Haz click aquí para copiar la URL

El cielo y el infierno

Cine negro. Thriller. Intriga. Drama En un momento crucial de su vida financiera, Gondo (Toshirô Mifune), un directivo de una importante empresa de zapatos, recibe la noticia de que su hijo ha sido secuestrado. El rescate exigido es una gran cantidad de dinero, pero Gondo la necesita para cerrar una negociación que le dará el control de la empresa. (FILMAFFINITY)
<< 1 10 13 14 15 18 >>
Críticas 88
Críticas ordenadas por utilidad
19 de febrero de 2022
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al final le he bajado un punto la nota, aposta. La película está tan bien hecha que, si solo puntuara eso, quizás le pondría un 10. Pero he pensado luego: "Acuérdate, tienes que ser sincero"... y es que el trasfondo se me ha quedado "asá".

Pues sí, son muchos minutos de metraje para que el mensaje final me haya resultado manido, demasiado amable, demasiado taquillero. El bueno de Kurosawa pretende hacer su tesis sobre el sustrato del odio, sobre su portabilidad, sobre su sinsentido. Es un análisis normalito, no nos lleva muy lejos que digamos (decididamente voy a ser amable con Akira).

Lo sé, el trabajo con la cámara es una maravilla. Esos planos repletos con turbas de rostros amarillos (es un decir), en la comisaría, con los periodistas, ya son un lujo. Pero también la resolución de muchas escenas (la del niño con su padre chófer, la persecución del secuestrador, la escena final) son de una elegancia supina. No lo sé explicar con terminología cinematográfica pero lo puedo disfrutar desde una percepción sensible. La fotografía es magnífica.

Y luego está el argumento de cine negro. Se trata de una forma de narrar una historia policiaca que luego los americanos tratarán de copiar una y otra vez, esa forma de narrar una investigación policial no la había visto yo, que recuerde, en películas de fecha anterior a 1963. Por tanto, película pionera, brillantemente pionera.

Pero vuelvo al principio. no me convence el elixir buenista que destila la cinta. Alguien puede pensar que hay que difundir películas que fomenten los buenos sentimientos, que divulguen moralejas "humanamente enriquecedoras". No digo que no sea buena idea, siempre que el sustrato de todo sea la verdad. Pero no me acabo de creer a Mifune. No me creo a toda la pandilla de policías cachondos y justicieros. No me creo a esos periodistas con un marcado sentido del deber. No me creo esa sociedad tan bien delimitada de "buenos y malos". Kurosawa está muy occidentalizado, se movía como pez en el agua entre las aguas de los dos mundos.

Una reflexión más: Cuando la policía quiere, como en la película, es capaz de encontrar al asesino más escurridizo que en una mente quepa. Me pregunto cómo la policía española, 30 años después de "el infierno del odio", en un crimen como el triple crimen de las niñas de Alcásser, no dio una a derechas, con lo grave que era el delito, con la alarma social que se creó, con los medios técnicos que tenía a su disposición... ahí lo dejo. Sí sí, claro que este comentario encaja en esta crítica.

En definitiva, podía haber sido un poco más generoso y otorgarle un punto más, pero, a Kurosawa, un director que regala "conciencia", le tengo que pedir un poco más en este aspecto: Un 6,3.
Tombol
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
14 de septiembre de 2023
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, subtitulada gana muchísimo y la traducción es muy diferente a la doblada. La he visto primero doblada y a continuación subtitulada y no es lo mismo, se disfrutan los matices. Dura mucho pero merece la pena. No voy a comentar nada de ella porque muchos ya lo han hecho. Solamente decir que es una joya que todo amante de cine tiene que verla.
javiervaleta
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
26 de diciembre de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la oscuridad de la noche un niño ha sido raptado. Este será el inicio de una de las investigaciones más arduas y emocionantes que hayamos presenciado, un caso que además determinará quienes se hallan en la delgada línea entre el Cielo y el Infierno en la tierra...

