor que muchas cintas americanas catalogadas como obras maestras del género. La fotografía es buena, está rodada con buen pulso, la historia es buena y tiene un ritmo impresionante. Sé que Leone, Ford, Eastwood y compañía son los reyes de este tipo de películas, pero a mí ésta no deja de impresionarme. Será por la nostalgia que en mí despierta o, tal vez, porque no deja de ser una pequeña joya que me deslumbra cuando evoco su recuerdo.
Orlak
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
11 de abril de 2017
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los hermanos Del Hierro es un clásico de la filmografía mexicana que llegó a estar nominada a mejor dirección en los Globos de Oro de 1961. Una historia de venganza tejida alrededor de dos hermanastros y la figura de su tiránica madre, que consigue trascender su propia trama para construir un discurso sobre la condición humana, la fraternidad y la verdadera valentía, que se muestra cuando uno se niega a tomar las armas.

Su director, Ismael Rodríguez, es uno de los más importantes realizadores mexicanos de su época y estaba en estado de gracia aquellos años. Junto con esta película, también realizaría el año siguiente Ánimas Trujano, que llegaría a ser nominada a mejor película de habla extranjera en los Oscars y estaba protagonizada por el mismísimo Toshiro Mifune. Sin embargo, para Los hermanos Del Hierro el reparto fue exclusivamente mexicano, y muy bueno, por cierto. A los valores seguros de Columba Domínguez y Antonio Aguilar se unieron la debutante Patricia Conde, convertida en una estrella fugaz del cine allende el Atlántico, y un soberbio Julio Alemán que convierte la sobreactuación en un arte.

La película funciona gracias a las relaciones que se construyen en base a los dos hermanos a los que hace referencia el título. Reynaldo y Martín Del Hierro vivirán siempre con la muerte de su padre sobre los hombros, convertidos en los instrumentos de la venganza de su madre; una venganza vacua y que solamente les llevará a la desgracia. Por si eso fuera poco, la tranquilidad es todavía más imposible por culpa de la existencia de Jacinta Cárdenas, objeto de deseo de ambos hermanos.

Los hermanos del Hierro es una película mucho menos conocida de lo que merece. Se trata de un western con todas las de la ley, que además demuestra que al sur del Río Bravo el género se entiende de manera impecable. Apuntalada con algunas escenas dignas del cine fantástico, la película construye un universo propio en el que los hermanos protagonistas se convierten en figuras casi mitológicas cuya leyenda tenemos la fortuna de ver. Una cinta imprescindible para los aficionados al western o, por qué no, para todos aquellos que quieran descubrir que en el México de los años sesenta se hacía un cine capaz de mirar cara a cara al europeo y el norteamericano.
La Soga
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7 de diciembre de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente argumento de ambiente rural mexicano donde el viento del desierto azota los cuerpos, doblega las almas y reseca los corazones.
R. Garibay e I. Rodríguez elaboran un guión acerado e inmisericorde para que una cámara avezada en mil retos sea capaz encontrar el punto óptimo de eficacia y de plasticidad.
La historia se desgrana en pesares, en espirales de violencia y en bocanadas de un aliento fétido que quema tanto como los propios vendavales del desierto y sus cicatrices son igual de dañinas.
El drama físico y psicológico hunde sus raíces en cada escena de una película magnífica cuya factura cinematográfica se encuentra a la altura de los hitos más notables.
A veces el cine mexicano de mediados del siglo pasado nos sorprende con obras de singular envergadura.
Y la leyenda del destino de Martín representa la mejor muestra.
ABSENTA
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
20 de noviembre de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
396/18(19/11/21) Interesante film mexicano (nominado al Globo de Oro) dirigido por Ismael Rodríguez que cumple 6 décadas de sus estreno y con ese motivo lo he visto, basándose en un hecho real tenemos un análisis sobre los orígenes de la violencia y sus tóxicas consecuencias, de como es fácil sembrar sus semilla pero imposible parar la espiral dañina que provoca, ello con el leit-motive de la venganza inculcada por una madre a sus hijos desde la niñez. Un western azteca que tras sus elementos propios de escenario desértico, atuendo de chaleco y sombreros, caballos, o revólveres de fácil combustión. Centrándonos en la familia Hierro (nada casual apellido para mostrar dureza) norteña del país centroamericano, donde la matriarca (gran Columba Domínguez) inocula en sus dos retoños las ansias de vendetta contra el asesino de su esposo y el padre de estos, baleado ante estos. Enmarcado todo esto en una atmósfera de mucha testosterona, donde reina el darwinismo de machos, ello cuasi-enfrentando a dos hermanos acercándose la historia a la de Caín y Abel en la diferencia de caracteres, y escudriñando sobre si la verdadera valentía es caer en los bajos instintos salvajes de las armas o resistirse a ellas para no caer preso de su influjo maligno. Sumando un estelar reparto mexicano como Pedro Armendáriz, Emilio Fernández, Víctor Manuel Mendoza, Ignacio López Tarso, David Reynoso, David Silva y José Elías Moreno. Todo esto narrado visualmente de modo hermoso gracias a la gran cinematografía de Rosalio Solano, además de estar surida de temas folclóricos apreciables como el tema mantra de Jesús Gaitán "Dos palomas al volar", el de Rubén Fuentes "Ciudad Victoria" y "Amor de madre", el de Felipe Valdés Leal "Sube y baja" y otros como "Flor de dalia" e "Indita mía".

