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Tierra Santa. El último peregrino

Drama. Documental Carmen ve su matrimonio estancado: su marido no cuenta con ella y sus hijos no la comprenden, en especial Pedro. Al proponerles ir de viaje a Tierra Santa se desata la tormenta y afloran sentimientos encontrados. (FILMAFFINITY)
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
20 de mayo de 2021
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Hay muchas películas que se esfuerzan por parecer lo que no pueden ser para arrastrar a los espectadores a las salas o a los ratings de audiencia...películas de todas las nacionalidades. Éste documental dramatizado es honesto de principio a fin y está dirigido a un público concreto, el cristiano, que saldrá contento de su proyección. Yo, que no soy especialmente religioso, he salido reconfortado y feliz de haber salvado mis prejuicios por haber disfrutado con éste road familiar atípico y lleno de buenas intenciones.
Sus directores saben que no van a arrasar en taquilla y que, incluso, no van a tener fácil encontrar espacio entre las grandes cadenas de exhibición y que los espectadores fieles tendrán que desplazarse kilómetros, a lo peor, para poder verla...no lo duden y busquen su sala más cercana.
Para disfrutar de las buenas historias no es necesario ser religioso y ésta es una buena historia hecha con el corazón...y con el alma también.
LuisOrtiz
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21 de mayo de 2021
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Andrés Garrigó y su equipo habitual nos ofrecen en este largometraje un espectacular viaje a Tierra Santa; un periplo geográfico, humano, espiritual, bíblico y radicalmente actual. Pretenden, y creo que lo consiguen, llamar la atención sobre un lugar famoso y olvidado a la vez. Oculta detrás de los inacabables conflictos bélicos, de la mezcla de religiones y carismas y de los exóticos parajes repletos de ruinas e historias de antiguas civilizaciones, se encuentra la realidad de un reducido número de cristianos que sobreviven en condiciones más que precarias. Mantener esa tierra a lo largo de dos mil años, convencidos de ser los descendientes de aquellos que acompañaron a Jesús (compartieron sus espacios y convirtieron Palestina en el punto de ignición y difusión de su palabra) conlleva responsabilidad, compromiso y optimismo ante unas dificultades que no desaparecen ni dejan de crecer.

Los realizadores de esta película repiten el formato que ya utilizaron con solvencia en Corazón ardiente o Fátima el último misterio. El docudrama permite utilizar una trama de ficción, sencilla pero eficaz, como hilo conductor de los distintos testimonios y referencias visuales que nos impregnan de la autenticidad de Tierra Santa. El mosaico de realidades y vivencias se despliega ágilmente, a través de imágenes de excelente calidad que ayudan a acercarnos y a comprender cada relato. Esto sin dejar de lado lo más importante, lo que da sentido a esta historia, reflejado en un gran y sutil acierto de guion, tanto en la apertura como en el broche del film.

Es difícil sustraerse al impacto de lo que se nos cuenta y se agradece el entusiasmo con el que los actores, muchos de ellos amateurs, se han esforzado en conducirnos en este viaje de Chile a Jerusalén, de Madrid a Bélen o de Nueva York a Magdala. El único problema, por lo menos para la que suscribe, es que ya no puedo quitarme de la cabeza que tengo que ir a Tierra Santa, ya.

www.contraste.info
Revista Contraste
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23 de mayo de 2021
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Andrés Garrigó y Pablo Moreno ofrecen lo que prometen: una documental ficcionado, cinta testimonial sobre un esclarecedor viaje a Tierra Santa, cargado de fervor y de variados testimonios, algunos de los cuales transmiten la verdad profunda de una fe vivida en los mismos lugares donde transcurrió la vida de Jesucristo. Un periplo, a la vez que geográfico, humano y religioso, también bíblico.

El punto de partida es una familia de clase media, donde la madre, Carmen, ve que su familia no funciona armónicamente. De una parte el esposo está absorbido por mil problemas laborales y financieros, su hijo mayor tiene dificultades con el juego y el resto de los vástagos va cada uno a lo suyo.

A la madre le toca un importante premio en la lotería parroquial e invita a toda la familia a un viaje a Tierra Santa. Al principio son reacios pero acaban aceptando.

Pero la cinta no es sólo la historia de la familia protagonista, sino de manera muy importante el testimonio que aportan otras personas que aparecen en pantalla, algunas religiosas (monjas o sacerdotes) y otras seglares, con algunos y vívidos ejemplos de conversión y radical cambio en sus vidas (incluida la familia protagonista).

El trabajo está, además, muy bien ilustrado con imágenes panorámicas de Jerusalén, que muestran esa belleza marcada por su color ocre; y otros lugares emblemáticos como el lago Tiberíades o el Monte Tabor.

Lo que en ocasiones se cuenta en la película, basado en hechos reales, es el fenómeno existencial y psicológico de las denominadas “vivencias cúspide” o de “conversión” estudiadas por la Psicología como secuencias de vida en que la persona se siente en completa armonía consigo misma y con el entorno, con un sentimiento de profundo bienestar.

La cinta es también una llamada a visitar Israel, sobre todo para los cristianos, y llamar la atención sobre un lugar simbólico e importante para la cristiandad y en general para las religiones del Libro (incluidas Judaísmo e Islam)

Esta mezcla de documental y drama utiliza una trama sencilla pero eficiente, que nos conduce a los testimonios y referencias visuales que llenan de autenticidad la Tierra Santa.

Hay un acertado y sutil guion de Andrés Garrigó, Pedro Delgado y Benjamín Lorenzo, igual en el comienzo del metraje, como en la parte media y final que pone el broche de cierre.

Como digo, el relato está contado con sobriedad pero con verismo y sentimiento, lo cual mueve la piedad del espectador predispuesto.

Hay entusiasmo y voluntad en los miembros del reparto, participantes como Alex Larumbe, Rafa Jiménez o Susi Lillo, muchos de ellos aficionados pero dignos en sus trabajos.

En una sociedad con problemas graves y de calado no bastan las soluciones políticas y económicas. Hay que considerar también las relaciones humanas, el significado de la vida, los valores y la subjetividad. La inquietud por Ser antes que Tener (Erich Fromm) sigue preocupando a muchas personas.

Pero sobre todo, la cinta es una invitación en estos tiempos convulsos de pandemia y crisis, a cultivar la experiencia de Dios en nuestras vidas. La película parece avalar a André Malraux cuando dijo: “El siglo XXI será espiritual o no será”.
Kikivall
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