Habían llegado los '60, época de cambios para la cinematografía nipona en la que surgiría una ola de directores independientes dispuestos a derribar los muros del tradicionalismo y explorar temas mucho más provocativos inclinando los ideales de sus obras hacia una contestataria rebeldía; movimiento conocido como la Nueva Ola del cine japonés, en el cual se incluirían nombres como Oshima, Masumura, Shindo o Suzuki, y que amenazaban la popularidad de los más clásicos.
Pero en 1.962, Akira Kurosawa, establecido como uno de los maestros indiscutibles del celuloide, seguía demostrando su talento como director de éxito gracias a "Sanjuro", continuación de las aventuras del implacable ronin de "Yojimbo", cuya recaudación en taquilla superó con creces, y más tarde se obsesionaría por llevar a la gran pantalla "King's Ransom", obra del especialista en novela criminal Ed McBain con la que retornaría así al género negro de vertiente más neorrealista y "occidental" que practicara en las ya lejanas "El Ángel Borracho" y "El Perro Rabioso".

La trama de "Tengoku to Jigoku" se presenta dividida en dos actos, ocupando el primero ("Tengoku") casi una hora de metraje, y que tiene como escenario primordial el salón de la vivienda de Gondo, un industrial de calzado sometido a la precaria situación que atraviesa su empresa y a la presión de sus codiciosos compañeros ejecutivos, cuya personalidad (ideas fijas, fuerte mentalidad y seguridad blindada) queda establecida en pocos minutos y que, sin embargo, deberá afrontar un suceso inesperado: el secuestro de un niño...no el de su hijo Jun, sino el de su chófer, Shinichi.
Kurosawa presenta un inteligente juego de dobles y confusión (Reiko toma a Shinichi por su hijo, los detectives van disfrazados de transportistas) mientras condensa toda la intriga en un espacio cerrado cuya tensión irá viciando la atmósfera debido al dilema que sitúa a Gondo en la cuerda floja: si paga al secuestrador pierde su negocio, y si no lo hace muere el niño; situación que enfrenta la ambición y el interés personal con el honor, la bondad, la ética y, sobre todo, la culpa, instaurando de inmediato la diferencia entre el poder de decisión de la clase privilegiada (Gondo) y el desamparo de la clase obrera (Aoki).

Se dará entonces un repentino aunque no abrupto cambio de escenario: del comedor iremos al vagón del tren desde donde se realizará el canje; el director reduce aún más el espacio encerrando, literalmente, a sus personajes, y aumentando la sensación de desasosiego. El espectador ya puede respirar tranquilo, pues el niño está sano y salvo: conclusión de un poderoso primer acto que servirá de "puente" para enlazar con el segundo ("Jigoku"), donde el aspecto teatral se abandona y se da un intercambio de sentimiento de culpabilidad (la de Gondo por la de Aoki), de roles (los protagonistas son Tokura y sus detectives) y, lo más importante, de ambiente.
La trama gira ahora en torno a la trepidante caza del criminal, en la que se nos introduce de manera natural y fluida, sirviéndose del tradicional recurso del "flashback", la recolección de pistas para resolver el caso y el juego de engaños e ingenio entre los policías y el secuestrador, inscribiéndose el film en la tradición del más puro cine negro, cuya imaginería (tanto sonora como visual) es completamente deudora del estilo (influencias occidentales propias de Kurosawa, anunciadas al comienzo a través de los niños, que jugaban a pistoleros); al mismo tiempo se propondrá una suerte de viaje metafísico que bien justifica el título del film...

