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Vampire Doll

Terror Keiko preocupada porque su hermano no se ha comunicado con ella después de una semana decide visitar junto a su novio la casa familiar de Yuko, la novia de su hermano. Allí descubrirá que la chica hace tiempo que falleció y que la madre no está contando toda la verdad de lo que sucede... (FILMAFFINITY)
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
22 de diciembre de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una intrigante historia donde un hombre, que ha estado varios meses fuera por trabajo, va a visitar a su novia a casa de sus padres, para de paso conocer a la familia, pero al llegar, se encuentra la noticia de que ella murió en un accidente un mes atrás. Pero justo esa noche descubre que parece no ser así...

La película mezcla varias cosas, y pese a no ser la gran maravilla, logra mantener el misterio bastante tiempo, y la trama no está nada mal.

Lo mejor, sin duda, la propia vampira, que da bastante mal rollito verla, muy lograda para su momento.
TANOMUERTO
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27 de enero de 2023
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una noche de tormenta incesante, la escalofriante mansión sobre la colina, murciélagos revolotean bajo la luz de los relámpagos, y unos ojos dorados brillan en la oscuridad.
El visitante no tiene tiempo de reaccionar y pronto su garganta está empapada en sangre...¿puede ser esta la típica fábula de vampiros que nos han contado miles de veces?

Pues la verdad yo apostaría a que sí. Un producto como "Chi wo Su Ningyo" se realiza por puro fanatismo a un género, y es que el productor de Toho, Fumio Tanaka, quien de algún modo veía un descenso en el rendimiento en taquilla de las películas de la compañía, tuvo la idea de probar otro tipo de apuesta comercial para seguir atrayendo al público. Llegaron los '70 y hasta ese momento el "kaiju-eiga" era lo más seguro , pero su popularidad decrecía por momentos al igual que las pobres ideas que se les iba ocurriendo para mantenerlo a flote...
Hechizado por el terror occidental, y concretamente el de la Hammer, aquél prepara un proyecto basado en el subgénero vampírico, y se lo encarga a Michio Yamamoto, que hacía poco pasó de asistente de dirección (de Kihachi Okamoto y Akira Kurosawa, nada menos) a estrenarse como realizador. La primera de la futura Trilogía "Chi wo Su" ya establece los elementos, el entorno y sobre todo las influencias que la cruzarán; se aprecia desde ese principio en una carretera solitaria envuelta en lluvia y truenos, por donde circula (quien nosotros creemos que es) el protagonista, Kazuhiko, en busca de su añorada amante Yuko.

Llega entonces a la propiedad familiar, y esto no es sino una recreación a la nipona de todo el imaginario ligado al terror europeo y americano desde tiempos inmemoriales. No falta nada: la gran mansión de zonas oscuras, la dueña inquietante y misteriosa, el sirviente grotesco; el horror gótico de toda la vida, con Hammer, Terence Fisher, William Castle y Allan Poe de principal inspiración, pasa por el filtro de la literatura gráfica del maestro Kazuo Umezu y un aroma "exploitation" un tanto cutre. El director y su equipo no innovan en absoluto, pero saben modelar los ambientes y atmósferas al estilo gótico, con los clásicos juegos de luces y sombras y colores intensos.
Tal vez sea lo más destacado, el trabajo de fotografía y puesta en escena, a menudo cuasionírica, de Kazutami Hara y Yoshifumi Honda. Porque desde que nos enteramos de la muerte de Yuko y de que (quien nosotros creíamos que era) el protagonista desaparezca tras unas cuantas visiones tenebrosas y se inmiscuye su hermana en la trama, pocas sorpresas nos podrá ésta reservar. Casi recuerda a "Psicosis", de la cual Yamamoto es fan, pero cambiando un poco sus claves; ahora, otra pareja (Hiroshi y Keiko) nos conduce a la casa, repitiéndose así el proceso tan conocido de Sam y Lila.

Los pasos a seguir por los guionistas Ei Ogawa (más habituado al cine de acción) y Hiroshi Nagano no se apartan de los convencionales "tics" del género. De esta forma la pareja verá difícil regresar y habrán de pasar la noche allí, y en su esfuerzo por indagar en la verdad varios secundarios se entrometen: el tipo de la inmobiliaria que aporta unos cuantos datos pasados, ese personaje misterioso y oscuro extrañamente relacionado con la historia familiar (aquí el doctor que examinó a Yuko tras su muerte), incluso el rastrero que se mete por dinero en la intriga.
El ritmo y la estructura, aun así, es irregular, y sus implicados van y vienen a marchas forzadas; del elenco, en su mayoría actores independientes, Kayo Matsuo (a quien se la puede recordar de los films de serie "B" de Nikkatsu), tiene la misma cara de susto todo el rato y resulta insoportable, por eso Akira Nakao, más convincente, toma el relevo y ahora la trama es suya (¿cuántos protagonistas falsos hay aquí?). Tras suceder eso todo se volverá muy precipitado, sin tratarse mejor ciertos secundarios interesantes (el enterrador avaro, la madre de Yuko...pero lo peor es que a ésta última, que debería ser la auténtica estrella de la función, casi no la vemos...)

Las apariciones de Yukiko Kobayashi, aunque muy atractivas con respecto a la puesta en escena, no duran, en su totalidad, ni cuatro minutos en pantalla, parece más bien un "macguffin" del argumento, por tanto que no espere el fan del terror vampírico inglés grandes momentos con alucinógenos efectos especiales. Aquí ni están Fisher ni Christopher Lee. Es más, sería un gran error situar a "Chi wo Su Ningyo" dentro del subgénero, pues, aunque se menciona el término, la mujer que da título a la película no se muestra como tal (los colmillos aquí no se usan, vaya ironía...).
Increíble pero esto fue decisión del propio Tanaka, que no deseaba realizar la típica historia sobre los chupasangre; los guionistas obedecieron y se salieron por la tangente con un argumento cocinado a fuego rápido que viene a ser la solución del misterio, ofrecida en boca del mismo doctor Yamaguchi (estaba claro que este hombre sabía algo...). Nada menos que hipnosis, posesión del alma, manipulación de la conciencia, tragedia familiar, celos, suicidio...un batiburrillo de conceptos e ideas, algunas vomitadas en el último momento en lugar de ir averiguándose poco a poco desde el principio.

En este sentido, la obra de Yamamoto parece acercarse más a aquellas películas de horror y misterio que unos años antes producía Shintoho, de presupuesto bajo y urgencia de rodaje alta; pero Nobuo Nakagawa, que contribuyó a ello y en auténticas muestras de género de vampiros, filmó mejores títulos que el presente.
Los recursos que tiene el cineasta y Toho en sus manos no son bien explotados, y a pese a todo el resultado fue un gran éxito de taquilla (como para entender los gustos de los nipones en aquellos tiempos...).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
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