Espejito espejito

Cuando vi el trailer hace mucho tiempo no me esperaba nada, es más pensé que sería una porquería, y así ha sido. Una porquería entretenida más para niños que otra cosa, incomparable a la versión seria de Rupert Sanders que en mi opinión fue más atacada esa que Mirror Mirror. A veces leo críticas de la gente y veo que dicen que es la mejor comedia del año (Pero ¿Qué me estás contando?, ¿Me estás diciendo que esta versión absurda de Blancanieves es mejor que El dictador, Infiltrados en Clase y Ted?, ni de broma. Lo que pasa es que hay muchos aquí que son sectarios de algunos usuarios y solo se dejan influenciar por esas críticas. Así pasa, ves las películas con mejor valoración en sus críticas y tienen un 7 mientras que la peli tiene un 4'7. Sinceramente la película es totalmente absurda, con dialogos estúpidos, escenas sin sentido, se me ha hecho un poco larga y el final es totalmente estúpido. ¿A que viene esa canción?. La película es completamente para niños, es tan para niños que ralla con lo estúpido, por un momento creí que estaba viendo una mezcla entre Alicia en el país de las maravillas de Tim Burton con Epic Movie. Visualmente está bien pero no es como para tirar cohetes. Sí, Lily Collins es más bella que Kristen Stewart y no es tan sosa, pero Charlize Theron hace mejor papel que la sobrevalorada Julia Roberts. Los enanos están igual de divertidos que en la versión de Sanders y el príncipe sigue siendo igual de estúpido y prescindible que en la versión de Sanders. Lo único a destacar es el cameo de Sean Bean que no me lo esperaba. Su banda sonora no es nada del otro mundo y su fotografía es bastante digna. Primordialmente está entretenida pero no va a más, ver el desenlace tan mal hecho con su final feliz da un poquito de asco. En fín, una película de usar y tirar que pretende hacer reír pero que se queda en el intento. Es la versión de Blancanieves que no debió salir a la luz, y pensar que haya gente que diga que esta es mejor que la de Charlize Theron.

Era cuestión de tiempo... después de perder para la causa a Terry Gilliam y a Tim Burton, el amigo Singh ya está tan cargado de tics visuales que sus obras cada vez son menos interesantes. Y es que, para nuestra desgracia, toda la arrolladora inventiva y el buen gusto que nos conmocionó en The Fall se han tornado rutina, manierismo y el más aburrido de los vacios, de modo que Blancanieves es, a grandes rasgos, una majadería de casi dos horas mezcla de anuncio de colonia cara, el Cirque du Soleil e infinitos homenajes a sí mismo y a sus compinches Burton y Gilliam. Y ya está, porque decir que es una atrevida reinterpretación del cuento clásico y otras parrafadas similares son ganas de hacerse el interesante: el primer Shreck sí que es un buen ejemplo de esto y sí que tiene gracia de verdad. Como comprenderán, el guión se queda a mitad de camino de todo, y no cuaja ni como comedia, ni como drama ni como cinta de acción, si exceptuamos a un Nathan Lane que haga lo que haga (aunque no hable) tiene chispa, y a unos enanitos que son un completo acierto de casting; Julia Roberts no transmite absolutamente nada y a Lily Collins solo se le puede poner el atributo de la pipzpireteidad. Y en medio de este sopor argumental, cientos de planos innecesarios (el montaje es terrible), infografía intrascendente, un vestuario salido de la coleción primavera-verano de Ruiz de la Prada y a Tarsem Singh revolcándose en su obsesión por las máscaras.

¿Quién es la más hermosa de este reino? Julia Roberts, no, eso está claro. Y tampoco Lilly Collins, que a parte de su físico inocentón y dulzón, es una actriz que, o mejora, o nos cortamos todos las venas ante sus ya estrenados proyectos.

¿Qué tiene que ver esta historia con Blancanieves? Nada. Sólo el nombre. Lo demás es postizo y repetitivo hasta el cansancio, sin aportar ninguna otra idea que no sea la inversión de roles, la destrucción del mito del Príncipe Azul y el prototipo de heroína que aprende esgrima y saltos mortales tras un entrenamiento de... ¿un día? Pero, ¿por qué leches tiene que saber pelear? ¿Por qué?

¿Dirías que esta película es lamentable? Se acerca bastante a ese concepto. Enanitos con zancos y antipáticos, número musical final que da lástima, trama y secuencias desvariadas, que no encajan unas con otras; filosofía barata de «tú quieres, tú puedes» y una dirección artística virtual.

¿Se puede rescatar algo, por poco que sea? Pues sí. Los diez minutos de Sean Bean y algunas bromas que te hacen gracia; de ahí mi generosidad en la puntuación. Yo me reí de lo lindo con eso de «un saltamontes se aprovechó de mi», y la mismísima Reina malvada tiene sus puntos. El Príncipe, interpretado por un realmente atractivo Armie Hammer, también nos hará sonreír.

Espejito, espejito, ¿desterramos a Tarsem Singh de este reino? Desde luego, desde luego.

