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El camino

Drama Un día, a Tom Avery (Martín Sheen), un reputado oftalmólogo viudo, le comunican que su hijo Daniel, con el que nunca ha tenido buenas relaciones, ha muerto en los Pirineos durante un temporal. Tom, desolado, viaja a Francia y, cuando averigua que su hijo estaba haciendo el Camino de Santiago, decide terminar la ruta en su honor. (FILMAFFINITY)
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Críticas 45
Críticas ordenadas por utilidad
16 de noviembre de 2010
54 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
En este mes de noviembre los medios de comunicación han anunciado y retransmitido de un modo impaciente y tenso la visita del Papa a España. Yo, sin embargo, esperaba la visita de Martin Sheen. Es uno de esos actores que podemos considerar míticos en este momento. ¿Cuál será mítico dentro de cincuenta años? Buena pregunta. No ha ganado ningún Oscar y quizá por ello merezca mayor respeto. Es de esos actores cara-cartón, igual que Cary Grant (quien tampoco tiene un Oscar), que poseen una cara un tanto acartonada que les hace únicos e inolvidables en pantalla. Más que por su actuación en 'Apocalypse Now', desde hace unos años Martin Sheen será -para mí y para más de uno/a- Mr. President, por su encomiable personaje en la magnífica serie 'The West Wing'.

El verdadero nombre del actor Martin Sheen es Ramón Antonio Gerardo Estévez (según dice la Wikipedia). Su padre es un emigrante gallego que en Estados Unidos formó una familia, de artistas por lo que parece. Ya que su nieto, el director Emilio Estévez, ha querido homenajear la tierra de sus antepasados realizando la película 'The Way' con su padre como protagonista. Y Julio Fernández, responsable de Filmax y gallego de pura cepa, ha visto una buena oportunidad para coproducir con Estados Unidos de una forma bastante razonable. Fíjense que a los americanos y demás tierras lejanas les atraen las historias folclóricas españolas (nos siguen viendo exóticos), y en cuanto a los españoles: ¿a quién no le gusta ver a Martin Sheen paseándose por su tierra? Aunque el resultado, sin ser todo lo esperpéntico que podría parecer a primera vista, no es ni mucho menos redondo.

¿Por qué nos gustan generalmente las road movies? Supongo que casi siempre se congenia fácilmente con los personajes, que se encuentran en situaciones límite. En 'The Way' se trata de un oftalmólogo cuya apacible vida se ve trastocada por la repentina muerte de su hijo mientras comenzaba la ruta del Camino de Santiago (da que pensarse lo de ser una película de reclamo turístico con semejante planteamiento). Como prueba de superación y en tanto que homenaje a su hijo fallecido, nuestro amigo Martin decide emprender su ruta hacia el Obradoiro. Por supuesto, este tipo es un "guiri" de libro, y dará pie a muchas situaciones de lo más cómico junto a un holandés que tiene mucho de inglés, un irlandés que podría ser francés y otra norteamericana entrada en años pero expresamente atractiva. Contiene gags que funcionan bastante bien. Además de que muchos paisajes, ambientaciones y comentarios están logrados y hasta documentados.

(continúa en el spoiler por falta de espacio...)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
hpbordon
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20 de noviembre de 2010
29 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quisiera prescindir del criterio "cinematográfico" y contar sólo que la película me ha emocionado, llevándome una y otra vez a las experiencias del Camino. Ya sé que The Way peca de ingenuidad, que su argumento es facilón y previsible, pero para mí su visionado ha sido entretenido, emotivo y fecundo. Lo he pasado bien y he revivido aquellos momentos de libertad del Camino.
Linus
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24 de noviembre de 2010
24 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reconozcámoslo: los españoles siempre hemos seguido con profusión las visiones noveladas que desde el extranjero han dibujado nuestra compleja forma de ser: desde los Cuentos de la Alhambra de Washington Irving hasta la afición taurómaca de Hemingway, pasando por las sanguíneas obras de Merimee o las pasiones españolas de Ava Gardner.

Nunca hemos dejado de sentir fascinación por la reproducción del tópico español, ni los extranjeros de visitar los lugares comunes de la esencia hispana.

