Una llamada perdida

A pesar de que ha sido vapuleada por la crítica y el público a mi me ha parecido un buen remake de la peli japonesa. La original, dirigida por Takashi Miike, no me gustó nada en su momento, sin embargo al volver a verla me gustó mucho más. Eso sí, tenía cosas muy difíciles de coger como el final, pero lo bueno es que en esta nueva versión te lo explican bien todo y eso es de agradecer. Viendo las críticas espantosas que tenía en muchas webs esperaba un bodrio, pero no ha sido así ya que me ha gustado bastante. Lo mejor de todo es que no es un calco de la original (esto lo hizo Gus Van Sant con "Psicosis", fallando aunque no era tan mala como decían), con situaciones diferentes, algunas muertes no son las mismas (la que sí es, es la del tren y que por cierto, está mucho menos lograda que en la original), la melodía del móvil tampoco, y el final es distinto y te lo aclaran bien, no como el de la japonesa que era muy interpretativo. También está bien actuada, aceptablemente dirigida y con algún sustillo eficaz. No es tan buena como la japonesa pero no está nada mal.

Comparado con la soporífera versión oriental este remake al menos no aburre.

Si bien bebe las limitaciones narrativas del original, al menos los norteamericanos le imprimen un ritmo saludable, le llenan de tópicos efectistas, y le adornan con efectos especiales para que la oferta sea dinámica y atractiva desde lo visual.

En su conjunto es una oferta regular, que no llega al aprobado porque es muy convencional en sus circunstancias y porque miedo no causa.

Pero en comparación con la plúmbea versión japonesa al menos esta oferta puede verse sin caer dormidos en los primeros minutos de metraje. Además a favor se puede mencionar que es más corta en su metraje y ello le favorece como para no redundar tanto en sus situaciones.

Lo malo del filme es que no llega a producir sobresaltos, ya que el desarrollo es demasiado trillado y abusa de los tópicos del género que utiliza la gran industria de Hollywood.

La historia genera cierto grado de atracción, sobre todo desde la intriga que ocasiona el no saber qué es lo que sucede detrás de los asesinatos que se avisan tiempo antes en los móviles de las víctimas. Pero una vez develado el misterio, nos damos cuenta de que la trama es apenas efectiva desde su orquestación argumental y que no se aparta en nada de las típicas historias de fantasmas con asuntos pendientes que hacen contacto con la realidad cotidiana amenazando y sembrando el horror.

Por lo demás:
Actuaciones conformes a las escasas exigencias que pide este tipo de argumento.
Atmósfera de a ratos conseguida.
Estética mejor trabajada que la original, sobre todo en el tratamiento de la imagen.

En fin, aun cuando este remake es limitado y se limita a copiar, al menos es más entretenido, más corto y con mayores recursos técnicos como para agradar al paladar de los cinéfilos occidentalizados.

Además de que al menos se entiende en su parte final, mucho mejor concebida que la delirante resolución propuesta en la película de Takashi Miike

Palabras claves: fantasmas, temática sobrenatural, teléfonos móviles, venganza, remake, investigación policial.

(cualquier aporte, sugerencia, o simple acotación a esta crítica serán bien recibidas en el espacio de comentarios de mi blog personal)

Apenas unos años después del gran éxito de la película original de Takashii Miike que estuvo entre las pioneras de la oleada de terror oriental que de unos años a esta parte invade occidente llega su versión americana dirigida por Eric Valette.

La historia que nos cuenta es exactamente la misma que la de su predecesora, cómo un grupo de estudiantes comienzan a recibir mensajes en sus teléfonos móviles donde se escuchan (o ven) a sí mismos falleciendo. Dicho mensaje tiene fecha y hora de tres días después de su recepción y, cuando llega ese momento en la realidad, aquellos que lo han recibido mueren tal cual escucharon/vieron en sus móviles. El argumento se centra en una de las estudiantes (Shannyn Sossamon), que ha de investigar contra reloj para evitar más muertes, incluyendo la suya propia, pero no lo hace sola, sino con la ayuda de un detective (Edward Burns), ambos han de desentrañar el misterio…

Si algo atrajo la atención (y el miedo) de los espectadores de la película de Miike fue su novedosidad, su originalidad, elemento del que totalmente carece esta nueva versión, pues es un total calco de la versión oriental. Los guionistas han realizado esfuerzo cero creando un calco completo (sólo cambia la melodía del móvil que anuncia la muerte, y , tristemente, por una peor), anulando toda sorpresa. Los intérpretes, correctos, pero sin demasiada fuerza. Los efectos, correctos, pero no inolvidables (ninguna aterradora imagen queda grabada a fuego en la retina del espectador).

En conclusión, estamos ante una película aceptable únicamente para aquellos que no hayan visto el film en el que se basa, para el resto sólo si sufren insomnio, pues más que el miedo en ellos germinará el sopor…

¿Realmente hacía falta un remake? No lo creo…
Enoch.

Fijaros bien. Es jodidamente feo, ¿verdad? Pues bien, este es el mayor miedo que vais a pasar con algo relacionado con este film. La película es mala, lenta y muy aburrida. Espantoso. Yo me quedé dormido viéndola. Resulta constantemente repetitiva, con actores malos, (sobre todo un viejo, cuyo doblaje al castellano es pésimo)... Definitivamente, serie B en toda regla. No sé que para qué se hace este tipo de mierda.

Hollywood se repite demasiado, se nota carente de originalidad. No digo que sea la peor en cuestión de remake, pués aporta nuevas escenas y versiona otras con buenos efectos especiales y ese olor a "Pesadilla en Elm street", de grupo de jóvenes aterrorizados. La presencia de Ray Wise hace un film en conjunto que no defrauda, dá tensión y termina gustando. Sin embargo la presencia de un actor acabado como Burns hace bajar el nivel. Creo que va siendo hora de que viejos génios como Carpenter o Craven vuelvan a dar otra vuelta de tuerca al género.