El siete machos

Siempre he admirado al señor Mario Moreno y he sido un seguidor de sus películas (muchas de ellas filmadas incluso antes de que yo naciera)... en especial esas de su época de juventud y filmadas en blanco y negro; cuando aun Cantinflas se mostraba fresco y con mucha más soltura que en sus últimas filmaciones.
Para mi gusto... “El siete machos” es la mejor de todas sus producciones. Con una trama simple, jocosa y un bello y cómplice final feliz; la película desborda de humor de principio a fin.
No se puede decir mucho de una película de Mario Moreno (nuestro Chaplin Latinoamericano)... mas que, aunque con sus tramas socialmente simples: reirá durante todo el film; eso sí, en esta más que en cualquier otra.

La comedia ranchera fue uno de los géneros más usados durante la época de oro del cine mexicano, prácticamente todas las grandes estrellas actuaron en alguna cinta de este tipo, Cantinflas no fue la excepción, "El Siete Machos" fue su turno.
Mario Moreno encarna nuevamente a dos personajes (ya lo había hecho en "Ni Sangre ni Arena"), esta vez la historia se va a desarrollar en una hacienda que, como es común en el género, estará llena de machos y damiselas, de cantos y fiestas, y un sinfín de enredos y confusiones, muy al estilo del cómico, claro; el guión y el ritmo son perfectos, para mí una de las 5 mejores del actor.
Aunque al final te deja satisfecho no se puede pasar por alto el tema de...

Parodia el western y su versión bastarda mexicana, el cine de charros, mejor que tiene es el desenfado, como se burla de todo, la política, las clases sociales, Margarito es un personaje bastante anárquico al que le importa un carajo hablarle de forma ordinaria a su patrón, aunque después de vuelta las cosas para quedar bien o este lo tolere por conveniencia. La película desmitifica los romances, el machismo, es una crítica muy chistosa al concepto de macho y todo lo que eso significa.
Llena de diálogos con doble sentido, albur como le llaman en México.
Muy divertida, después la película es una parodia, no se puede esperar que sea lo más coherente sino que haga reír resulte simpática y no se tome en serio en ningún momento, y la verdad lo consigue.

Comedia ranchera con el consabido acompañamiento de serenatas y mariachis.
Después de asesinar al propietario de "Los Sauces" y a su capataz, "Florentino, yo me muero. -Como usted mande patrón", D. Carmelo se queda la propiedad haciéndose cargo de la pequeña Rosario (Aguirre) y de un desaliñado pinche que anda siempre enredando por la hacienda, Margarito (Cantinflas).
Al cabo de los años aparece El Siete Machos (Cantinflas), un bandido enmascarado puro valentón que roba a los ricos para repartir el dinero entre los pobres. Para unos "Simpático y cristiano desalmado", para otros "El mismo diablo vestido de charro que canta como los propios ángeles".
La variante mexicana de El Zorro enmascarado, puro macho, con las correspondientes confusiones y divertidos equívocos.
Un guion bastante solvente que deja espacio para media docena de canciones, con la ternura y la gracia de D. Mario. Se nota la mano de Alcoriza en el desarrollo argumental y en el fraseado, "¡Cuidado! Si metemos la pata, la estiramos".
La realización de Delgado en la línea de siempre, dejar hacer a Cantinflas, que vaya a su aire en su doble personaje.
Interesante la figura celestinesca de la médica o yerbera (Reza), que está en el secreto familiar y recomienda a Margarito una infusión de hierbas de barítono para su voz "desquebrajada", y a la criada un coctel de amor para atraer a su amado a base de gordolobo, hierba del pollo, huesitos de placoache, epazote y uña de gato prieto, mezclado todo con tequila.
Divertida comedia de la mejor etapa de Cantinflas con sus machotes personajes.
Imprescindible para sus numerosos seguidores e interesante para el resto.