También a este grupo de obra pertenece The Way, en la que Martin Sheen, cuyo verdadero nombre es Ramón Estévez, y su hijo Emilio Estévez homenajean a su abuelo, emigrante gallego en busca de una vida mejor allende nuestros mares. Reproducción de tópicos, sí, desde el vital y en cierto modo fanático personaje interpretado por la siempre estupenda Ángela Molina, la afición por los toros del historiador vasco, la locura de "El Ramón" (desarrollado con destreza por Eusebio Lázaro) o los gitanos de Burgos. A veces este tópico puede resultar falso, y sin embargo la fiesta gitana mostrada en la película, durante el paso de los peregrinos por Burgos, es completamente real: yo mismo he asistido a fiestas como ésta en mi pueblo, Basauri. El mapa de Euskal Herria que se puede ver en la comisaría de la Gerdarmería francesa es un toque también, que, siendo tópico, contribuye a romper la linealidad "perfecta" de la narración. A mí, al menos, me llamó la atención, y seguramente haga gracia a los abertzales que decidan ver el filme.

Esencia, además, básicamente descriptiva del camino y los lugares que cruza, con extraordinario interés en la descripción de las bellezas arquitectónicas y naturales atesoradas por nuestro camino a Santiago. Me llama la atención que debamos emocionarnos con lo nuestro cada vez que un extranjero glosa lo español, como si fuéramos en cierto modo incapaces de hacerlo por nosotros mismos. La próxima vez que vea una película española sobre el Camino o cualquier otro aspecto de nuestra cultura.

Quizá este interés descriptivo del camino reste interés a las historias personales de los personajes, que no terminan de crecer a partir de sus circunstancias iniciales. De todos modos, considero que es una pérdida aceptable, si la visión centra el enfoque en la descripción de España y su Camino de Santiago, tópico este en el que cae, quizá inconscientemente, el director Estévez al realizar la película. Responde de este modo a las pautas simples pero eficaces de autores extranjeros como Irving o Merimee. Enhorabuena, pues a Emilio Estévez y Martin Sheen. Creo que han realizado una película entretenida, aceptable, que nos divierte a los españoles por ser una visión nuestra desde fuera y a los extranjeros porque centra la película en el tópico que desean ver.

A destacar la muy buena interpretación de Martin Sheen.
DJ_Theo
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27 de noviembre de 2010
18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hiciste ya el camino, ve a ver la película; te emocionarás al recordar el ruido y el olor de las literas de los albergues, el dolor y el olor de los pies, los amaneceres y los anocheres, la plenitud de la llegada a la Ciudad...

Si no has hecho todavía el camino, ve a verla también, y hazlo luego; pero no creas que necesariamente encontarás en él gente tan guay como la que aparece en esta película.

Y si eres cinéfilo, no desprecies el trabajo de los Estévez; reflexiona un momento y percibirás el esfuerzo de contención plástica y honradez argumental que Emilio ha realizado, y la gran interpretación del viejo Martin-Ramón.

Si le doy un seis, es por la ridícula secuencia final; pero treinta segundos no pueden echar a perder casi dos horas.
golondrina europea
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28 de abril de 2012
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con esta película, Martin Sheen hace un gran homenaje a sus raíces gallegas (su padre era gallego, de un municipio llamado Salcedo de Caselas, que se sitúa en la provincia de Pontevedra) y protagoniza un drama muy bonito y emotivo. Es la historia de un oftalmólogo californiano que recibe la trágica noticia de la muerte de su hijo, que se produjo cuando éste realizaba el Camino de Santiago. Destrozado por la muerte de su hijo, con el que nunca tuvo la relación que él habría querido tener con él, viaja a Francia para traer el cuerpo de vuelta a casa. Pero, movido por un profundo deseo de vivir la relación que él habría querido tener con su hijo, decide terminar lo que su hijo empezó, iniciando así un emotivo peregrinaje hacia Santiago de Compostela. Hará ese viaje llevando con él las cenizas de su difunto hijo, haciendo posible que éste último acabe lo que comenzó.
En definitiva, ésta es, sin duda, una película muy hermosa y emotiva que hará llorar a todo aquél que la vea.

Hay que destacar también que la película estuvo muy bien dirigida por Emilio Estévez, el hijo de Martin Sheen tanto en la vida real como en la película, y, por supuesto, hay que resaltar el muy buen papel que hace Martin Sheen en este filme.

Para terminar, diré que se trata pues de una película que será muy emotiva y especial para todos los españoles y, muy particularmente, para todos los gallegos que la vean.
LockeDeckard TSR06
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