Parece que hay disparidad de opiniones respecto a esta Blancanieves de Tarsem Singh, y entiendo que la gente esté dividida, yo mismo internamente lo estoy. Es difícil afirmar que esta sea una buena o mala película, porque resulta un revoltijo de varios conceptos que van desde la parodia cómica hasta la comedia romántica o el gag absurdo e incluso la acción.

Yo una de las cosas que primero me planteo de una película es si he mirado la hora durante el metraje, es decir, si me ha aburrido. No es el caso. 'Mirror, mirror' es entretenida de principio a fin, eso ya es un punto a su favor (importante, a nadie le gusta pagar para dormirse en el cine). Luego me pregunto si cumple con sus objetivos... aquí uno duda, porque no sabe a ciencia cierta cuáles son sus objetivos. Sí, es comedia... y funciona en ciertos momentos, aunque la realidad es que uno no se parte de risa con esta película, aunque tenga su gracia. Por poner un ejemplo extremo digamos que la saga de 'Torrente' de Santiago Segura es penosa en muchas cosas, pero innegablemente te hace reir a carcajadas en varios puntos, por muy chabacanos que sean. No es lo que busca 'Blancanieves', pero sus puntos de humor están bien sin ser destacables.

Luego la cinta serpentea un poco entre el barroquismo y deriva en una comedia romántica bastante clara, muy blanca en la línea de toda la película, pero que no termina de encajar ni estar bien resuelta. Y he aquí uno de los grandes problema de 'Mirror, mirror': Cuando parece que todo es una coña te sorprende tomándose en serio a sí misma. Y por eso uno no termina de encajar sus piezas al verla, porque se pregunta: ¿Pero no estaban parodiando? ¿O me quieren contar este tramo en serio? Creo que en este caso la mezcla de géneros no es demasiado hábil por parte del bueno de Tarsem Singh.

En cualquier caso se agradece su aire de "buenrrollismo", su sarcasmo desde una malvada casi de teleserie en un correcto trabajo de Julia Roberts y una Blancanieves espadachina, un poco sosa pero pasable. Humor blando y poco incisivo, pero no vergonzante. Intentos de originalidad a medias. Visualmente interesante.

Es una película agradable de ver, que te esboza una sonrisa pero que no quita que te deje cierta desazón al no decantarse ni por la comedia un poco más gamberra, la parodia decidida ni por el romance y bueno... el final (sigamos en spoiler para hablar de ello).

El título (al menos en su versión original "Mirror, mirror", que ya podían haber mantenido), parecía sugerir que íbamos a ver algo distinto, y realmente así es, pero en el peor sentido de la palabra: ¿qué pasa con los calzonazos de príncipes últimamente que ya no matan dragones al final del cuento? Dragones que ni siquiera están en el cuento original, pero claro, como es un cuento, hay que matar un dragón al final... ayyy, los guionistas de Hollywood...!

En fin, ya sabemos que lo de liberar damiselas en apuros es demasiado para los cuentos del siglo XXI, pero lo de que sean ellas quienes resuelvan la historia -algo que por cierto ya vimos en la "Alicia..." de Tim Burton con la que guarda demasiadas similitudes, bailecito final incluido-, no solo le quita sentido tanto a ellos como a ellas en su entidad como personajes, sino que no lo hace ni mas contemporáneo ni mas creíble, aunque si algo mucho más comercial (no es de recibo que Blancanieves se gane las simpatías de los enanitos fregando platos, pero sí otros topicazos menos visibles, como casarse al final con "él", que no ha hecho nada por ella y de quien no sabe apenas nada). Ayyy...

Ni siquiera está a la altura la dirección artística (lo ecléctico es otra cosa, y no este pastiche: ¿por que no invierten en el guión el dinero de los efectos especiales innecesarios, como la "pared de plasma" del aposento de la Reina? Un aposento coronado con la vidriera del Palacio de la Música de Barcelona, toma ya...!!), ni mucho menos el vestuario de la gran Eiko Ishioka ("La celda", "Drácula", "El sueño de Alexandría"), recientemente desaparecida, cumple las expectativas, llenando el film de amaneramientos heterogéneos, plagado de exageraciones y efectos facilones que aunque sea una película infantil siguen sin tener atractivo.

En fin, ya sabemos que hace unos veinte años que Hollywood no es lo que fue: se comprende que ya no queda nada de la influencia de artistas emigrados de Europa tras la segunda guerra mundial, pero ya podrían haber aprendido algo de esa época, aun manteniendo constantes propias de la casa, como tergiversar argumentos y meter estrellas de turno en papeles que no les van ni con calzador (no hay quien se crea a Julia Robers de reina-madrastra)....

Ayyy... qué lejos está aquí Tarsem Singhy de la fascinación de "El sueño de Alexandría" o de las escenas oníricas de "La celda"... pero claro, la incoherencia argumental, los excesos visuales y los gags sin gracia son el resultado de dejar demasiada manga ancha a los productores....