Pues del Cielo se descenderá al Infierno, pero uno real y palpable, descrito acertadamente por Takeuchi durante su conversación telefónica con Gondo: "aquí abajo hace un calor infernal, pero allá arriba usted debe tener aire acondicionado". Ahora la cámara se desliza por estanques de aguas ponzoñas y se sumerge en los suburbios de la ciudad; el calor, bochornoso, se siente de manera constante, tanto en el exterior como en el interior (esa comisaría, llena de ventiladores, donde los policías se secan el sudor). Un viaje al inframundo de la sociedad rematado con esa estremecedora secuencia en la que el villano es perseguido entre drogadictos y prostitutas, ejército de muertos vivientes o almas en pena ocultos por las sombras.
Absorbente y sórdida atmósfera donde sobresalen el brillante trabajo de fotografía de Takao Saito y Asakazu Nakai y la habilidad de Kurosawa para hacer a su público partícipe íntegro de ella e impregnarle con sus formas, sonidos y olores. Entre tanto, Toshiro Mifune vuelve a desempeñar una gran interpretación, precisa y llena de fuerza, siendo bien sustituido en el segundo acto por Tatsuya Nakadai y Kenjiro Ishiyama, más comedidos pero igualmente sublimes, y, por supuesto, Tsutomu Yamazaki, quien da vida al secuestrador, ambiguo ser de oscuras motivaciones (en Zona Spoiler) que, siguiendo el juego de dobles y reflejos, encontrará el suyo en Gondo; individuos opuestos en todo hasta el significativo cara a cara final en prisión.

Atravesada por importantes reflexiones morales, una ácida crítica social y una envidiable precisión narrativa, "Tengoku to Jigoku" se convertiría en otro éxito para el director, quien alcanzó la perfección dentro del género negro y policíaco, en el cual su obra se asienta como una de las más emblemáticas.
Contiene, además, uno de los momentos más sorprendentes de la Historia del cine: cuando vemos emerger de la chimenea ese humo de color rosa tras quemarse el maletín; innovadora técnica visual muy imitada en futuros títulos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8 de diciembre de 2019
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una buena pelicula de Kurosawa donde te sumerge en una investigación policial sobre un secuestrador. Al principio es un poco aburrida porque todo pasa en solo ambiente pero después te engancha en la trama.

Lo genial de la pelicula todo el hilo que va meticulosamente se va armando para resolver el caso, me encanto muchas escenas y sobretodo la que juegan con los contrastes.

Las actuaciones geniales de todos los personajes muy geniales.
creativosindueno
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
16 de mayo de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La capacidad que tiene Kurosawa de adentrarse en lo más profundo del ser humano me deja una vez más atónito y lo demuestra en cada una de sus películas. Hace poco pude ver Vivir (1952) donde creo que el director japonés llegó a su cenit en ese punto de vista de la complejidad humana ante la vida y la muerte, pero El infierno del odio no se queda atrás. La primera hora de la película me parece sencillamente sublime.

Un hombre de negocios que está a punto de gastar toda su fortuna en controlar la empresa en la que trabaja ve como todos sus esfuerzos se van al traste con el secuestro de su hijo. En ese primer momento no duda en pagar lo que los secuestradores le están pidiendo, el problema aparece cuando se dan cuenta que el secuestrador se ha equivocado y se ha llevado por error al hijo de su chófer. Aparece entonces el debate de si pagar el rescate o no.

A partir de ahí comienza el drama moral de tirar toda una vida de esfuerzo y trabajo por la borda, a cambio del hijo de otra persona. Toshiro Mifune como siempre espectacular, sus angustias y sus medios calan tanto en el espectador que llegas a empatizar con él, te colocas en su situación. Las críticas de su mujer, las súplicas del padre del niño, el papel de la policía, todo está ensamblado perfectamente por Kurosawa.

Realmente, al final llega a darse cuenta del verdadero significado de la vida, de lo inmaterial del dinero, la importancia de los sentimientos de las personas a las que amas. No importa que una persona tenga éxito en la vida si los seres queridos no están a su lado para disfrutarlo. Aunque la segunda parte de la película para mí se vuelve más monótona (se centra más en la investigación policial sobre el secuestro dejando de lado los sentimientos de los protagonistas) es evidente que Kurosawa lo ha vuelto a conseguir, ha hecho que los espectadores vuelvan a devanarse los sesos sobre el verdadero sentido de la vida. Sin palabras...un genio.
Bermu
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 10 13 14 15 18 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow