La mujer de blanco

Estimado Domiciano,

Lo más recliminable de esta cinta, que no es mala, es la falta de fidelidad a la novela en la que está basada, la cual recomiendo encarecidamente. Wilkie Collins escribió un libro redondo, y es una pena que no se aprovechara todo su potencial como podía haberse hecho. Hay veces que te preguntas por qué se desperdician oportunidades tan estupendas, servidas en bandeja, en favor de productos más mediocres. Es difícil encontrarle explicación.

Por lo demás, entretenida.

La bellísima Eleanor Parker justifica el visionado de esta película, por lo demás mediocre.
Es una pena que la excelente novela de Wilkie Collins se transforme en este relato lleno de explicaciones confusas. El guión es el problema de este filme decepcionante.

Interesante pero finalmente no convincente del todo adaptación de la célebre novela de Wilkie Colling, que comienza francamente bien para ir, posteriormente, convirtiéndose en una cinta algo escasa en cuanto a situaciones logradas de verdadera intriga y suspense, cosa que sí consigue al comienzo, con la presentación de los personajes y narración entretenida de sus relaciones personales, los secretos que esconden, los temores, miedos...
Todo con buena fotografía en blanco y negro a cargo de Carl E. Guthrie y de unos impecables intérpretes, destacando John Abbot con sus manías, y la simpar belleza de Eleanor Parker, con dos personajes distintos pero complementarios. Por su parte, el orondo y siempre excelente Sydney Greentreet compone un personaje enigmático, divertido y ocurrente cuando está de broma y quiere engatusar a los demás, y malvado y maléfico (con poderes incluso sensoriales) cuando maquina y lleva a cabo planes criminales.
Siempre es amena, pero su interés, repito, decrece según pasan los minutos, llegando uno, y es una pena, a desear que finalice pues la última parte no tiene apenas chispa aunque siempre se desea saber cómo finalizará todo.
En resumen, bastante irregular, pero elegante.

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Es admirable la capacidad de sugestión que la película derrocha en sus inicios gracias a la cual se asegura el interés general.
Mediante un brillante ejercicio de descripciones psicológicas sitúa al espectador -boquiabierto- en el centro mismo de la historia.
Luego se va demostrando paulatinamente que el guión, a pesar de que ofrece momentos espléndidos y algunas escenas de enorme valor plástico,.no se encuentra a la altura de la novela de W. Collins.
La película se ve con agrado, resulta tan interesante como inquietante y todo el metraje está recorrido por una auténtica atmósfera sutil pero inequívocamente turbadora.

Soy cinéfilo, un apasionado del Fantástico y escritor de novelas, las cuales muestran una cierta influencia cinematográfica. Filmaffinitty es un punto de referencia para todo aficionado al cine, que desea saber si una película merece o no la pena, a pesar de que opiniones las hay como estrellas en el firmamento. De buena a mala, o simplemente pasable, la película que nos ocupa merece el calificativo de: BUENA.
Sin lugar a dudas estamos ante la mejor versión cinematográfica de la inmortal obra de Wilkie Collins, La dama de blanco, publicada en 1860. Peter Godfrey, un cineasta inglés que nos ha dejado algunas perlas como El aullido del lobo o Las dos señoras Carroll, nos da aquí una muestra de su savoir faire, puesto que una buena adaptación de libro de Collins requiere una especial destreza a fin de conjugar la magnífica trama con la cerval atmósfera y el carisma de los personajes. En este sentido, Sydney Greenstreet borda su papel como pieza clave de la función, muy por encima del resto de compañeros, incluida la magnífica Eleanor Parker. Una cinta muy recomendable para los que gusten del buen cine; ese que está aderezado con una gotas de suspense.