La película comienza con una narración en off a cargo de Arturo de Córdova, cuyo nombre no figura en los créditos. En el Norte de México, a comienzos del Siglo XX, Reynaldo del Hierro (Eduardo Noriega) es muerto a balazos por Pascual Velasco cuando cabalga con sus hijos Reynaldo y Martín. En el velorio, la viuda decide inculcar en sus hijos el deseo de venganza.

La película surca con esmero el thriller psicológico por el tratamiento que da a sus personajes y a sus imágenes (ejemplo ese inquietante plano cenital de la madre nerviosa sabiendo a donde a mandado a sus hijos). Como se exploran temas como los fantasmas del pasado, la venganza como motor de vida enfermizo, el complejo de Edipo, la sociopatía que deriva en gusto por la muerte. Todo ello marcado por un clima de fatalismo agobiante. Donde el director hace uso prodigioso de las elipsis para marcarnos el paso del tiempo y a la vez cincelar a sus personajes (de un velatorio saltamos a una escena de amor), con formidables manejo de elementos modernos, como ese plano subjetivo de alguien con un revolver, o esa alegoría visual en que uno de los hermanos coge la mano de Jacinta mientras ella aprieta las mamas de una vaca (¿?), o el turbador momento en que Martín abofetea el rostro de Jacinta para matarle un mosquito que la ha picado, ejemplo de gesto de violencia en comunión con la violencia.

Reynaldo del Hierro es el personaje más complejo, el que se siente protector de un pendenciero hermano, reflexivo, dubitativo, tipo pacífico al que se madre empuja una y otra vez a coger las armas, pero no se siente cómodo con ellas, vive por la inercia del hermano y madre, por los que es arrastrado a donde no desea, la sangre como vínculo invisible que te empuja. El actor Antonio Aguilar lo encarna con gran gama de matices y enorme expresividad en los enfrentamientos con madre y hermano, en realidad acomplejado por la seguridad en sí mismo de su hermano (lo que le hace que se quede sin amada). Ejemplo de personaje espoleado por la fuerza del destino que no maneja; Su hermano Martín es su antítesis, impulsivo, violento, dotado de una sonrisa tétrica, maleado por la madre hasta haberlo convertido en un ser atávico en su comportamiento. Julio Alemán le da un vigor y energía sensacional, ves en él la naturalidad de una animal.

Columba Domínguez da una espléndida actuación como la madre malsana que intenta inyectar a sus hijos el virus de la rabia e ira desaforada para que sean su arma ejecutora de la venganza, gran despliegue de bilis. Lástima que el maquillaje para hacerla parecer mayor (tenía 32 años) sea tan malo que duele; Ignacio López de Tarso es otro que deja impronta con su papel de mentor pistolero de los niños, al que la madre ‘utiliza’ para que se vengue o en el peor d ellos casos alecciones en las armas a sus vástagos; Patricia Conde como el joven objeto de deseo de los dos hermanos resulta bastante naif, aunque bella.

Se le puede achacar que es un relato muy esquemático en su idea, algo envejecido, su tema central y evolución de los personajes queda marcado al cuarto de hora, no hay evolución de los caracteres una vez presentados, y luego no se salen de lo previsible, como harto predecible es el final.

Curioso para una cinta de 1961 es que Alemán aparece desnudo de espaldas después de bañarse, en una secuencia bastante gratuita.

Me queda un drama con sabor a western que promete más de lo que da. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow